14.8.15

CARTA A LOS ARTISTAS TLAXCALTECAS

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Queridos colegas y amigos del estado de Tlaxcala:

Llevo más o menos tres años asistiendo con cierta regularidad al estado de Tlaxcala, para acompañar, si acaso asesorar proyectos de interés cultural y artística, emprendimientos de la comunidad cultural en general. Ha sido por medio del Instituto Tlaxcalteca de Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.  
            Más allá de las satisfacciones personales, los nuevos amigos y las charlas en diversos rincones de la capital, mi interés ha ido creciendo respecto a las políticas culturales del estado y en general ante la cantidad y calidad de gestores culturales, empresas creativas en ciernes, iniciativas escénicas y de producción artística profesional o formativa.
            En Tlaxcala hay talento, no cabe duda. Y un aprecio por la cultura que no es común en el país. Además, un espacio geográfico que acompaña. Las condiciones están puestas para hacer del estado una potencia cultural a nivel nacional.
            No ahondaré, queridos amigos y colegas, en las circunstancias que han impedido que esto ocurra, son muchas y se necesitarían decenas de cartas para clarificar el panorama. Me centraré solamente en un acontecimiento que me parece fundamental para entender la compleja relación entre creadores-instituciones-público en Tlaxcala. La falta de unión, de coalición entre creadores de diversos orígenes y estilos.
            Hemos discutido al interior de las aulas del ITC diversas formas de alcance y generación de proyectos a favor del arte y la cultura en la entidad, simulacros de convocatorias, planes de explotación, encuestas a pie de calle, se revisaron carpetas y proyectos culturales. Incluso en la parte teórica, se han generado debates de intensidad plausible. ¿Qué falta para que esos proyectos, ideas y emprendimientos lleguen a buen puerto? Evidentemente la complicidad de las autoridades del estado – no existe, por ejemplo, una línea de crédito para proyectos creativos – pero también y sobre todo una confederación de empresarios y emprendedores culturales y creativos. Es tarea es ciudadana, civil. Capacidad para organizarse, dejar de bregar en solitario.
            Esta carta tiene una motivación por todos conocida, la paulatina mudanza de las actividades administrativas, pero también formativas, artísticas y culturales del edificio del ITC en el centro de la ciudad hacia otro espacio, lejano y por descubrir.
            Al respecto, he recibido decenas de quejas en privado, pero no he visto ninguna movilización consistente, acción o intervención social, postura gremial o colectiva de alto alcance. Ante la inminencia del suceso, saber que la ciudad de Tlaxcala perderá un edificio emblemático – hermoso, por otro lado y funcional – dedicado a las artes y la cultura, algunos gestores podrán enfocarse en cubrir ese nicho de mercado, verlo como oportunidad y no menoscabo.
            Sin embargo, me preocupa qué sucederá con muchas de las iniciativas que he tenido el privilegio de conocer, por ejemplo una orquesta infantil y juvenil de percusiones con material reciclado en una comunidad rural, el rescate de tipografía tradicional y originaria, un circuito de teatro profesional o la consolidación de un centro cultural independiente en Ocotlán, por mencionar sólo algunas, ¿podrán seguir asistiendo a los talleres y asesorías del ITC? ¿Las condiciones del transporte, los horarios y la nueva disposición administrativa permitirán a los gestores en ciernes seguir dialogando?  
            Me entristece que la capital de Tlaxcala pierda un sitio emblemático para la propagación del arte y la cultura, que desaproveche el protagonismo urbano y prestigio social, que el arte se considere un bien publico para las comisuras, destinado únicamente a la periferia. Pero me preocupa más la pasividad, frente a los cambios políticos que los perturban – muchas interrogantes en privado, pero pocas manifestaciones colectivas en el espacio público – que se suman a otras cuestiones; el destino del “elefante blanco” que duerme el sueño de los justos al lado del hasta hace unos días edificio del ITC, la remodelación de la Casa del Artista y los criterios para su uso y programación, la imposibilidad de los grupos locales para acceder al Teatro Xicoténcatl  (en especial fines de semana), los insuficientes (mal nacional) programas de estímulos y la necesidad de estar verdaderamente conectados con el público, con los ciudadanos tlaxcaltecas en todos los municipios.
            No los quiero aburrir, sólo pedirles que sean beligerantes y críticos, también con sus procesos creativos y de producción; exigentes cuando no existe claridad desde las instituciones y comprometidos en colectivo. Es una tarea nacional, pero en Tlaxcala reviste cierta urgencia. Ojalá el nuevo ITC y el Centro de las Artes sean oportunidades para crecer. No olvidemos que la cultura es un derecho constitucional, parte de nuestro afán es garantizarlo.

