11.10.07

Dramaturgia y Premio Nobel de Literatura: un pronóstico seguro

Los dramaturgos que han recibido el Premio Nobel a lo largo de la historia son:
Bjrnstjerne Bjrnson (Noruega, 1903); J. Echegaray y Eizaguirre (España, 1904); Paul von Heyse (Alemania, 1910); Maurice Maetrlinck (Bélgica, 1911); Gerhart Haupfmann (Alemania, 1912); Rabindranath Tagore (India, 1913); J. Benavente y Martínez (España, 1922); George Bernard Shaw (Gran Bretaña, 1925); Luigi Pirandello (Italia, 1934); Eugene O'Neill (Estados Unidos, 1936); Francois Mauriac (Francia, 1952); Halldór Laxness (Islandia 1955); Albert Camus (Francia, 1957); Jean-Paul Sartre (Francia, 1964); Samuel Beckett (Irlanda, 1969); Harry Edmund Martinson (Suecia, 1974); Wole Soyinka (1986); Dario Fo (Italia, 1997); Gao Xinjiang (Francia-China, 2000); Efriede Jenilek (Austria, 2004) y Harold Pinter (2005, Reino Unido).
Hay quienes han escrito teatro escasamente – como Octavio Paz y Gunter Grass, por ejemplo – pero no se les puede considerar dramaturgos pues la importancia de su obra no reside en este género.
A unas horas de conocer al nuevo rey de la literatura mundial hago llegar hasta el ciberespacio mi desencanto y escepticismo por este premio, además de un seguro pronóstico.
Lo detesto no sólo por las enormes injusticias, en nuestra lengua basta citar a Unamuno, Huidobro, Reyes, Borges, Cortázar, Rulfo, Cernuda y Onetti que apenas estuvieron cerca, al contrario de Gabriela Mistral o Miguel Ángel Asturias que no han resultado tan decisivos en la literatura hispanoamericana.
Es curioso, además, que nuestra lengua ostente dos dramaturgos en su lista de gratificados, ambos españoles. El primero, J. Echegaray y Eizaguirre (1904), prácticamente desconocido y poco o nada influyente en el devenir de la dramaturgia española – o sí, quizá por eso tan triste panorama – y mucho menos en la continental, como lengua. Un melodramático escritor de obras menores.
Con Benavente (1922) es distinto, porque más que un gran dramaturgo universal, fue un escritor teatral de su aldea y tal vez el último representante de una tradición comediográfica vital en la historia de la literatura universal: la española.
Despertó cierto interés en la literatura dramática como vitalidad cotidiana e influyó a sus coterráneos escritores para asomarse a un teatro renovado, menos sentimental, más psicológico, menos cortesano, más callejero.
Como director de escena, llevó la literatura al teatro o viceversa, y fue uno de los primeros homosexuales en aceptarlo casi públicamente (o sin el casi), para lo cual utilizó veladamente muchas de sus piezas, personajes, situaciones. Sin embargo, el anquilosamiento de la dramaturgia española en el segundo tercio de siglo (producto de la guerra civil) y los esfuerzos por conseguir un teatro de identidad nacional en América Latina imposibilitaron que la obra de Benavente fuera localmente universal, por lo menos en su lengua, y ni hablar de otras.
No obstante todavía El nido ajeno y La noche del sábado, son lecturas infaltables en cualquier lector hispanoamericano. Con La noche del sábado, por ejemplo, Benavente experimenta con la interacción de modelos narrativos y dramáticos, haciendo uso de la hoy llamada narraturgia.
En el fondo, lo que más me gusta de Jacinto Benavente y Martínez es que cultivó el teatro casi totalmente, ¡hasta incursionó en el circo! También ejerció la crítica, en el periódico El Imparcial. Quizá el único crítico de teatro en el Nobel de Literatura.
Para rematar con el premio, mi pronóstico es que este año no lo ganará un dramaturgo. Quizá dentro de muchos años no lo vuelva a ganar un dramaturgo. En esta clase de cosas pesa mucho más la estrategia política, la cercanía con el régimen del lugar de origen o acogida, la lengua en la que se escribe y los prejuicios de un jurado que aparentemente sólo lee lengua inglesa. De los últimos seis galardonados (2001-2006), la mitad escribe en inglés (Naipaul, Cotezee y Pinter). Y en los últimos dieciséis años (1991-2006), siete han escrito en la lengua de Shakespeare (Gordimer, Walcott, Morrison, Heaney, Naipaul, Cotezee y Pinter).
Por lo tanto, no creo que gane, otra vez, alguien de mi lengua. Aunque sí un autor muy bien traducido al idioma del imperio (no es el caso de Fuentes ni Vargas Llosa, principales contendientes en castellano) o alguno de los autores que mucho suenan en inglés: Roth (E.U.), Murray (Australia) y Lessing (Reino Unido).
Aunque quizá (tal vez más por entiusiasmo) sea la hora de que la lengua de Cervantes se haga presente después de tantos años (Octavio Paz, 1990 y Camilo José Cela en 1989) sin galardón; por otro lado creo que ganará alguien que pueda mediar entre la opinión pública del mundo árabe y Occidente. Hay que recordar que el premio se está “orientalizado”, pues durante muchos años sólo se leían a los autores de Occidente.
Así que mi pronóstico está ahí, he jugado tímidamente mis cartas. No sé quién conquistará el mediatizado premio de las letras, pero de algo estoy seguro, sé quién definitivamente no lo ganará: tú.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que parte de la historia del Nobel se hace con los que no lo han ganado. Y, sí, el imperio del inglés es llamativo ya. Así como la orientalización. Y esa apuesta por desconocidos universales: gente conocida en ciertos ámbitos, leída en círculos restringidos que, op là, ganan el Nobel y se vuelven absolutamente necesarios y ubicuos: ¿No habías leído nada de Elfriede Jalinek? ¿Cómo pudiste sobrevivir, zútaro?

