26.11.06

La voz ovaL

No exenta de polémica se estrenó la obra La voz ovaL, en el teatro san Francisco de Pachuca, Hidalgo.
Trataré de compilar todo lo bueno y malo que se ha dicho -y se dirá- sobre la obra que sigue levantando polémica en tierras tuzas, con pocas críticas hondas y comentarios varios de gente de todo tipo, al final lo que queda es el regitsro de quiénes la vieron, la pensaron, la odiaron, la prefirieron.



La voz ovaL
de Enrique Olmos de Ita
Dir. Alberto Villarreal
Producción: Patricia Rozichner-Artillería Producciones
Teatro de la ciudad San Francisco
Muestra Nacional de Teatro


Opinan:
"Lo cuenta Antonio Alatorre, el cuento de la paloma y el aire. La paloma quiere volar más rápido, más alto, y siente que el aire la frena, la detiene, y entonces clama a los dioses que se lo quiten para poder volar “con una libertad sin límites”. Los dioses le cumplen el caprichito… y a tierra va a dar sin el sustento del aire. Es ésta la situación de cada creador: hago todo por mi cuenta, con mi genio y figura, o me muevo dentro de las coordenadas de mi mundo, mi cultura. En un extremo, el creador –por ignorancia o soberbia- manda todo al diablo… y cae al vacío de la incomunicación, nadie lo entiende, habla solito. En el otro, su pluma, su persona, no dice nada nuevo y repite lo que ya todos saben, conocen. Originalidad versus tradición.
Juzgaremos esta noche en dónde se ha ubicado Enrique Olmos con su obra La Voz Oval. En gustos se rompen géneros, pero la apuesta de este joven creador –que le ha merecido representar a su Hidalgo en la Muestra Nacional de Teatro- ha sido precisamente la de apuntar a la verdadera creación: las dosis justas de un lenguaje propio y de un apego a las formas probadas. La Voz Oval es el texto de un hombre muy joven, atrevido, que toma un camino virgen –que puede que los tradicionalistas repudien. Pero es un texto que escucha también a sus mayores, quienes ya descubrieron el hilo negro de la dramática, sus reglas para establecer un acuerdo con sus espectadores: sí nos vamos a entretener en la función. ¿Tanto como en el estadio de fut? A su manera, ésa es la apuesta siempre del teatro y ninguna otra vale la pena. Porra a Enrique por su intento". Otto Minera/INBA

"La voz oval es propositiva y es de las más representativas de Hidalgo por su idiosincrasia sobre el futbol y más que a la gente de teatro, gustó mucho al público [...] La dirección de Alberto Villarreal y el elenco, hacen de La voz oval una obra interesante que ha causado polémica". Eduardo Ruíz Saviñón/Diario de la Muestra (entrevista Mayte Romo)

"Metadramaturgia en prime time
Entre los miembros de la más joven generación de dramaturgos, a la que pertenecen Edgar Chías, Noé Morales y Luís Enrique Ortiz Monasterio, así como el novel autor hidalguense Enrique Olmos, se extiende el planteamiento de que la dramaturgia puede cumplir un rol similar al de la literatura, que se pueden escribir obras de teatro para ser leídas, por principio y final de cuentas. Lo que da otro sentido a la noción clásica de que lo que se escribe como teatro es concebido para ser llevado a escena.
Tan es así que recurren a la lectura dramatizada como una alternativa accesible para mostrar su trabajo. Esta expresión por momentos se muestra como un montaje a medias, como parte del proceso creativo, y no como un producto terminado. Existe a quien le satisface la experiencia y no faltan aquellos que esperan una puesta más acabada.
Esta polémica no es ajena a la versión final de La voz oval, (estrenada el lunes en el Teatro San Francisco), pues en ella los actores prácticamente no utilizan su histrionismo sino que se abocan a reproducir el texto casi con frialdad, como si de una prolongación de una lectura se tratase. Según esta propuesta, las acotaciones escénicas -la didascalia- es también dicha al público. De esta manera se rompe con las convenciones teatrales tradicionales, se quiebran las concesiones ficcionales y se da paso a un plano de representación dentro de una representación. Se trata de un fenómeno mimético en el que la dramaturgia, el texto en sí mismo, prevalece por sobre la representación". Juan Carlos Hidalgo/Diario de la Muestra