Con aprecio, su amigo y compañero, 
Enrique Olmos de Ita

Publicado en el suplemento Arteria del Sol de Tlaxcala

9.8.15

Inmolación en Colima

Cierre del Mes Colimense del Teatro 2015 llevó al escenario la obra Inmolación. Una obra original de Enrique Olmos y dirección de Ariadna Galván que con las excelentes actuaciones de Fernanda Santos y Fátima Galván, transportaron a todos los asistentes al mundo de la adolescencia, donde la falta de atención, el desamor, la presión y el bullying escolar, llevaron a una jovencita mexicana y un chico español al suicido.

Aquí

8.7.15

Cómo vacunar al público o La Muestra Estatal de San Luis Potosí

La crítica, escribe Evodio Escalante en La Jornada Semanal (8/02/2004 número 466), es la sobriedad exquisita. Ante esta necesidad y acaso necedad por puntualizar algunas aristas sobre la escena contemporánea en San Luis Potosí, aprovechando mi estancia en la M
uestra Estatal de Teatro 2015 emprendo una serie de comentarios, esperando de los lectores y en especial de los teatristas de la entidad la sobriedad exquisita del diálogo.
Aquí

5.5.15

Modelos animales de Aixa de la Cruz

Voy a recomendar un ‪#‎libro‬. Se llama Modelos animales (Ed. Salto de Página, España, 2015) y llegó por correo postal la semana pasada. Lo escribió Aixa de la Cruz, mi mejor amiga, así que no puedo ser crítico, sino complaciente y agradecido. Además, el primer relato de los siete que constituyen el libro está dedicado o inspirado en mí; a saber dice la cuarta de forros: "Una dramaturga desarrolla una obsesión enfermiza con la actriz que interpreta el papel principal de su obra". La acción ocurre en Montréal, ciudad en la que viví casi después de conocer a Aixa y habla de teatro, narraturgia, un gato, la fascinación ante la ciencia. En la Fundación Antonio ‪#‎Gala‬ para Jovénes Creadores en ‪#‎Córdoba‬ conocí a esta escritora bilbaína (pequeña, con voz de dibujo animado, algo radical y excelente bebedora), de hecho era mi vecina, su habitación estaba al lado de la mía y escuchaba desde el insomnio cómo subía el volumen de Loquillo  para inspirarse al escribir y cuando necesitábamos decirnos algo (estoy hablando de un tiempo anterior al whatsapp, incluso al smartphone) arrojábamos un zapato contra la pared. Era la más joven de nuestra promoción y hoy puedo asegurar que la más talentosa. Qué ojo tuvo el viejo Gala con esta niña apenas mayor de edad a quien su madre obligó a enviar un dossier para entrar en la FAG.
Nerd disfrazada de niña punk, euskalduna universal, hemos sido cómplices inumerables veces y quizá me conoce tan a fondo que hasta se atreve a resumirme en un ‪#‎personaje‬. Debe ser la mujer en el mundo que más consejos me ha dado y a quien recurro siempre en caso contingencia emocial, ergo, dispone de mucho material para convertirme en ficción y no dudo que lo siga haciendo.
Si quieren leer a una de las escritoras más importantes de la primera mitad de este siglo en nuestra lengua, antes de que sea (más) famosa, compren Modelos animales (hacen envíos a bajo costo a todo el mundo desde la página web de la editorial). ‪#‎Literatura‬ de la buena, perturbadora y experimental sin llegar a ser indescifrable, auténtica de un modo generoso con el lector, especialmente desde la voz (y lenguaje) de la autora que está presente en los cuentos, como si los personajes no estuvieran ajenos a su cotidianidad, sino de un modo asequible, los reuniera en torno a la barra de un bar a relatar historias que nunca son trepidantes porque forman parte de un catálogo de versiones más o menos familiares, crónicas de la intimidad emocional que acompaña con guiños a sus obsesiones y contexto cultural; el conflicto vasco, los testigos de Jehová, gatos (animales en general), el rock, la alimentación como problema, la tortura, la soledad y el mundo anglosajón idealizado. Eso que llaman estilo, aquí en pleno esplendor. 
Leed, que no hace daño.  

4.5.15

Vuelve Patán al Estudio Diana

Patán en Guadalajara.
Aquí más.

