25.7.20

A mi tía Guillermina Álvarez Icaza Sánchez

Tuve una tía que cuando estornudaba el mundo se paralizaba. El estruendo era tal que podía interrumpir cualquier acto público. Por eso, cuando me dijo que tenía Covid-19 al igual que dos de sus hermanas, también tías muy cercanas, fue por la que menos me preocupé. Conocía el fragor de esos pulmones, que más de una vez nos hicieron ruborizar por acompañar "a la señora rubia del estornudo".
Y aunque mi tía Petu estaba librando bien la batalla contra el covid, fue su corazón, en aparentemente una de las secuelas de este virus mortal, quien detuvo sus abrazos, sus estornudos, sus viajes "al rancho".
Fue mi tía más cercana y sin duda la mejor amiga de mi mamá. Y no, no estoy llorando, solamente se me metieron los viajes a Acapulco, al Cici, a Reino Aventura, a la feria del pueblo (esa patria añorada: la felicidad infantil), el verla siempre en los acontecimientos importantes de mi vida, que iba a todas mis obras y me felicitaba aunque estuvieran regulares. Se me metió el cariño de tantos años en los ojos.
Escucho el último audio que nos enviamos donde le digo que la sombrilla verde que situaba afuera de su cabaña para pasar las mañanas seguía afuera y que la lluvia la iba a maltratar. Me dice que sí, que va a pedir que la resguarden. Aunque sé que ella esperaba volver pronto, tan pronto que quería dejar todo montado, como si la convalecencia fuera solamente una pausa.
Gracias por tanto, querida tía.
 

27.3.20

Réquiem por Sául Bautista

Estoy muy enojado con Saúl Bautista, acá Saúl Frontera. Realmente molesto con su muerte.
Uno va a trabajar a ciertas ciudades, por ejemplo a mí me tocó estar un par de semanas en #Mexicali el año pasado y así se conocen a personas entrañables que te muestran la ciudad, te llevan a sus cantinas, te comparten esos lugares secretos y fascinantes donde se prodigan las charlas y corren las horas entre anécdotas y proyectos artísticos. Son como amores de verano, intensos y llenos de promesas de futuro. “Tú me visitas, yo regresaré, nos escribimos, no te pierdas”.
No me acuerdo por qué el año pasado había un problema con los cajeros automáticos en todo el país y no había manera de obtener efectivo en Mexicali. Saúl y yo recorrimos la ciudad en su destartalado coche - en el que ahora pienso, se mató la noche del domingo - buscando dinero hasta que nos dejaron hacer un retiro en un Seven. “Hay que sacar para varios días“ dijimos previsores y esa misma noche nos pulimos todo en compañía de personas igualmente entrañables, en un tour que incluyó un karaoke extrañísimo en un edificio de oficinas gubernamentales que por la noche convierte sus pasillos en un bar improvisado (cosas de Mexicali), algunos lugares posmodernos del centro de la ciudad y un primer bar en el que una amiga ponía música mientras él planificaba la retirada “a un lugar menos hipster”.
La noche terminaría con Miguel Angel F. Chon y Vladimir buscando en la guantera de su coche un recibo de luz para encontrar la dirección a donde irse a dormir (esa historia les corresponde a ellos).
Así conocí a Saúl a cierta profundidad, con quien mantuve comunicación. Marxista embelesado con los oropeles del capitalismo, crítico de las instituciones pero curioso de la vida artística a su amparo, prejuicioso y acaso resentido por la falta de oportunidades pero generoso y solidario en especial cuando aparecía la noche. El Ulises Lima del teatro chicanilla, el actor que se propuso hacer una obra solamente con una nariz de clown y la obra además le quedó bien y era un retrato de sus preocupaciones (Esta es la madre del asalariado), quien no podía dedicar el tiempo suficiente a sus proyectos artísticos porque era un profesor puntilloso y su lucidez se limitaba al magisterio, porque una vez terminadas sus horas de enseñanza vivía “sin timón y en el delirio”.
Estoy enojado con él porque su juventud e inteligencia merecían brillar aún más en esa ciudad cuyas cosas están hechas de sol. Nos faltaron más tragos, más cantinas surrealistas del centro, más discusiones de clase social. Y más montajes de Fronterizo teatro, su joven compañía. Y unos libros también que nos robamos en su maletín oscuro de profesor y habíamos quedado, este año, de vernos para repartir. Quédatelos todos pinche Saúl, aunque estoy seguro que el infierno tiene bibliotecas y caguamas y elotes asados como los del centro de tu amada ciudad, para mí siempre será Mexicali de Saúl Bautista.

10.2.18

Cuando la telenovela invadió al teatro mexicano

Cuando la telenovela invadió al teatro mexicano: La programación de la obra Cuarteto de una pasión en el Centro Cultural del Bosque lleva a cuestionar la utilidad de un teatro público que no está a merced de los creadores originales, del público o de discursos contemporáneos.