"En cuanto a La voz oval, escrita por el hidalguense Enrique Olmos, representante del estado sede, obra considerada dentro de lo que ahora se llama “narraturgia”, se dijo que es una voz del mundo que se reproduce desde Pachuca.
El director de la obra, Alberto Villarreal consideró que en la puesta, el escenario se convirtió en un espacio físico, en un viaje de exploración para convertir la teatralidad en un conjunto”. Una obra milimétrica es un espacio gigantesco y que aborda la afición por el fútbol.
Uno de los actores de La voz… Daniel Rivera Rubio, pachuqueño de nacimiento, expuso que durante la puesta, manifiesta su postura ante la vida, además de que vivir el proceso de esta que se considera como narraturgia, ha sido difícil, aun cuando todavía está en el análisis si existe un método de actuación para este género.
Se expuso que la posición del autor es contestataria, sin embargo, el director presentó una versión más abierta, sin considerar si el autor tiene una postura política o no.
A su vez, Villarreal consideró que la narraturgia busca lo que puede ser, lo que se puede encontrar en el mundo, que las provocaciones intelectuales traten de abrir brecha no siempre con certidumbre". Aída Suárez/Diario de la Muestra

LA VOZ OVAL
Tengamos en claro, de entrada, que hay escrituras impensables sin la relación que trenzan con su contexto: discursos erigidos para redimensionar las relaciones del individuo con su entorno. Escrituras que buscan redefinir los modos de habitar el espacio, de convertir al paisaje vacuo en territorio de significado; que quieren reacomodar, en suma, el ángulo de nuestra mirada sobre la cotidianeidad.
Consciente de ello (acaso demasiado), el joven dramaturgo hidalguense, Enrique Olmos, ha querido fijar en papel todo cuanto le significa respecto a la ciudad que lo cobijó y lo hizo hombre. Porque La voz oval es, ante todo, una ficción de, sobre y para Pachuca en tanto que ciudad y discurso urbano, un homenaje emotivo a los usos y costumbres que han servido para, de alguna u otra forma, reafirmar los conceptos básicos de identidad. El futbol, la fidelidad a unos colores y los ritos sociales que lo circundan como motivo central.
En esta poética de lo urbano debemos detenernos para evaluar los alcances reales de la obra de Olmos, cuyo montaje a manos de Alberto Villarreal ha formado parte de la programación de la xxvii Muestra Nacional de Teatro, llevada a cabo, en medio de una auténtica glaciación, en la ciudad de Pachuca. Porque, aunque la dramaturgia de Enrique detona otras líneas narrativas, su dramaturgia permanece aún en espera de su maduración: su tratamiento del enamoramiento adolescente por una mujer y su retrato de un padre castrante son, en el mejor de los casos, insinuaciones inscritas dentro del terreno de la enunciación: acontecen y nos son comunicadas a partir de que los personajes las dicen, mas no las habitan; los sucesos de la trama, y hasta cierto punto algunos recursos del lenguaje, son artificios cuya inserción está expuesta y no incorporada orgánicamente. Para muestra un botón: Néstor Rossi, el entrenador que dirige técnicamente a un club hidalguense de primera división, es argentino a los ojos del público por el hecho de vosear, soltar de vez en vez un "pibe" o decir "fútbol" en vez de "futbol"; su argentinidad está definida a partir de lo que dice y de cómo lo dice, y no de una elaboración que se desmarque de los recursos orales para complejizar, digamos, un retrato más consistente de la extranjería y del exilio.
Pero tampoco habría que incurrir en injusticia ni precipitación, pues la obra de Enrique también es juvenil en el mejor de los sentidos: por su frescura y su oportunidad, estamos ante una pieza que inyecta vitalidad, que no renovación, a la dramaturgia mexicana emergente. Del rigor de la forma a la utilización de un humor dosificado y eficaz, la dramaturgia olmiana se conecta directamente con el público al que se ha pensado como destinatario principal: los jóvenes en general, los pachuqueños en particular y los seguidores del Club de Futbol Pachuca más en específico. Narrada en primera persona desde la perspectiva de un nerd que escribe palíndromos y luego batalla contra el impulso de sus hormonas y una afición creciente al equipo que dirige su padre, La voz oval supera su pedantería intrínseca (en este caso, por romantizar el folclor futbolero importado a México desde Sudamérica en los noventa) gracias a su autenticidad, y permite augurar, basándose en la acogida que el público ha dado al montaje, éxitos significativos de audiencia. Allí su acierto y su valía.
Alberto Villarreal ha cuajado, acaso, una de sus puestas en escena más logradas y congruentes. Primero, por su renuncia a cualquier parafernalia, luego por su sentido de la síntesis (dramática, escénica, narrativa), y por último por la conformación de un estilo interpretativo sólido entre su elenco. Soraya Barraza, Daniel Rivera, Jorge Muñoz y Francisco Barreiro logran, en primera instancia, cumplir con uno de los postulados básicos del diseño de Villarreal: llenar la inmensidad (la del teatro San Francisco) con el detalle microscópico. De allí a la perfección queda un trecho largo, pero la sabiduría anticipada de Villarreal sabe reconocer en las fisuras una posibilidad de hallazgo particular para cada espectador, desmarcándose así de la tiranía altanera de directores de estas y otras épocas, para quienes el universo de ficción será perfecto, redondo y predigerido o no será. Si en la contradicción, entendida como un hueco de sentido que el oyente deberá resanar, reside buena parte de lo que se persigue y se entiende como teatro contemporáneo, hemos asistido a un ejemplo significativo. Noé Morales Múñoz/La Jornada semanal