Patán, monólogo para un perro cuya vida es sueño, tendrá una segunda temporada durante los fines de semana del mes de mayo

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23.4.15

Tijuana como escenario

Tijuana no es una ciudad, es una metáfora urbanizada. Tijuana es el puente sensible, cartografía simbólica no de dos culturas que se tocan, sino del temperamento latinoamericano en general, la particularidad de la vida californiana y la sombra del imperio que evade el aislamiento identitario. Tijuana está ahí, en ese nudo de calles que atajan el mar y se repliegan hacia un muro. Tijuana habita desde la óptica fantástica de sí misma, como la seducción de una puta frente al espejo.

6.4.15

Motivos para dejar el teatro

Motivos para dejar el teatro en casi cualquier de Occidente sobran. La precariedad laboral, los salarios injustos y esclavistas por hora trabajada, el desdén de las autoridades, la ausencia de público genuino, amplio, crítico; la centralización de la oferta y las cúpulas internas, camarillas que entre unos pocos transitan de la endogamia a la corrupción a la hora de repartir las precarias subvenciones (muchas veces, el peor enemigo del teatro es el teatrista hegemónico). En fin, el actor catalán Carlos ‪#‎Olalla‬ escribe sobre su derrota, se baja del escenario y nos pone a pensar, que una actividad artística puede ser un acto de resitencia, sí, pero también debería ser otra cosa, por ejemplo un empleo medianamente remunerado. 

SE ACABÓ. ME BAJO DEL ESCENARIO. Amo al ‪#‎teatro‬ por encima de todo. Por eso la de esta noche en el Alfil ha sido mi última representación. Hace dos años gané el premio de periodismo cultural Paco Rabal con un artículo titulado “El teatro es un acto de resistencia”. En él defendía que hacer e ir al teatro era un acto de resistencia ante el genocidio de la ‪#‎cultura‬ que practica este gobierno. Hoy,harto de trabajar en los escenarios en condiciones esclavistas, sin cobrar un duro y dependiendo de que amigos o familiares vengan a verte porque las salas no pueden invertir en promoción, he entendido que me equivocaba. Seguir trabajando en estas condiciones es hacerle el juego a un gobierno que criminaliza la cultura. Nosotros, trabajando sin cobrar, estamos escondiendo la realidad del sector. Ha sido nuestro trabajo no remunerado durante todo este tiempo el que ha hecho que muchas salas permanezcan abiertas. Pero el teatro es una profesión, y como tal debe ser remunerada. El público no es consciente de la realidad de nuestro sector, con un paro superior al 90%, una precariedad laboral del 98% y una retribución por hora en las salas de teatro alternativas que, en el mejor de los casos, no alcanza los 50 céntimos la hora. Y nosotros, con alfombras rojas o manteniendo abiertas ‪#‎salas‬ alternativas gracias a nuestro trabajo esclavo, estamos contribuyendo a ello. Por eso, porque amo tanto el teatro, no volveré a subir profesionalmente a un escenario hasta que bajen el ‪#‎IVA‬. Solo me veréis en funciones benéficas apoyando las causas en las que creo, pero no a un gobierno que desprecia, persigue y criminaliza la cultura.
 

14.3.15

Sí, yo también estaba viendo la película Factotum en youtube sobre una novela de Charles Bukowski

Es asombroso lo torvamente que nos aferramos a nuestra desdicha, la energía que quemamos para alimentar nuestra rabia. Es asombroso cómo podemos gruñir como bestias e instantes después olvidar qué y por qué. No horas así, ni días, meses o años así, sino décadas. Vidas completamente malgastadas, entregadas a los rencores y odios más mezquinos. Al final no queda nada que la muerte pueda llevarse...

13.3.15

2 poemas 2

Me da vértigo el punto muerto…
y la marcha atrás,
vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gas-oil.
Me angustia el cruce de miradas,
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.
Me arruinan las prisas y las faltas de estilo
el paso obligatorio,
las tardes de domingo y hasta la linea recta.
Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran a sus ideales
sobre los de cualquiera
Me cansa tanto tráfico
y tanto sin sentido
varado frente al mar mientras el mundo gira.
Fragmento del poema Ideario de Francisco M.Ortega Palomares

Esos que no hablan pero están
en las tragedias de Eurípides y no dicen palabra pero están
regocijados de ver al hombre tropezar
más de una vez sobre su propio palio están
aunque no hacen ni dicen ni sienten ni derrocan...