8.2.18

Esto va sobre patriarcado y autoritarismo en el teatro mexicano


Todo comenzó en el año 2008 cuando vivía en Oviedo y el teatrista asturiano Boni Ortiz me invitó a colaborar en la revista La ratonera con reseñas de críticas de teatro, en especial libros.
Mi primera colaboración sería sobre Rashid 9/11 de Jaime Chabaud y el objeto de la crítica era esclarecer que ante la teoría conspiracionista que el autor prodiga sobre el derrumbamiento de las Torres Gemelas de Nueva York, quedaba ausente de examen el atentado del 11M en Madrid, que los militantes de la ultraderecha española habían atribuido erróneamente a ETA. La crítica era dura con un texto que personalmente considero menor y cometí el error de remitir el archivo a mi tío Fernando de Ita – uno de los críticos de teatro más reputados de América Latina, en ese tiempo gran amigo de Jaime – y él me regañó por correo electrónico y después también Jaime, básicamente porque no estaban de acuerdo con mis planteamientos.
La instrucción era simple: retira la reseña, que no se publique. Y lo hice, malamente.
Ahí la relación con Jaime comenzó a deteriorarse (antes lo apreciaba y mucho) y aunque lo seguí frecuentando el cariño se fue apagando después de sendos encuentros en los que hacía gala de prepotencia y autoritarismo. Quienes conocen a Jaime saben de lo que hablo, la vulgaridad de su lenguaje y lo despectivo con quienes no opinan como él es proverbial.
Nos encontramos en Buenos Aires en el año 2010 y mi pareja en esa época se ofendió por la cantidad de barbaridades que prodigaba Jaime en la cena. Acepto que yo nunca le puse un alto y seguramente más de una vez le reí los disparates, la mayoría de contenido sexual y degradando a cuanta mujer estuviera cerca.
Sin embargo, en el año 2012 (en septiembre para ser más precisos) comenzó a circular una carta de apoyo a Legom para que recibiera el Premio Juan Ruiz de Alarcón de Dramaturgia del INBA, impulsada entre otros por Boris Schoemann, Fernando de Ita y Alberto Lomnitz. Jaime también había sido postulado y ganó.
Mi postura pública fue muy clara, el jurado elegido por la Coordinación Nacional de Literatura era claramente sesgado y quien instó a Jaime no fue una institución sino su propio socio comercial.
Ahí la relación ya estaba rota, sobre todo porque antes de que se diera a conocer el fallo del jurado que reconoce la trayectoria de un autor dramático mexicano, el propio Jaime estaba enterado del resultado – qué raro – y me llamó por teléfono dos veces para burlarse e insultar. La primera vez me quedé en estado de shock pues él aceptaba incluso que había entrado a la computadora de un empleado suyo – amigo mío – y había leído una conversación privada en la cual nos reíamos un poco de los legomianos y chabaudistas y fabulábamos con nuestros propios premios y demás. A Jaime le parecía que yo estaba contaminando a su querido entenado.  
Aunque los insultos eran dirigidos a mí en esas dos largas llamadas, en realidad Jaime quería utilizarme como mensajero ante mi tío Fernando, Legom, Ale Serrano, Boris y demás personas cercanas para celebrar su victoria desde una lluvia de improperios. La segunda llamada – más ebrio aún, de la cual tengo fragmentos grabados en un viejo iPhone – no sólo me insultaba sino que denigraba a la chica con la que yo estaba comprometido y sería mi esposa, una actriz y directora norteña que curiosamente había sido acosada por Jaime en un elevador (sí, me casé y luego todo salió mal, pero no es el tema).
Ante su falta de valentía, utilizaba a alguien con un perfil menor para agredir, tal y como lo hizo ahora en una publicación de Facebook que falta a la verdad y donde vuelve a los insultos y descalificaciones (azuzado por espíritus mediocres, seguramente), quedando claramente retratado, pues no tiene ninguna razón para impedir que una compañía de teatro externa se presente en nuestro teatro con una obra suya a quien cedió previamente los derechos de autor.
Ni yo soy el representante de mi tío Fernando (con quien Jaime rompió después de dicha carta) ni tengo por qué soportar – una vez más – las injurias de una persona que no es capaz de controlar su neurosis.
Desde esa conversación he visto, escuchado y leído decenas de improperios e injusticias cometidas cuando él es jurado y comentarios desagradables de su parte contra mí y el grupo que represento. Mis amigos me dicen ahora “déjalo pasar, seguro está borracho y dolido por la muerte de su hermano”.
Hace unos años borré una reseña y me olvidé de la crítica teatral por un tiempo, hoy puedo exponer y retratar al Jaime que muchos conocemos tal cual es. Sobre todo porque está en juego el honor de una compañía que trabaja con denuedo todos los días y de dos personas, Goreti Monterrosa la productora ejecutiva de Neurodrama (quién ya fijó una postura legal) y Horacio Hernández el gestor y programador del espacio. Yo ni siquiera vivo en Pachuca y mi relación con el proyecto de México en escena es meramente artístico, las decisiones sobre la programación son responsabilidad de los que están ahí para ello y pueden preguntar a los integrantes y a la directora de Prana Teatro si he tenido algún contacto con ellos. Por el contrario, programar una obra de Jaime me parecía un acto de necesaria conciliación en un medio saturado de rencillas y violencia.
Es muy triste que un dramaturgo brillante – de los mejores de su generación, hay que reconocer que como dramaturgo tiene cimas literarias – termine expuesto a sus arranques más bajos; lo siento pero yo no soy un remedio terapéutico para expiar sus desequilibrios y los mecanismos del FONCA respecto a cualquier proyecto son muy precisos y no están en las redes sociales. Mi conjetura es, si un becario o compañía beneficiada de algún proyecto comete un error de este tipo es penalizado, ¿pero quién castiga a los jurados que cometen esta clase de exabruptos?  
Afortunadamente creo que nuestra generación es mucho más civilizada y menos autoritaria, ojalá que sí. En fin, pululan totalitarios, patriarcas neuróticos en el teatro y la cultura mexicana, pero pocos se atreven a hacerlo público como hoy Jaime. Gracias, muchas gracias por mostrarnos al verdadero Jaime. Tú ganas, rey del berrinche y la autoparodia.
Game over.



19.12.17

Once momentos destacados de la Muestra Nacional de Teatro 2017

Once momentos destacados de la Muestra Nacional de Teatro 2017: Un recorrido por algunas obras representativas de un encuentro que, además de la exhibición de espectáculos, brinda la posibilidad de establecer lazos sensibles y llevar a cabo pronunciamientos.

23.7.16

Carta a los gobernadores del estado de Hidalgo


Pachuca, Hidalgo a 22 de julio de 2016.
Feria del libro infantil y juvenil del CECULTAH


Carta a los gobernadores del estado de Hidalgo
Francisco Olvera Ruiz y Omar Fayad Meneses

