Comenzó la farándula.
No es fácil solventar un proyecto con estas cualidades, de estas dimensiones, para esta clase de espacios. No es fácil poner a tres artistas (y los que se fueron sumando) a pensar en un tema en común. Debord nos ayudó. Sin ser una apología o reinterpretación de su célebre libro, sólo se busca darle una lectura nueva, en nuestro tiempo, desde nuestras limitaciones a esta "sociedad del espectáculo".
No sobra agradecer, a todas las manos que ayudaron a pintar, a los que entraron a una cabina y la llenaron de arte, a los que pensaron soluciones, a las que invitaban gente en la entrada de la muestra, con copa en mano, a los actores y demás creativos. A los que estaban ahí, en suma. Agradecer a la gente que refuerza desinteresadamente, la función de este post.
Entren al laberinto...