LEGOM

19.1.15

No volveré a ser joven

No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

28.12.14

Lo mejor del teatro mexicano en 2014

Odio las #listas de fin de año; los mejores #libros, obras de #teatro, lugares para suicidarse, juguetes sexuales, juguetes sexuales con baterías incluidas y moteles con espejos. Toda lista me parece producto de la #impunidad de quien la perpetra. A continuación mi impune propuesta (acá #TopTen) de lo mejor del teatro mexicano imaginario en el 2014. Es ficción, aclaro. 
Aquí

27.9.14

La muerte de Heriberto Yépez y la literatura y el periodismo en Hidalgo, una propuesta

Venía en el autobús, de camino al coloquio para presentar esta ponencia y leí en twitter que Heriberto Yépez había muerto (lo cual dicho sea de paso, originó un cambio total en mi texto, una reescritura). No él como persona, sino como autor, el propio Yépez se despedía.
Lo anunciaba así en su blog: Quiero hacer pública una decisión que tomé hace tiempo pero que ahora quiero comunicar a mis tres o cuatro lectores, y que he venido comunicando estos días a mis amigos. Este 2014 se cumplen 20 años del inicio de mi proyecto de escritura que he realizado bajo la firma "Heriberto Yépez". En estas dos décadas he publicado más de veinte libros y he escrito algunos más que permanecen inéditos, por una u otra razón. He tomado la decisión de dar cierre a dicho proyecto de escritura. Se puede decir que la obra de Heriberto Yépez ha concluido.
A Heriberto Yépez lo considero un amigo lejano, una influencia cercana, un hombre con el cual he crecido como autor, más allá de evidentes disensos (su absurda necesidad psicoanalítica, las afrentas verbales con otros autores de su generación y algunas polémicas innecesarias o disertaciones sobre temas menores que a él le apasionan), pero me ha permitido, como a muchos autores de mi generación, en especial a los que habitamos fuera de la Ciudad de México, entender/debatir la literatura contemporánea desde una perspectiva moderna: La flexibilidad de los géneros, erradicar las fronteras entre lo narrativo, lo dramático y lo poético, las influencias de la poesía visual, el canon clásico transformado en experimento posmoderno, de los estudios literarios devenidos del punk y del ensayo científico que transitan de la simple divulgación a convertirse en una indagación compleja sobre lo humano, hasta la revisión de la cultura popular, especialmente televisiva o televisada, verificando los signos posibles en la huella literaria. Y ni hablar de las biografías de escritores, a ratos más un vestigio en el tiempo/espacio de la ficción, más potente que su propia obra y que dilata mayores signos de interpretación histórica.
Heriberto Yépez, la inteligencia original y acaso secreta que vive en Tijuana anuncia su propia muerte. Su proyecto de escritura ha concluido. Creo que a todos los escritores nos gustaría cambiar de vida, dejar de escribir, hacernos otros. De este ensayista y novelista criado en los bajos barrios de la frontera norte conservo dos
objetos afectivos. El primero, un libro suyo (A.B.U.R.T.O.) malamente autografiado por él en encuentro de Jóvenes Creadores del FONCA, en cuyas páginas un grupo de becarios esnifamos cocaína el día del cierre hasta que una hemorragia en la nariz me obligara a huir con estrépito a mi habitación. Recuperé ese libro después, amén de una serie de peripecias y de alguien que encontró la dedicatoria y se preocupó por devolver el ejemplar a su dueño. El otro objeto, un sobre grande y plastificado en el cual hice viajar libros, desde Bilbao a Tijuana y de regreso, de Tijuana a Apan, Hidalgo según mi residencia. Un par de envíos rechazados y no sé por qué no cambié el sobre, supongo que porque su dirección ya estaba rotulada y este Frankenstein de los sobres, reconstruido con cinta y trozos de otros sobres nos indicaba el destinatario. En esa época, para enviarle correspondencia a Yépez había que consignar la dirección postal de un taller mecánico que estaba cerca de su casa (o eso decía él).
Le envíe mis primeros libros – me interesa leer teatro, me decía – pero nunca me hizo un comentario textual sobre su contenido. Es uno de los pocos, de los últimos intelectuales que van al teatro, que conocen la escena contemporánea y que les interesa la dramaturgia al mismo tiempo como género literario, que como documento de la realidad transformado en asamblea.