Apreciable gobernador saliente, licenciado Olvera Ruiz, hace tres años, para ser más precisos en noviembre del año 2013, en la entrega del Premio Estatal de Juventud en el Centro de las Artes de Hidalgo, le hice algunas observaciones y peticiones, a título personal, aprovechando el micrófono abierto de la ocasión, para puntualizar lo innecesario de unir cultura y turismo en una secretaría que a la larga ha resultado ser un lastre administrativo, una combinación burocrática inútil, además de ponderar la falta de espacios para las artes y la cultura entre los jóvenes, especialmente los egresados de las licenciaturas que ofrece la universidad del estado.
Fiel a su costumbre en los temas que desconoce, intransigente, su sexenio en material cultural transitó por el abandono y la falta de resultados. A pesar de los múltiples esfuerzos de los trabajadores de la cultura (la mayoría dentro de su gobierno), ciudadanos que día a día levantan la cartelera cultural estatal, programan actividades, dejan a sus familias en días de asueto para acudir a los eventos que el gobierno del estado ofrece, ha sido insuficiente el trabajo, se necesitaba ampliar el horizonte de la vida cultural estatal, profesionalizarla, sumarla el flujo económico del desarrollo social.
No ocurrió. El cecultah, durante su mandato ha sido una institución más bien gris, con problemas presupuestales y poca visibilidad pública. ¿Dónde está la convocatoria del FOECAH? Hace más de dos años que no se publica. ¿Y los festivales que albergaba el estado? Perdidos. Aunque hay que reconocer que hay estímulos y convocatorias, la insuficiencia es la palabra clave en esta gestión. No existió un plan para activar empresas culturales de largo y mediano aliento, pero en cambio su gobierno entregó a la Fundación Calavera Canario – qué coincidencia – a días de iniciar la contienda  electoral  una fuerte suma de dinero para eventos masivos inéditos. ¿Por qué no vimos ese dinero en las arcas del CECULTAH, señor gobernador?
Usted utilizó la cultura como distractor, no como motor de transformación social. En material cultural, será recordado su sexenio como el más gris de la historia reciente de Hidalgo.  
Por otro lado, próximo gobernador Omar Fayad Meneses, espero que lo sucedido en la actual gestión del licenciado Olvera Ruiz sea el detonante para modificar algunas de las omisiones que en materia cultural ha permeado durante estos años. No necesitamos una secretaría de cultura, sino fortalecer al CECULTAH y que los espacios – como este Centro Cultural del Ferrocarril que están a su nombre – permanezcan, se habiten y reciban continuamente a artistas, artesanos, investigadores y sobre todo niños y jóvenes, pues no olvidemos que en México el disfrute del patrimonio cultural y artístico es un derecho. Que exista dinero en los institutos y direcciones de cultura municipales para pagar a los creadores que ofrecen su trabajo y que la programación sea continua y descentralizada. Espero, próximo señor gobernador que se deje asesorar por verdaderos expertos y conocedores en la materia y no por los oportunistas del caso. También espero que quien quede al frente del CECULTAH sea un gestor cultural profesional, no improvisado y con una visión plural.

Agradezco personalmente a José Vergara Vergara por estos años al frente del CECULTAH, su compromiso está fuera de duda y espero que en los próximos años el panorama para la cultura y las artes en Hidalgo sea más halagüeño, con la aportación de su experiencia.

Enrique Olmos de Ita.  

26.6.16

Sobre el Premio Juan Ruiz de Alarcón 2015 y la CNL-INBA

Ahora que el debate en la literatura mexicana ha tocado a los funcionarios públicos y su relación con algunos grupos y filias, hago un recuento de lo que sucedió al año pasado con el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, justamente en el inicio de la administración de Mauricio Montiel Figueiras en la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

La CNL-INBA entregó el premio Juan Ruiz de Alarcón 2015 en las Jornadas Alarconianas de Taxco incumpliendo la normativa de la propia convocatoria (Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, convocado anualmente por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno del Estado de Guerrero, por medio de la Secretaría de Cultura de Guerrero, al dictaminar si haber recibido todos los expedientes enviados. 
Comencé entonces un proceso administrativo ante la Secretaría de la Función Pública y aparentemente sólo fue amonestado el funcionario encargado de dicho programa a las órdenes de Mauricio Montiel, a mí me solicitaron documentación y una declaración por escrito; no pasó nada más excepto un correo electrónico informando el cierre del procedimiento. El director de la CNL no regresó mis llamadas. Mi intención era simplemente aclarar una postura, sin hostilidad ni mucho menos, sino advertir una desatención al respecto (en ese premio varias instituciones están involucradas).
Es evidente que hubo omisión en los tiempos y de ahí la sospecha sobre irregularidades al negarse a revisar el resto de expedientes enviados en tiempo y forma, puesto que el jurado (constituido por dos ex funcionarios del teatro y la cultura y una directora de escena) entregó el premio a un dramaturgo con obra menor (eso es una apreciación personal, totalmente discutible, no lo niego), lo que no es dicutible es la severa falta administrativa al cerrar la posibilidad de revisar más expedientes, con una prisa inusitada por dictaminar, cuando además Guerrero pasaba por terribles inundaciones y varias propuestas llegaron tarde justamente porque el servicio de correos estaba colapsado. 
Es un premio complejo, con algunos casos denunciados de posibles amaños (el más sonado el de Jaime Chabaud), la tarea de Mauricio Montiel en su primer año era dotarlo de transparencia y sólo lo oscureció más. En este 2016 por fin el dictamen del jurado estuvo fincado menos en una trayectoria de vida y relaciones públicas, más en la resonacia de una obra (el ganador fue Edgar Chías). 

Como suele ocurrir, después de esta disputa administrativa, sin tines personales, la CNL del INBA me borró de cualquier acto, no me han considerado en ninguna actividad y estoy proscrito de facto, sin difusión de mi trabajo ni mucho menos.  

Esto se difundió en su momento (6 de mayo de 2015) vía correo electrónico entre algunos dramaturgos y se propuso hacer una queja pública de abajofirmantes:

Sin menoscabar en ningún caso los méritos del dramaturgo ganador, llama la atención que la recepción de propuestas finalizó el último día hábil de la semana pasada (el día 30 de abril) y se dictaminó el fallo del jurado el primer día hábil de esta semana y mes (4 de mayo). Es decir, es imposible que las postulaciones enviadas por correo postal en los últimos días de la convocatoria pudieran ser consideradas.
Inadmisible que una institución pública no esperara a la recepción completa de propuestas y pase de largo la normativa administrativa que el propio gobierno federal señala para la recepción de documentos en convocatorias públicas oficiales. El jurado no pudo examinar las propuestas a cabalidad porque las instituciones convocantes no esperaron la llegada de todas las postulaciones. ¿Por qué tanta prisa?
La impresión es que el premio estaba concedido de antemano pues se incumplió con el plazo administrativo natural de recepción de propuestas que ellos mismos señalan en su convocatoria. ¿Cómo es posible que se dictamine un premio al día hábil siguiente al cierre? No es normal.
La Secretaria de la Función Pública ha confirmado esta tarde que se incumplieron los procesos administrativos consustanciales a toda convocatoria que emite el gobierno federal.
El caso de la compañía Neurodrama AC (de la que soy representante legal) es significativo, pues postuló a una dramaturga mexicana dedicada al público específico, pero no pudo ser evaluada la solicitud debido a la prisa de las instituciones por dictaminar, pues llegó a destino después del fallo.

