La televisión pública española decidió suprimir la única revista de artes escénicas, más bien dramáticas, diría yo, que tenía en su curiosa parrilla. Realmente era el único lugar de la televisión ibérica donde se citaban los creadores más importantes del teatro y la danza contemporánea, un acercamiento a propuestas innovadoras. Se supone que RTVE tiene una oferta de canal cultural, aunque más bien exhiben partidos de balonmano y programillas del "corazón", además de telediarios donde repiten hasta el hartazgo las declaraciones de sus celebres políticos o coberturas soporíferas de lo que sucede "en el cogreso de los diputados". Lamentable, sencillamente triste para todo el sector de las artes escénicas españolas que maten sin pudor a La Mandrágora, aunque como bien apunta Antonio Sempere la indiferencia del medio ya lo había hecho antes.
En su lugar, un inepto y ágrafo - a pesar de ser finalista del Premio Planeta - Boris Izaguirre tendrá un programa de entrevistas. Queda claro que para el gobierno de España - de supuesta izquierda - el arte y la cultura están mejor bajo tierra.
Sólo espero que guarden en la web los episodios antiguos de La Mandrágora y se puedan consultar libremente.
En su lugar, un inepto y ágrafo - a pesar de ser finalista del Premio Planeta - Boris Izaguirre tendrá un programa de entrevistas. Queda claro que para el gobierno de España - de supuesta izquierda - el arte y la cultura están mejor bajo tierra.
Sólo espero que guarden en la web los episodios antiguos de La Mandrágora y se puedan consultar libremente.
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