También me parece llamativa la ausencia del francés, cultura e idioma con grandes pesos pesados. No contaremos al chino nacionalizado, pues escribía en chino, así que tenemos que remontarnos a Claude Simon en 1985. El otro último francés fue en 1964 Jean Paul Sartre, que lo rechazó. ¿Les habrá quedado espinita a los suecos?

También "canta" la ausencia de Kavafis...

Y la ausencia de tu mail en mi bandeja de entrada.

Saludos transoceánicos, Olmos. S.T.E.D.M.

Anónimo dijo...

yo sé quién no lo ganará el año próximo: tú...

Anónimo dijo...

Se me hacen muchos dramaturgos para tan poco teatro bueno en los ´sultimos cien años...

Enrique Olmos de Ita dijo...

¿Notaste Núñez que en mis predicciones estaba Lessing? La verdad es que era de esperase, cumplía el perfil perfectamente, nacida en Irán y criada en Rhodesia, ergo interlocutora con el tercer mundo. Mujer con activismo político, en sus últimos años (u horas) y escritora en buen inglés, por su puesto.
Para lo buena que es la literatura italiana también hacen falta varios.
Uno siempre quiere defender a los suyos, pero no creo que Vargas Llosa lo merezca, de españoles prefiero a Panero.
De latinoamericanos, que resuciten a Cortázar y se lo den.

Anónimo dijo...

por qué todos los dizque escritores hacen un estudio sobre "el premio Nobel", van seis blogs que visito y todos hablan de lo mismo, ya chole...

Anónimo dijo...

neta...

Anónimo dijo...

No sé para qué tanto pedo por el noble Nobel si al final sabemos que sólo es una estrategia para ganr dinero, de las editoriales...

Anónimo dijo...

¡Muchos dramaturgos han ganado el Nobel! Je, me acabas de ahorar un trabajo escolar, gracias...

Pd. te ves guapo en la foto, ¿dónde vives?