Nuestro deber como autores de teatro y miembros de la comunidad cultural es advertir los posibles atropellos y omisiones administrativas de las instituciones dedicadas al teatro en general y la dramaturgia en particular.

La convocatoria señala:
Recepción de Propuestas


Séptima.- La recepción de las propuestas de las candidaturas a que se refiere la base tercera estará abierta desde la fecha de publicación de la presente convocatoria y hasta las 16:00 horas del día 30 de abril de 2015.


Octava.- Las propuestas deberán enviarse a la siguiente dirección: Secretaría de Cultura de Guerrero. Avenida Costera Miguel Alemán #4834, Fraccionamiento Costa Azul, C.P. 39850, Acapulco, Guerrero. Dirección de Capacitación y Fomento a la Lectura.


Novena.- En el caso de las propuestas remitidas por correo o por mensajería, no se aceptarán aquellas cuya fecha de matasellos o envío sea posterior a la del cierre de la convocatoria. El proceso del Premio inicia con la publicación de la convocatoria y concluye con la publicación del fallo.


2.3.16

Ramsés Salanueva, la carcajada de vida

Como muchos saben, hace pocos días murió el poeta hidalguense  Ramses Salanueva (de influenza, sí, de influenza), con quien me unía una dilatada amistad, especialmente en mi adolescencia y sus tiempos como promotor cultural (cuando se inventó las Jornadas Culturales Efrén Rebolledo, en Actopan, que tarde o temprano terminará llamándose Actopan de Salanueva) y también en esas primeras lecturas y contactos entre incipientes autores locales, donde se debatía más la forma que el fondo de nuestras creaciones.
Hasta Actopan llevó a Monsiváis, Gutiérrez Vega, Cuevas y Domínguez Michael entre otros muchos artistas de renombre, para contaminar de experiencias creativas su tierra, a la que amaba y a veces odiaba profundamente.
También a los herederos del propio Efrén Rebolledo, artistas avecindados en Noruega, con quienes departiríamos en un inglés salpicado de resbalones, que curiosamente no se agudizaba con el paso de la bebida, todo lo contrario. Eran tiempos de aprender, a su vera, las vicisitudes de la política cultural y la dureza de esparcir la semilla del arte y la cultura en territorios no siempre propicios. Además de periodista y poeta, Ramsés fue un hombre dedicado a pensar la cultura como un derecho; ilustre de la necesaria descentralización.
Me lo presentó Juan Carlos Hidalgo, “él es Ramsés Salanueva, el poeta de la voz bronca”. Después se nos diría, “es el Lezama Lima del Valle del Mezquital”.
Recordaré su carcajada abierta y furibunda, eco de una vitalidad que acaso no supimos aprovechar, exprimir, llevar al límite, tan metidos en el trabajo y las cosas de la vida cotidiana; mohíno rostro y gran corpulencia que lo hacían parecer un gigante enfadado; al poco tiempo de conocerlo Ramsés era la gentiliza y el afecto, la generosidad y la carcajada. Recordaré al poeta, en esa antesala de su casa en Actopan, una especie de oficina en la que conversamos tardes enteras, en los pasillos del mercado de su pueblo cuando la resaca nos obligaba a buscar un caldo de barbacoa, sus anécdotas con otros escritores y las peleas monumentales con políticos y funcionarios menores. Enormes suéteres tejidos con estambre, la mirada fija por encima de las gafas antes de dar una respuesta brillante o levantar un insulto clamoroso frente a algún espíritu menor. Escurridizo en fiestas y reuniones, estentóreo ante la noche, amante del buen (y también del mal) trago y de la charla punzante, compañero de prostitutas y seres indómitos, vivió y escribió alejado de la fama literaria, del reconocimiento y acaso fue el periodismo (ese refugio, más que vocación) donde alcanzó mayor visibilidad.

Abriendo archivos y correos, copio un fragmento de su poema Resaca (enviado en febrero de 2010),

Tengo dolores amigables y placeres terribles.
Tengo palabras que nunca germinan y flores exhaustas de sexo.
Tengo luces muertas sumidas en la opacidad de la noche.
Tragedias invictas contra el destino de los hombres.
Dioses y mares embravecidos. Una navaja que corta el horizonte,
aunque nunca de manera infinita.
Tengo síntomas relacionados con la peste,
la angina curtida de alcohol,
verdes ojeras, y un pequeño rayo de fe,
para espantar las tinieblas, del amanecer,
donde se saludan los ladrones, y se abrazan los diablos,
ahí, acurrucado en el portal de la vigilia,
en la misma consecuencia que por sí sola,
sostiene el caudal infalible de los malos sueños…

Y su último mensaje, que me conmueve y rompe esta mañana singular, decía: “cuando regrese, me gustaría conocer a tu hija, es bueno saber que algo de ti perdurará; me avisas, cabrón”.
De ti, querido poeta, perdurará una literatura por descubrir, una figura por reivindicar y sobre todo una carcajada altísima, como un relámpago de regocijo, una señal de vida en la memoria de quienes te conocimos y apreciamos. Hasta siempre, amigo.

12.2.16

Itzel Navidad (1978-2016)