Porque al final, la puesta en escena como elemento simbólico del espacio-tiempo en una sociedad, no es más que la radiografía de un tema público y su relación con esos ciudadanos-espectadores que lo juzgan. Por eso el teatro es el arte político por excelencia y la dramaturgia el género literario más cercano al periodismo. Eso indica, la relación de teatro documental y su auge en sociedades con poca libertad de prensa.
Experimentos de relación de lo teatral/textual con la vida política de una sociedad abundan. Por ejemplo, el Teatro Abierto y Teatro de la Memoria en Argentina, sobre los desparecidos políticos de las dictaduras, el Colegio del Cuerpo en Colombia, espacios de teatro/danza con ex guerrilleros, la Berralus Free Theater de Minsk sobre la actual dictadura bielorrusa y la escritura y puesta en escena de obras en lenguas minoritarias – como el euskera o el catalán en la Península Ibérica – amén
del teatro de resistencia en las comunidades indígenas de América Latina y el trabajo de grupos como Lagartijas Tiradas al Sol en México, por citar algún ejemplo más cercano.
La dramaturgia, esa disciplina cada vez menos literaria y cada vez más otra cosa (innombrable) útil y necesaria para llegar a los espectadores está contaminada de periodismo, de estadísticas, de acontecimientos recientes, de temas que están en la vida cotidiana. Un teatro moderno se nutre de los acontecimientos consustanciales. Lo mismo para la literatura.
Y al revés, el periodismo – no solo el cultural – debe nutrirse de las condiciones estructurales, de las necesidades creativas y debe respirar la crítica que provienen de la literatura y diría yo de todas las ates.
En Hidalgo, por ejemplo, leo un pobre periodismo y una literatura marginal, fincada en pequeñas islas, que hablan poco o nada de los dilemas locales sin estancarse en el más elemental naturalismo o en el cuadro de costumbres. Aunque hay notables excepciones como la del maestro Rivera Flores – autor de La Sosa Nostra – quien trazó un documento vital para entender, desde una prosa personalísima y una investigación precisa, el auge y apropiamiento de Gerardo Sosa Castelán, actual dueño de la UAEH.
Salvo ese tipo de ejemplos combativos, el periodismo en el estado es de una decadencia brutal. Se compone de editores que procuran cuidar su pequeña cuota de poder no molestando al gobernador y a los burócratas de turno. Hay un olor a chayote en todo el periodismo local, lo mismo desde la cúpula universitaria que desde el crisol del poder estatal.
Construyendo en sus medios de comunicación toda clase de lisonjas, muchos de los periodistas de Hidalgo no son comunicadores, sino extensión del poder central, meros voceros. Si la literatura necesita investigación sobre sus temas y personajes, el periodismo más, requiere ahondar en las relaciones de poder y en la estatura moral de sus protagonistas. Y aquí la investigación se reduce a copiar y pegar un boletín de prensa, adherir al mentón de un sujeto una grabadora y hacer tres preguntas de cajón. Pedirle al sujeto que se presente “su nombre y qué función desempeña en este evento”. Evitar la crítica, convertir el diálogo en un ensayo general con cámaras y micrófonos.
Hay que ser miserables o tener una vida francamente deprimente para pensar que eso es hacer periodismo. Y que los valores de la comunicación humana, ya escrita o dialogada, se reducen a acatar soberanamente los estatutos del poder por un sueldo ni siquiera consistente. El periodismo en el estado, al contrario de la literatura, en muchos casos vital y beligerante a su manera, desfasada y no canónica, padece de inmovilidad, la misma inmovilidad que tiene al estado en un momento pre democrático.
Ojalá muchos editores, reporteros y trabajadores de los medios de comunicación en el estado hicieran lo de Heriberto Yépez. Aquí hago mi propuesta: Dejar su nombre de escritura, su proyecto público y buscar con un seudónimo; decir lo que no pueden decir con sus nombres de pila. Me gustaría ver a esos reporteros y editores que en las cantinas y en los bares hipsters diseccionan la realidad y conocen a la perfección la médula de los problemas políticos, sociales y culturales del estado, exponer desde un seudónimo literario su afrenta, para ir más allá del copiar-pegar una declaración.
Los que estamos de este lado, dando la batalla por la libertad de expresión y por el avance sistemático de la comunicación, los que nos dejamos el hígado en cada postura, en cada debate, los que firmamos con nuestro nombre público cada columna, opinión o declaración necesitamos sentirnos menos solos y entender que en nuestro estado también hay periodistas con dimensión literaria y no solo burócratas que están detrás de un medio supuestamente privado.