Como representante de Hidalgo se presentó La voz oval del muy joven Enrique Olmos de Ita, convincente aunque muy apegado a los cánones del teatro narrativo, cuyas dificultades resolvió el director Alberto Villarreal Díaz. Olga Harmony/La Jornada

4. Schimmelpfenning en Región 4

Después de que en el afán regional-naturalista del hecho escénico unánimemente se aclamara como los montajes con mejores resultados a Pancho Villa y los niños de la bola (de Antonio Zúñiga, dirigida por Rodolfo Guerrero), La siembra del muerto (texto y dirección de Sergio Galino) y Los niños de Morelia (de Rascón Banda con dirección de Mauricio Jiménez); la representación hidalguense: La voz oval de Enrique Olmos, bajo la mirada de Alberto Villarreal, arrojó una serie de reacciones que son fiel reflejo de la escasa experimentación profesional en la escena teatral mexicana.El texto nace y tiene sentido en Pachuca. Es un relato juvenil en el que un quinceañero con anhelos arreolanos de escritor de palíndromos se enamora de la joven amante de Néstor Rossi, su padre, un hombre agobiado por su "éxito" como director técnico del equipo de futbol 'Los Malteces de Pachuca'. Localidades aparte, el texto se adentra en la autorreferencialidad de un joven que se ve a sí mismo como un bicho raro en un entorno de pálidas comprensiones.Jugando con el imaginario del sport-show, Villarreal no sólo vistió el texto de Olmos como una obra contemporánea al teatralizar el texto desde su sentido narrativo, con una perspectiva milimétrica del espacio que hacia visualizar el montaje como si se tratara de un espectáculo de masas; sino que nos recordó que una vez al año puede hacer montajes inteligibles. Nahum Torres/Zonar.tv

Un palindroma es el título de esta obra escrita por Enrique Olmos de Ita. La voz oval es un llamado de conciencia, un grito desde dentro, desde la razón, enfrente de una cámara, que todo lo ve, que siempre está presente para trasmitir los hechos, para seguir todo de cerca como en un partido de futbol. Dirigida por Alberto Villarreal Díaz, contó con las actuaciones de Soraya Barraza, Francisco Barreiro Jorge Muñoz y Daniel Rivera. Roberto Sosa/Gente sur

Enrique Olmos de Ita estrenó La voz oval, que reinventa a este joven dramaturgo en busca de la solidificación arquetípica de su temática recurrente: el triángulo amoroso y la pasión desenfrenada por el futbol. Gonzalo Valdés Medellín/Revista Siempre!