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Qué paradoja, el cáncer nos unió y ayer, nos separó definitivamente. Como muchos saben se fue Itzel Navidad (artista al completo de la escena sinaloense y nacional), de quien puedo decir fui su amigo, confidente y cómplice en los últimos años. Ella quería que le escribiera un monólogo sobre la enfermedad, sobre el cáncer de mama y especialmente sobre la fugacidad de la vida, lo frágil del cuerpo, contendor imperfecto.
Se creía que había superado la enfermedad y parecía que todo iba de maravilla, pero justo el día que nos reuniríamos en una cantina de la Ciudad de México para hablar sobre la obra, establecer una ruta crítica, convocatorias y demás, un dolor de cabeza punzante y agresivo le impidió llegar a la cita.
Esa noche terminó en el hospital y lo siguiente fue saber que había metástasis y el desenlace de la historia es de suponerse.
Lamento su muerte, me duele mucho que alguien con tal vitalidad y lucidez, libertad y belleza (en el sentido más amplio y también en el más profano) se haya ido, mientras pululan por aquí conservadores, personas sin ganas de vivir, que no se atreven, llenos de culpas y resquemores, atados a miedos ancestrales.
A Itzel la impulsaba un sentimiento máximo: disfrutar el presente y entregarse sin tibieza a su oficio, como si de un modo inconsciente supiera que tenía menos horas que el resto de su generación, quizá por eso amaba la noche y cultivó toda clase de amigos que hoy, en diversos puntos del país y del mundo le lloramos.
La conocí en Pátzcuaro en un encuentro de teatro escolar; después la vi prodigiosa en Mérida en una obra de Arístides Vargas (dirección de Saúl Meléndez y diseño de espacio de El Mosco) y se convirtió en esos amores imposibles, mujeres que por su talento en las tablas pero también por su sencillez y humildad ante el oficio te hacen suspirar, soñar con escribirles algo, una parte de tu voz en la suya.
Recuerdo que el maestro Alejandro Luna (coincidimos en un café internet, hace doce años no había wifi en todos los hoteles), después de aquella función en el cálido teatro de Raquel Araujo, me dijo: Esa mujer es fuego, más que la obra me interesó la protagonista.
Efectivamente Itzel era fuego, la belleza que quema, pero también la intensidad de la inteligencia y la honestidad a flor de piel. No puedo evitar sentirme triste al abrir los correos y leer sus cartas. Algún día querida Itzel (lo prometo en este balcón público) terminaré esa obra que te prometí y será actuada por otras muchas mujeres libres y enérgicas, las decenas de Itzeles que aún quedan para hacer de este mundo fugaz algo mejor, algo menos estático e hipócrita.
Yo tampoco quiero desperdiciar ni un segundo más, si de algo sirve la muerte es para reafirmar este trozo de vida; y te abrazo también, siempre. 


29.9.15

Feria del libro infantil y juvenil Pachuca 2015

Mis actividades en la ‪#‎Feria‬ del ‪#‎Libro‬ Infantil y Juvenil del CECULTAH. Centro Cultural del Ferrocarril. ‪#‎Pachuca‬, ‪#‎Hidalgo‬ (C/ Mejía s/n).
Presento el libro Cuentos de seis líneas con dictamen (Textos basados en el I Ching) de Ilallalí Hernández. 29/09 19:00 horas.
Obra de teatro Hikikomori 2.0 de mi autoría con Neurodrama Teatro y presentación editorial de Editorial Elementum. 30/09 17:00-18:30
Presento la antología de literatura hidalguense para jóvenes que prologué y seleccioné: ‪#‎SomoZombis‬. Elementum-Instituto Hidalguense de la Juventud. 02/10 18:00 horas.




8.9.15

Inmolación en Guadalajara

Mi obra Inmolación tiene montaje nuevo. Ahora en Guadalajara, Jalisco dirección de Fausto Ramírez.
Estudio Diana. 
Aquí.

14.8.15

CARTA A LOS ARTISTAS TLAXCALTECAS

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Queridos colegas y amigos del estado de Tlaxcala:

Llevo más o menos tres años asistiendo con cierta regularidad al estado de Tlaxcala, para acompañar, si acaso asesorar proyectos de interés cultural y artística, emprendimientos de la comunidad cultural en general. Ha sido por medio del Instituto Tlaxcalteca de Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.  
            Más allá de las satisfacciones personales, los nuevos amigos y las charlas en diversos rincones de la capital, mi interés ha ido creciendo respecto a las políticas culturales del estado y en general ante la cantidad y calidad de gestores culturales, empresas creativas en ciernes, iniciativas escénicas y de producción artística profesional o formativa.
            En Tlaxcala hay talento, no cabe duda. Y un aprecio por la cultura que no es común en el país. Además, un espacio geográfico que acompaña. Las condiciones están puestas para hacer del estado una potencia cultural a nivel nacional.
            No ahondaré, queridos amigos y colegas, en las circunstancias que han impedido que esto ocurra, son muchas y se necesitarían decenas de cartas para clarificar el panorama. Me centraré solamente en un acontecimiento que me parece fundamental para entender la compleja relación entre creadores-instituciones-público en Tlaxcala. La falta de unión, de coalición entre creadores de diversos orígenes y estilos.
            Hemos discutido al interior de las aulas del ITC diversas formas de alcance y generación de proyectos a favor del arte y la cultura en la entidad, simulacros de convocatorias, planes de explotación, encuestas a pie de calle, se revisaron carpetas y proyectos culturales. Incluso en la parte teórica, se han generado debates de intensidad plausible. ¿Qué falta para que esos proyectos, ideas y emprendimientos lleguen a buen puerto? Evidentemente la complicidad de las autoridades del estado – no existe, por ejemplo, una línea de crédito para proyectos creativos – pero también y sobre todo una confederación de empresarios y emprendedores culturales y creativos. Es tarea es ciudadana, civil. Capacidad para organizarse, dejar de bregar en solitario.
            Esta carta tiene una motivación por todos conocida, la paulatina mudanza de las actividades administrativas, pero también formativas, artísticas y culturales del edificio del ITC en el centro de la ciudad hacia otro espacio, lejano y por descubrir.
            Al respecto, he recibido decenas de quejas en privado, pero no he visto ninguna movilización consistente, acción o intervención social, postura gremial o colectiva de alto alcance. Ante la inminencia del suceso, saber que la ciudad de Tlaxcala perderá un edificio emblemático – hermoso, por otro lado y funcional – dedicado a las artes y la cultura, algunos gestores podrán enfocarse en cubrir ese nicho de mercado, verlo como oportunidad y no menoscabo.
            Sin embargo, me preocupa qué sucederá con muchas de las iniciativas que he tenido el privilegio de conocer, por ejemplo una orquesta infantil y juvenil de percusiones con material reciclado en una comunidad rural, el rescate de tipografía tradicional y originaria, un circuito de teatro profesional o la consolidación de un centro cultural independiente en Ocotlán, por mencionar sólo algunas, ¿podrán seguir asistiendo a los talleres y asesorías del ITC? ¿Las condiciones del transporte, los horarios y la nueva disposición administrativa permitirán a los gestores en ciernes seguir dialogando?  
            Me entristece que la capital de Tlaxcala pierda un sitio emblemático para la propagación del arte y la cultura, que desaproveche el protagonismo urbano y prestigio social, que el arte se considere un bien publico para las comisuras, destinado únicamente a la periferia. Pero me preocupa más la pasividad, frente a los cambios políticos que los perturban – muchas interrogantes en privado, pero pocas manifestaciones colectivas en el espacio público – que se suman a otras cuestiones; el destino del “elefante blanco” que duerme el sueño de los justos al lado del hasta hace unos días edificio del ITC, la remodelación de la Casa del Artista y los criterios para su uso y programación, la imposibilidad de los grupos locales para acceder al Teatro Xicoténcatl  (en especial fines de semana), los insuficientes (mal nacional) programas de estímulos y la necesidad de estar verdaderamente conectados con el público, con los ciudadanos tlaxcaltecas en todos los municipios.
            No los quiero aburrir, sólo pedirles que sean beligerantes y críticos, también con sus procesos creativos y de producción; exigentes cuando no existe claridad desde las instituciones y comprometidos en colectivo. Es una tarea nacional, pero en Tlaxcala reviste cierta urgencia. Ojalá el nuevo ITC y el Centro de las Artes sean oportunidades para crecer. No olvidemos que la cultura es un derecho constitucional, parte de nuestro afán es garantizarlo.