Descanse en paz Heriberto Yépez, dicho sea de paso.

* Ponencia leída en el Coloquio de literatura y periodismo de Hidalgo. Centro de las Artes. 2014. 

8.9.14

Reflexiones de un observador en la Muestra Estatal de Teatro de Tlaxcala 2014


En su obra Distinción, el sociólogo francés Pierre Bourdieu, después de discutir sobre el capital simbólico en la sociedad actual, traza una línea argumentativa en la que establece que aquellos signos (disposiciones) que delatan los orígenes y la trayectoria vital de las personas (y yo agrego, de las sociedades también; y es aquí donde conjeturo sus ideas a favor de las artes escénicas como un proceso civilizatorio más, como un genuino proceso de trabajo colectivo) y éstos signos tan destacados por Bordieu utilizan como vehículos de expresión el cuerpo, la altura, la postura, la manera de andar, el porte, el tono de la voz, el estilo del habla, la sensación de comodidad o de disgusto, en resumen el gesto en sí mismo, para entender o acaso atisbar este capital simbólico habría que observar con detenimiento, según mi juicio, la forma en la que producen ejercicios escénicos, de todo tipo, más allá del ritual de la vida cotidiana. Puesto que estos entes, estos sujetos que forman sociedades y los grupos que se manifiestan a través de ellos para acomodar en su contexto propuestas estéticas que hablan al mismo tiempo de sí mismos y de la expectativa que quieren cumplir, en una suma perenne de reflexiones: el arte de crear arte, de propagarlo y debatirlo. 
Así la Muestra Estatal de Teatro de Tlaxcala (METT), es una metáfora suspendida en el tiempo de su sociedad. Es una forma de entender el tiempo y el espacio de una comunidad, en este caso tan heterogénea como el propio estado de Tlaxcala; con sus carencias, con sus virtudes, defectos y posibilidades de acción e interacción. 
Tlaxcaltecas, ustedes no organizaron una Muestra Estatal de Teatro, ustedes construyeron una metáfora de Tlaxcala, de su forma de organización civil, de su relación con las instituciones, con la apropiación del espacio público, con las preocupaciones y temas consustanciales a su forma de establecer puentes entre minorías. Y no me refiero solamente a los organizadores, sino al aparato de acción y reacción entre el público, el resto de la comunidad teatral, los técnicos, los funcionarios y los medios de comunicación; ejercicios como éste son, antes que otra cosa, puentes sensibles entre creadores, empresas e instituciones para con un público amplio e indeterminado. 
Durante una semana no asistimos a un tropel de obras de teatro, en realidad fuimos testigos del modo en que Tlaxcala y su comunidad escénica se ve y se escucha, se entiende y comprende el contexto. Y cómo se ofrece a los ciudadanos de su estado ese proceso vital. 
Por lo tanto, a partir de mi experiencia personal, de lo visto en la METT y de las opiniones escuchadas y derivadas de este ejercicio, propongo ala comunidad en general lo siguiente: 

- Mejorar las condiciones de la convocatoria, y pensarla para grupos profesionales. Quizá hacer dos muestras, una para grupos profesionales con aspiraciones de lograr un circuito posterior y otra muestra para escolares y aficionados. 
- Luchar por los espacios públicos; por los teatros del estado en definitiva y evitar la tiranía de los técnicos. Situar al teatro Xicohténcatl como el eje de la recuperación, con temporadas para los grupos locales y trabajando también los fines de semana. Inconcebible que el teatro más emblemático del estado permanezca cerrado durante los días del ocio.   
- Crear una asociación o confederación de grupos locales profesionales, una AC donde confluyan la mayor parte de los grupos de artes escénicas del estado y puedan presentar proyectos en común para atraer recursos más allá de las instituciones culturales. 
- A través del ITC lograr un fondo estatal de gestión de derechos de autor para que los grupos puedan solventar total o parcialmente el coste de los derechos autorales. 
- Configurar un inédito y continuo Circuito Estatal de Artes Escénicas dividido en la necesaria direccionalidad de públicos: Teatro para niños y jóvenes y teatro para adultos que incluya propuestas de intervención en espacios alternativos y/o no convencionales. El Circuito puede crecer a diversas instituciones y nutrirse de recursos externos al ITC, además de elaborar convenios con instituciones educativas y empresariales.
- Lograr la obtención, diseño y realización de estructuras técnicas (estructuras lumínicas, auditivas y multimedia) propiedad de la comunidad en su conjunto, que puedan prestarse a los grupos para su itinerancia. 
- Que las obras de la METT provengan de una curaduría previa y que todas las obras a presentar reciban un pago estándar por dicha exhibición de su trabajo. 