La familia de teatro es una familia muy grande y disfuncional. Es como si en la fiesta de 15 años de la sobrina menor, donde se procuró reunir a todos los más cercanos, resultará que los más cercanos no se conocen y no saben que ha sido de nadie y en cada mesa se hiciera una fiesta aparte con un motivo distinto y la quinceañera bailara el vals sólo con los chambelanes, que ni son de la familia.
Esta es una posible radiografía de la XXVII Muestra Nacional de Teatro y tampoco somos tantos. Cada familiar cree que es lo más pulido del apellido. Hay otros que reniegan incluso de formar parte, aunque sean igualitos en fenotipo y hasta hayan venido a la fiestas. Otros más sólo vinieron a mirar qué miraban y comentaban luego con personas que no son de la familia.
Estamos divididos y si algún día el apellido cae en desgracia mayor –que estamos en desgracia, pero no todavía la mayor–, seguro que nadie será de esta familia. Igual lo que importa al caso es que estamos celebrando a la sobrina menor y, al menos en este año, logramos juntarnos bastantes a brindar por la continuidad de la familia.
Son las 21:00 horas y en el lobby del teatro San Francisco se reúnen la comunidad teatral y los invitados hidalguenses para presenciar la obra La voz oval, de Enrique Olmos, el hijo menor de ambas familias.
Hay cierto nerviosismo en el ambiente y no es para menos, “Olmitos”, como lo nombran los que lo quieren y los que no, contando con la dirección de escena de Alberto Villarreal, está a punto de presentar en sociedad un texto que recién fue publicado por Tierra Adentro. Enrique no está en México, anda en España estudiando, aunque seguro que también debe estar nervioso.
La celebración de la escena sigue. Enrique Olmos y Alberto Villarreal y los actores hicieron un gran trabajo –suave oasis en la muestra–, y digo que la celebración sigue porque lo que continúa no deja que el ánimo caiga. Alfonso Cárcamo. Diario La Razón.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Vi la nota de la Harmony, en Jornada, igual súbela, que no sólo se vean elogios. ¿Cuándo reestrenan?

Chido por todo. Abrazo desde el Norte pesado ado...

Anónimo dijo...

congratulations cerdo...
Vas bien, la neta me gustó la obra, y eso que no soy tuzo
bien lo que dicen de ti en la prensa, mal por la pinche gente, asi es aqui

German (puma a morir)
tuzolandia

Anónimo dijo...

Sólo para felicitarte por el blog y sobre todo por la obra.
Enhorabuena...

Anónimo dijo...

no cave tu ego en la web eres un hjo de puta deja de hablar de ti estupido y revsia los coments del diario de lMN porque eres una mirdas hijo de puta...

Anónimo dijo...

lo que no cabeN son tus faltas ortográficas, tus repeticiones por falta de recursos argumentativos y sobre todo tu falta de cojones para poner tu nombre, PAYASO.

Anónimo dijo...

Ya postea otra cosa...

Enrique Olmos de Ita dijo...

Pachuca es campeón de América, a huevo...

Anónimo dijo...

¿Cuáando la presntan en el df?
Martín

Enrique Olmos de Ita dijo...

No sé, aún no se sabe nada. Supongo que en el 2007 Villarreal y Patricia conseguirán un sitio. Gracias.

Anónimo dijo...

¿Y no hay crítica mala? Aquí sólo veo linduras, ¿de verdad no se publicó nada contra la obra? Que raro...

Anónimo dijo...

Me gustó mucfho la obra, gracias por escribirr de Pachuca, espero que la presentes en otra ocasión, porque hay mucha gente que la quiere volver a ver. Gracias y saludos desde la bella y airosa.

Anónimo dijo...

Oye Jacinto metalero...

Chuida la obra y las fotos. ¿Cómo estás allá? ¿Qué tal las españolitas?

No vuelvas... jajaja

Anónimo dijo...

Buena vibra... Banda

Anónimo dijo...

La obra está publicada en Tierra Adentro...

Enrique Olmos de Ita dijo...

La voz oval. Fondo Editorial Tierra Adentro. México, 2006. Número 326.

Anónimo dijo...

Leí una reseña de tu libro (la voz oval), al parecer está muy bien, a mí me interesa tu trabajo; soy Juan Berguer de Tépic y me gustaría que nos vinieras a dar una conferencia o que se presentara tu libro aquí.
Mi correo es berenguer1@hotmail.com por si te interesa...

Saludos
Juan Berenguer

Jorge Luisillo dijo...

fue una experiencia increíble.
además me volví fan del pachuca, ¡cómo no!

Enrique Olmos de Ita dijo...

Uziel, hermano, gracias por alentar al Pachuca. Este año no fue bueno para el Club. En fin, ojalá la obra siga rodando.

Abrazo.