Con aprecio, su amigo y compañero, 
Enrique Olmos de Ita

Publicado en el suplemento Arteria del Sol de Tlaxcala

9.8.15

Inmolación en Colima

Cierre del Mes Colimense del Teatro 2015 llevó al escenario la obra Inmolación. Una obra original de Enrique Olmos y dirección de Ariadna Galván que con las excelentes actuaciones de Fernanda Santos y Fátima Galván, transportaron a todos los asistentes al mundo de la adolescencia, donde la falta de atención, el desamor, la presión y el bullying escolar, llevaron a una jovencita mexicana y un chico español al suicido.

Aquí

8.7.15

Cómo vacunar al público o La Muestra Estatal de San Luis Potosí

La crítica, escribe Evodio Escalante en La Jornada Semanal (8/02/2004 número 466), es la sobriedad exquisita. Ante esta necesidad y acaso necedad por puntualizar algunas aristas sobre la escena contemporánea en San Luis Potosí, aprovechando mi estancia en la M
uestra Estatal de Teatro 2015 emprendo una serie de comentarios, esperando de los lectores y en especial de los teatristas de la entidad la sobriedad exquisita del diálogo.
Aquí

5.5.15

Modelos animales de Aixa de la Cruz

Voy a recomendar un ‪#‎libro‬. Se llama Modelos animales (Ed. Salto de Página, España, 2015) y llegó por correo postal la semana pasada. Lo escribió Aixa de la Cruz, mi mejor amiga, así que no puedo ser crítico, sino complaciente y agradecido. Además, el primer relato de los siete que constituyen el libro está dedicado o inspirado en mí; a saber dice la cuarta de forros: "Una dramaturga desarrolla una obsesión enfermiza con la actriz que interpreta el papel principal de su obra". La acción ocurre en Montréal, ciudad en la que viví casi después de conocer a Aixa y habla de teatro, narraturgia, un gato, la fascinación ante la ciencia. En la Fundación Antonio ‪#‎Gala‬ para Jovénes Creadores en ‪#‎Córdoba‬ conocí a esta escritora bilbaína (pequeña, con voz de dibujo animado, algo radical y excelente bebedora), de hecho era mi vecina, su habitación estaba al lado de la mía y escuchaba desde el insomnio cómo subía el volumen de Loquillo  para inspirarse al escribir y cuando necesitábamos decirnos algo (estoy hablando de un tiempo anterior al whatsapp, incluso al smartphone) arrojábamos un zapato contra la pared. Era la más joven de nuestra promoción y hoy puedo asegurar que la más talentosa. Qué ojo tuvo el viejo Gala con esta niña apenas mayor de edad a quien su madre obligó a enviar un dossier para entrar en la FAG.
Nerd disfrazada de niña punk, euskalduna universal, hemos sido cómplices inumerables veces y quizá me conoce tan a fondo que hasta se atreve a resumirme en un ‪#‎personaje‬. Debe ser la mujer en el mundo que más consejos me ha dado y a quien recurro siempre en caso contingencia emocial, ergo, dispone de mucho material para convertirme en ficción y no dudo que lo siga haciendo.
Si quieren leer a una de las escritoras más importantes de la primera mitad de este siglo en nuestra lengua, antes de que sea (más) famosa, compren Modelos animales (hacen envíos a bajo costo a todo el mundo desde la página web de la editorial). ‪#‎Literatura‬ de la buena, perturbadora y experimental sin llegar a ser indescifrable, auténtica de un modo generoso con el lector, especialmente desde la voz (y lenguaje) de la autora que está presente en los cuentos, como si los personajes no estuvieran ajenos a su cotidianidad, sino de un modo asequible, los reuniera en torno a la barra de un bar a relatar historias que nunca son trepidantes porque forman parte de un catálogo de versiones más o menos familiares, crónicas de la intimidad emocional que acompaña con guiños a sus obsesiones y contexto cultural; el conflicto vasco, los testigos de Jehová, gatos (animales en general), el rock, la alimentación como problema, la tortura, la soledad y el mundo anglosajón idealizado. Eso que llaman estilo, aquí en pleno esplendor. 
Leed, que no hace daño.  

4.5.15

Vuelve Patán al Estudio Diana

Patán en Guadalajara.
Aquí más.

Patán, monólogo para un perro cuya vida es sueño, tendrá una segunda temporada durante los fines de semana del mes de mayo

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23.4.15

Tijuana como escenario

Tijuana no es una ciudad, es una metáfora urbanizada. Tijuana es el puente sensible, cartografía simbólica no de dos culturas que se tocan, sino del temperamento latinoamericano en general, la particularidad de la vida californiana y la sombra del imperio que evade el aislamiento identitario. Tijuana está ahí, en ese nudo de calles que atajan el mar y se repliegan hacia un muro. Tijuana habita desde la óptica fantástica de sí misma, como la seducción de una puta frente al espejo.