21.8.14

Poéticas Jóvenes. Segundo Seminario Nacional para la Creación de Espectáculos para Jóvenes _(Pachuca, Hidalgo)

Por segunda ocasión la ciudad de Pachuca, en las fechas comprendidas entre el 22 de septiembre y el 3 de octubre del 2014, será sede del Segundo Seminario Nacional de Creación de Espectáculos para Jóvenes, denominado Poéticas jóvenes y que tiene como misión fundamental poner en la palestra del arte nacional la necesidad de examinar, difundir e investigar los contenidos encaminados al público comprendido entre los 12 y los 29 años – tal y como la ley define a los jóvenes en México – desde una perspectiva contemporánea, a partir de su relación con los aspectos del arte escénico.
Con apoyo del Consejo Estatal para Cultura y las Artes y bajo la iniciativa de la compañía de teatro hidalguense Neurodrama AC se llevará cabo esta propuesta pedagógica nacional que mediante una convocatoria pública reunirá a destacados creadores escénicos mexicanos (en todas las áreas del arte interpretativo; circo, clown, danza, narración oral, teatro y otros géneros de la escena contemporánea) para examinar el complejo proceso de producción, escritura, puesta en escena y difusión del trabajo que se realiza para y con los jóvenes.
Este año el Seminario contará con tres puestas en escena abiertas al público, dirigidas especialmente a público joven y con la participación como conductores del seminario los maestros, Maribel Carrasco (dramaturgia), Javier Rodríguez (producción), Aracelia Guerrero (dirección de escena), Eloy Hernández (producción) y Enrique Olmos de Ita (dramaturgia y crítica).
La convocatoria solicita a los interesados que mantengan un grupo escénico en cualquier punto del país, elaborar un proyecto en alguna disciplina interpretativa dirigido a jóvenes. Y concursar por alguna de las plazas como estudiante para este Seminario, que cubre todas las necesidades de estancia y alimentación para los creadores que residan fuera de la ciudad de Pachuca.
Las actividades se llevarán a cabo en el Centro Estatal de las Artes de Hidalgo en jornadas intensivas de trabajo académico. El costo es gratuito para los productores y directores de escena seleccionados. El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes ofrecerá una constancia oficial como reconocimiento a los artistas que cumplan los créditos ofrecidos en el seminario.  





Mayores informes: lilianacarpio@neurodrama.com

31.7.14

Descargar obras de teatro gratis

Página web del dramaturgo Enrique Olmos de Ita. Descarga gratis obras de teatro para niños, jóvenes y adolescentes. Adaptaciones de clásicos y ensayos y crítica teatral.
Teatro contemporáneo.

Aquí: http://enriqueolmos.com

21.7.14

Terminó el Mundial, Argentina subcampeón y cómo odiaba mi abuela a Maradona

Texto publicado originalmente en la revista bilingüe Indias-Indies.
Aquí.