6.4.15

Motivos para dejar el teatro

Motivos para dejar el teatro en casi cualquier de Occidente sobran. La precariedad laboral, los salarios injustos y esclavistas por hora trabajada, el desdén de las autoridades, la ausencia de público genuino, amplio, crítico; la centralización de la oferta y las cúpulas internas, camarillas que entre unos pocos transitan de la endogamia a la corrupción a la hora de repartir las precarias subvenciones (muchas veces, el peor enemigo del teatro es el teatrista hegemónico). En fin, el actor catalán Carlos ‪#‎Olalla‬ escribe sobre su derrota, se baja del escenario y nos pone a pensar, que una actividad artística puede ser un acto de resitencia, sí, pero también debería ser otra cosa, por ejemplo un empleo medianamente remunerado. 

SE ACABÓ. ME BAJO DEL ESCENARIO. Amo al ‪#‎teatro‬ por encima de todo. Por eso la de esta noche en el Alfil ha sido mi última representación. Hace dos años gané el premio de periodismo cultural Paco Rabal con un artículo titulado “El teatro es un acto de resistencia”. En él defendía que hacer e ir al teatro era un acto de resistencia ante el genocidio de la ‪#‎cultura‬ que practica este gobierno. Hoy,harto de trabajar en los escenarios en condiciones esclavistas, sin cobrar un duro y dependiendo de que amigos o familiares vengan a verte porque las salas no pueden invertir en promoción, he entendido que me equivocaba. Seguir trabajando en estas condiciones es hacerle el juego a un gobierno que criminaliza la cultura. Nosotros, trabajando sin cobrar, estamos escondiendo la realidad del sector. Ha sido nuestro trabajo no remunerado durante todo este tiempo el que ha hecho que muchas salas permanezcan abiertas. Pero el teatro es una profesión, y como tal debe ser remunerada. El público no es consciente de la realidad de nuestro sector, con un paro superior al 90%, una precariedad laboral del 98% y una retribución por hora en las salas de teatro alternativas que, en el mejor de los casos, no alcanza los 50 céntimos la hora. Y nosotros, con alfombras rojas o manteniendo abiertas ‪#‎salas‬ alternativas gracias a nuestro trabajo esclavo, estamos contribuyendo a ello. Por eso, porque amo tanto el teatro, no volveré a subir profesionalmente a un escenario hasta que bajen el ‪#‎IVA‬. Solo me veréis en funciones benéficas apoyando las causas en las que creo, pero no a un gobierno que desprecia, persigue y criminaliza la cultura.
 

14.3.15

Sí, yo también estaba viendo la película Factotum en youtube sobre una novela de Charles Bukowski

Es asombroso lo torvamente que nos aferramos a nuestra desdicha, la energía que quemamos para alimentar nuestra rabia. Es asombroso cómo podemos gruñir como bestias e instantes después olvidar qué y por qué. No horas así, ni días, meses o años así, sino décadas. Vidas completamente malgastadas, entregadas a los rencores y odios más mezquinos. Al final no queda nada que la muerte pueda llevarse...

13.3.15

2 poemas 2

Me da vértigo el punto muerto…
y la marcha atrás,
vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gas-oil.
Me angustia el cruce de miradas,
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.
Me arruinan las prisas y las faltas de estilo
el paso obligatorio,
las tardes de domingo y hasta la linea recta.
Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran a sus ideales
sobre los de cualquiera
Me cansa tanto tráfico
y tanto sin sentido
varado frente al mar mientras el mundo gira.
Fragmento del poema Ideario de Francisco M.Ortega Palomares

Esos que no hablan pero están
en las tragedias de Eurípides y no dicen palabra pero están
regocijados de ver al hombre tropezar
más de una vez sobre su propio palio están
aunque no hacen ni dicen ni sienten ni derrocan...

LEGOM

19.1.15

No volveré a ser joven

No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

28.12.14

Lo mejor del teatro mexicano en 2014

Odio las #listas de fin de año; los mejores #libros, obras de #teatro, lugares para suicidarse, juguetes sexuales, juguetes sexuales con baterías incluidas y moteles con espejos. Toda lista me parece producto de la #impunidad de quien la perpetra. A continuación mi impune propuesta (acá #TopTen) de lo mejor del teatro mexicano imaginario en el 2014. Es ficción, aclaro. 
Aquí

27.9.14

La muerte de Heriberto Yépez y la literatura y el periodismo en Hidalgo, una propuesta

Venía en el autobús, de camino al coloquio para presentar esta ponencia y leí en twitter que Heriberto Yépez había muerto (lo cual dicho sea de paso, originó un cambio total en mi texto, una reescritura). No él como persona, sino como autor, el propio Yépez se despedía.
Lo anunciaba así en su blog: Quiero hacer pública una decisión que tomé hace tiempo pero que ahora quiero comunicar a mis tres o cuatro lectores, y que he venido comunicando estos días a mis amigos. Este 2014 se cumplen 20 años del inicio de mi proyecto de escritura que he realizado bajo la firma "Heriberto Yépez". En estas dos décadas he publicado más de veinte libros y he escrito algunos más que permanecen inéditos, por una u otra razón. He tomado la decisión de dar cierre a dicho proyecto de escritura. Se puede decir que la obra de Heriberto Yépez ha concluido.
A Heriberto Yépez lo considero un amigo lejano, una influencia cercana, un hombre con el cual he crecido como autor, más allá de evidentes disensos (su absurda necesidad psicoanalítica, las afrentas verbales con otros autores de su generación y algunas polémicas innecesarias o disertaciones sobre temas menores que a él le apasionan), pero me ha permitido, como a muchos autores de mi generación, en especial a los que habitamos fuera de la Ciudad de México, entender/debatir la literatura contemporánea desde una perspectiva moderna: La flexibilidad de los géneros, erradicar las fronteras entre lo narrativo, lo dramático y lo poético, las influencias de la poesía visual, el canon clásico transformado en experimento posmoderno, de los estudios literarios devenidos del punk y del ensayo científico que transitan de la simple divulgación a convertirse en una indagación compleja sobre lo humano, hasta la revisión de la cultura popular, especialmente televisiva o televisada, verificando los signos posibles en la huella literaria. Y ni hablar de las biografías de escritores, a ratos más un vestigio en el tiempo/espacio de la ficción, más potente que su propia obra y que dilata mayores signos de interpretación histórica.
Heriberto Yépez, la inteligencia original y acaso secreta que vive en Tijuana anuncia su propia muerte. Su proyecto de escritura ha concluido. Creo que a todos los escritores nos gustaría cambiar de vida, dejar de escribir, hacernos otros. De este ensayista y novelista criado en los bajos barrios de la frontera norte conservo dos
objetos afectivos. El primero, un libro suyo (A.B.U.R.T.O.) malamente autografiado por él en encuentro de Jóvenes Creadores del FONCA, en cuyas páginas un grupo de becarios esnifamos cocaína el día del cierre hasta que una hemorragia en la nariz me obligara a huir con estrépito a mi habitación. Recuperé ese libro después, amén de una serie de peripecias y de alguien que encontró la dedicatoria y se preocupó por devolver el ejemplar a su dueño. El otro objeto, un sobre grande y plastificado en el cual hice viajar libros, desde Bilbao a Tijuana y de regreso, de Tijuana a Apan, Hidalgo según mi residencia. Un par de envíos rechazados y no sé por qué no cambié el sobre, supongo que porque su dirección ya estaba rotulada y este Frankenstein de los sobres, reconstruido con cinta y trozos de otros sobres nos indicaba el destinatario. En esa época, para enviarle correspondencia a Yépez había que consignar la dirección postal de un taller mecánico que estaba cerca de su casa (o eso decía él).
Le envíe mis primeros libros – me interesa leer teatro, me decía – pero nunca me hizo un comentario textual sobre su contenido. Es uno de los pocos, de los últimos intelectuales que van al teatro, que conocen la escena contemporánea y que les interesa la dramaturgia al mismo tiempo como género literario, que como documento de la realidad transformado en asamblea.
Porque al final, la puesta en escena como elemento simbólico del espacio-tiempo en una sociedad, no es más que la radiografía de un tema público y su relación con esos ciudadanos-espectadores que lo juzgan. Por eso el teatro es el arte político por excelencia y la dramaturgia el género literario más cercano al periodismo. Eso indica, la relación de teatro documental y su auge en sociedades con poca libertad de prensa.
Experimentos de relación de lo teatral/textual con la vida política de una sociedad abundan. Por ejemplo, el Teatro Abierto y Teatro de la Memoria en Argentina, sobre los desparecidos políticos de las dictaduras, el Colegio del Cuerpo en Colombia, espacios de teatro/danza con ex guerrilleros, la Berralus Free Theater de Minsk sobre la actual dictadura bielorrusa y la escritura y puesta en escena de obras en lenguas minoritarias – como el euskera o el catalán en la Península Ibérica – amén
del teatro de resistencia en las comunidades indígenas de América Latina y el trabajo de grupos como Lagartijas Tiradas al Sol en México, por citar algún ejemplo más cercano.
La dramaturgia, esa disciplina cada vez menos literaria y cada vez más otra cosa (innombrable) útil y necesaria para llegar a los espectadores está contaminada de periodismo, de estadísticas, de acontecimientos recientes, de temas que están en la vida cotidiana. Un teatro moderno se nutre de los acontecimientos consustanciales. Lo mismo para la literatura.
Y al revés, el periodismo – no solo el cultural – debe nutrirse de las condiciones estructurales, de las necesidades creativas y debe respirar la crítica que provienen de la literatura y diría yo de todas las ates.
En Hidalgo, por ejemplo, leo un pobre periodismo y una literatura marginal, fincada en pequeñas islas, que hablan poco o nada de los dilemas locales sin estancarse en el más elemental naturalismo o en el cuadro de costumbres. Aunque hay notables excepciones como la del maestro Rivera Flores – autor de La Sosa Nostra – quien trazó un documento vital para entender, desde una prosa personalísima y una investigación precisa, el auge y apropiamiento de Gerardo Sosa Castelán, actual dueño de la UAEH.
Salvo ese tipo de ejemplos combativos, el periodismo en el estado es de una decadencia brutal. Se compone de editores que procuran cuidar su pequeña cuota de poder no molestando al gobernador y a los burócratas de turno. Hay un olor a chayote en todo el periodismo local, lo mismo desde la cúpula universitaria que desde el crisol del poder estatal.
Construyendo en sus medios de comunicación toda clase de lisonjas, muchos de los periodistas de Hidalgo no son comunicadores, sino extensión del poder central, meros voceros. Si la literatura necesita investigación sobre sus temas y personajes, el periodismo más, requiere ahondar en las relaciones de poder y en la estatura moral de sus protagonistas. Y aquí la investigación se reduce a copiar y pegar un boletín de prensa, adherir al mentón de un sujeto una grabadora y hacer tres preguntas de cajón. Pedirle al sujeto que se presente “su nombre y qué función desempeña en este evento”. Evitar la crítica, convertir el diálogo en un ensayo general con cámaras y micrófonos.
Hay que ser miserables o tener una vida francamente deprimente para pensar que eso es hacer periodismo. Y que los valores de la comunicación humana, ya escrita o dialogada, se reducen a acatar soberanamente los estatutos del poder por un sueldo ni siquiera consistente. El periodismo en el estado, al contrario de la literatura, en muchos casos vital y beligerante a su manera, desfasada y no canónica, padece de inmovilidad, la misma inmovilidad que tiene al estado en un momento pre democrático.
Ojalá muchos editores, reporteros y trabajadores de los medios de comunicación en el estado hicieran lo de Heriberto Yépez. Aquí hago mi propuesta: Dejar su nombre de escritura, su proyecto público y buscar con un seudónimo; decir lo que no pueden decir con sus nombres de pila. Me gustaría ver a esos reporteros y editores que en las cantinas y en los bares hipsters diseccionan la realidad y conocen a la perfección la médula de los problemas políticos, sociales y culturales del estado, exponer desde un seudónimo literario su afrenta, para ir más allá del copiar-pegar una declaración.
Los que estamos de este lado, dando la batalla por la libertad de expresión y por el avance sistemático de la comunicación, los que nos dejamos el hígado en cada postura, en cada debate, los que firmamos con nuestro nombre público cada columna, opinión o declaración necesitamos sentirnos menos solos y entender que en nuestro estado también hay periodistas con dimensión literaria y no solo burócratas que están detrás de un medio supuestamente privado.

Descanse en paz Heriberto Yépez, dicho sea de paso.

* Ponencia leída en el Coloquio de literatura y periodismo de Hidalgo. Centro de las Artes. 2014.