Mi primera palabra fue “gol”. No dije mamá o papá o gato. Dije “gol” en las piernas de mi abuela. Ella me cargaba y veíamos juntos todos los partidos que daban en la televisión. O eso me cuenta mi madre. Y un día comencé a gritar “gooool”. Nací en el año de 1984, lo cual indica que el Mundial de México ’86 lo disfruté (aunque obviamente no lo recuerdo) frente a la vieja tele gris de mi abuela, a quien llamé Mamá Toto (Beatriz Alicia Álvarez-Icaza Camargo, su nombre de pila) hasta su muerte; sabiendo que no era una segunda madre, sino otra madre.
        Juntos en su cabaña de los Llanos de Apan, lejos de todo el bullicio, siguiendo cada jugada, debimos de ver decenas de partidos. Otros los escuchábamos en su radio roja de pilas, especialmente cuando ella se trasladaba a la cocina. Era un ritual extraordinario, ya en la cena o en el almuerzo: estar sentados a la mesa, casi en completo silencio, escuchando el futbol en la radio distorsionada. De vez en cuando hacíamos exclamaciones y mi abuela se levantaba, nerviosa como era, para ajustar el volumen del viejo aparato. Un pretexto para no estarse quieta.
        Mi abuela amaba el fútbol. Era una de sus devociones. Me gusta pensar que aquel gol mítico de Maradona (“barrilete cósmico, de qué planeta viniste”) contra Inglaterra en el estadio Azteca lo vimos juntos. Y yo me emocioné y ella se desilusionó. No empatizaba con Maradona y después del gol de “la mano de dios” (que ocurrió en ese mismo partido, unos minutos antes) le gustó menos. Es un drogadicto y un tramposo, me decía siempre que yo defendía al Diego. Ella amaba a Pelé, a quien vio jugar en México ’70. Esa dicotomía originaba discusiones exageradas que a mí me hacían mucha gracia.
        Como a muchos mexicanos de su generación (los nacidos a principios del siglo pasado) no le gustaban los argentinos. Es curioso cómo para una parte de la sociedad civil mexicana aún ahora se pueden tolerar todos los triunfos latinoamericanos, incluso hispanoamericanos en cualquier competencia, excepto si son argentinos. Hay una envidia muy particular contra lo argentino (los dos polos de este subcontinente, quizá), una relación de antipatía que no he logrado descifrar y que se verifica hasta el paroxismo en el futbol. Y mi abuela representaba con cabalidad esa afrenta casi genética.
        Ahora que se acerca una nueva Copa del Mundo recuerdo (aquí sí con nitidez) haber visto la final de Italia ’90 a la par. Mi abuela apoyaba a los alemanes y gritó el gol de Brehme contra la Argentina como si hubiera sido su coterráneo. Ahí comenzaron nuestros piques. Ella del Real Madrid, yo del Barça desde niño. Ella pro Hugo Sánchez, yo con Romario. Ella del América, yo del Pachuca (aunque ella también hinchaba por los tuzos del Pachuca). Ella apoyaba a México en cada mundial o Copa América y yo al contrario (por ser anti nacionalista, pero sobre todo, por llevarle la contraria). Así nos gustaba vivir, así disfrutábamos los partidos de futbol, en una dialéctica constante. Un único enemigo nos unía: Estados Unidos. Solo los gringos nos alineaban en el mismo bando.
        Vimos juntos los mundiales de USA ’94 (a ella casi le da un infarto en la serie de penales de México contra Bulgaria) y en Francia ’98 se ilusionó con el “matador” Luis Hernández. En Corea y Japón y en Alemania no teníamos muchas esperanzas pero disfrutamos hasta el último minuto de ese juego contra Argentina en cuartos de final en el cual Maxi Rodríguez hizo un gol exquisito que eliminó a los dirigidos por Ricardo Antonio Lavolpe. Mi abuela decía que no podías enfrentar a los argentinos con un entrenador argentino y se enardecía frente a la televisión, pidiéndole explicaciones.
        Así la recuerdo: moviendo los dedos nerviosa implorando al “diablo panzón” para evitar un contraataque del rival o el remate de cabeza en un tiro de esquina del enemigo. Hablando con la tele, discutiendo con los relatores, insultando al colegiado: “árbitro horrible”. No le gustaba el juego de posesión (decía que el Barça le aburría mucho) y se quejaba de “tanto pasesito”. No era una hincha fácil de complacer. Había visto futbol casi desde niña y con el tiempo solo le interesaban los equipos valientes.
        En el mundial pasado solo vi un partido a su lado. El juego que México perdió con Uruguay en Rustenburg. Después tuve que volar a Santiago de Chile donde vimos cómo lentamente la selección española se levantó con los honores en aquella final contra Holanda. Recuerdo una llamada posterior vía skype en la cual mi abuela estaba emocionada: “España es campeón, no lo puedo creer”. Para alguien de origen ibérico que había visto a “La roja” siempre perdedora, ese triunfo era un auténtico lujo esperanzador. “El próximo mundial le toca a México”, me dijo.
        Creo que no sucederá, por más que mi abuela lo hubiera deseado hasta el infinito. México está muy lejos de ganar una Copa del Mundo. Lo cierto es que será muy difícil ver mi primer mundial sin saber que ella, desde su vista nublada y su oído débil estará en sus territorios gritando por su selección. Es lo terrible de la muerte, nos roba las ganas de ver un mundial solo para cantar los goles de Argentina frente a tu abuela y esperar su acostumbrada diatriba. ¿Qué sentido tiene ahora la Copa del Mundo?
        Me gusta pensar que aquel 22 de junio de 1986 vimos juntos el gol del siglo de Diego Armando Maradona y que ella, consciente de que yo no lo recordaría y aficionada como era al buen juego, también aplaudió ese gol, aunque nunca lo aceptara.

16.6.14

Señorita Lisístrata

Ella se llama “Lisistrata de Aristófanes” se dedica a ganar certámenes de belleza, deslumbra al mundo pero lo que realmente nos asombrará de ella es su plan, lo que tiene preparado para nosotros… una huelga de piernas cruzadas.



Horario: Domingos 18:00 horas.
Boletos: Entrada general $180. Adolescentes y adultos.
Foro Shakespeare. 

Más aquí: Señorita Lisístrata

7.6.14

100 funciones de Hazme un hijo

En Guadalajara. Gracias a Ala deriva teatro este fin de semana cumplimos 100 funciones con Hazme un hijos. Falso documental de un suceso imbécil y hormonal.