13.10.07

La burocracia o el escenario de la no existencia: un mensaje apocalíptico

Guillermo Fadanelli insiste en que somos sociedades depresivas. Y se necesitan libros, por ejemplo, para decirnos cómo construir una familia sólida, después de pasar horas frente a la televisión o cómo bajar de peso después de tres indigestas comidas diarias. En efecto, el deprimido necesita ayuda. Requiere que sea otro el que resuelva sus problemas, en todo, o en parte. Los deprimidos sentimos la inminencia del fin con mayor dureza.
Esta legión de deprimidos necesita expertos, o por lo menos eso nos han hecho creer, y eso origina el mercado, la famosa oferta y demanda: el depresivo frente a la constelación de posibilidades para sanar su mal. El depresivo en la farmacia o el supermercado, o cambiando el canal de la televisión.
Aunque cabe señalar que cada experto es sólo un especialista en un diminuto problema humano, no en varios, como querían los griegos. Y el mercado no es más que la suma de los problemas humanos: perfecto círculo vicioso. La exaltación de ese círculo parece ser la vida moderna.
Para tal efecto (el de la vida), la raza humana, además de libros, ha creado instituciones. Para compartir los problemas y, si el caso, darles solución, es decir, ordenar las circunstancias del mercado, determinar qué expertos pueden acudir al auxilio del depresivo. Las instituciones deben construir y hacer funcionar las escuelas que un solo hombre tardaría toda una vida en poner en pie para educar a sus hijos. Las instituciones deben decir cómo y por dónde debe ir esa carretera que lleve al hombre de su casa al pueblo. Esa carretera no la habría podido construir el hombre solo con sus dos manos.
Alguien tuvo fe en las instituciones. Un día, no sé por qué, se le ocurrió que era la mejor forma de distraer a los hombres indignos, como yo. Y las instituciones se esparcieron como la fe, incluso se erigieron templos en su nombre. Dentro de ellas oficia una turba de bárbaros que llamamos burócratas, los cuales en poco tiempo se apoderaron de las instituciones, las hicieron suyas.
Ellos, que han memorizado los sistemas de funcionamiento de los establecimientos, que pueden recitar de memoria leyes y reglamentos mientras mean o fornican, que pueden dictar cátedras sobre el manejo de la cafetera o de alguna clase de formulario a mitad de una fiesta, perpetran la fe del hombre en las instituciones: detentan el poder con la eterna promesa de aliviar algunas o todas las depresiones del hombre.
Hasta el político más poderoso está indefenso frente a los designios de una secretaria. Los burócratas son una sociedad secreta que guarda en sus escritorios las claves de la vida humana, y esa claves jamás serán reveladas. El burócrata, clérigo de la institucionalidad, sabe que el concierto de la vida moderna pasa por sus manos.
La burocracia no es un mal. La burocracia es el mal. La burocracia es la negación absoluta de la vida. La burocracia es la derrota del hombre y el triunfo de la fotocopiadora. Pero ellos saben que necesitan depresivos, de ellos alimentan su grandísimo ego. Y nos llaman con sus cantos de sirena, convertidos en pasaportes, permisos, mutas, subvenciones, al fin y al cabo promesas todas. Recetas falsas para curar la depresión, porque detrás de un trámite vendrá otro. El burócrata es el psicoanalista de las sociedades modernas.
Cuando un hombre entra a una oficina para iniciar un trámite pierde su libertad: gana un formulario. En otras sociedades se diría, que le entrega su alma al diablo. El burócrata seduce con su indiferencia, con su trato mezquino. No aleja. El peor burócrata, el más sanguinario, es que el que más depresivos tiene detrás de él.
La burocracia es el juicio final aplazado por la ausencia de papel para la fotocopiadora, la falta de un sello o el inestable sistema informático. La burocracia está en todas partes y casi nadie puede librarse de ella, al contrario, proliferan los esfuerzos para hacer de la burocracia el único sistema de vida, elevar las instituciones al grado de los dioses.
Los burócratas aman su mundo, porque son perversos. Decoran sus oficinas y escritorios cruelmente. En ese aparente pequeño detalle hay un mensaje escondido: el burócrata también es el amo y señor del mal gusto. No le basta con la perdida de libertad del hombre, también quiere su sensibilidad. La burocracia es la imposibilidad del arte. Para el burócrata el arte, que no figura en los procedimientos, debe ser abolido.
La burocracia es infinita. Sus métodos están perfectamente automatizados para que el trámite no concluya nunca. Incluso después de la vida. El cuerpo desaparece, pero el trámite continúa: trámite eres y en trámite te convertirás.
De una oficina a otra, de una institución a la otra, la burocracia despliega su figura de agujero negro, un problema formal que ni filósofos ni científicos quieren tocar. Estudiar la burocracia es un sofisma, puesto que la burocracia no se puede estudiar, si acaso se hace fila para tomar turno.
Los burócratas son como ángeles, en lugar de alas llevan papeleo. Asexuados y al servicio de un dios que no existe, aunque ellos prometen, en su bobo aleteo, en su gesticulación exagerada, una vida eterna de felicidad. La jerarquía de la burocracia también se parece mucho a la angelical. De los arcángeles mayores de oficinas cerradas a las simples secretarias-ángeles sólo hay unos cuantos pasos, pero nadie invade el territorio del otro. Han formado sindicatos para transmutarse el poder, en un perfecto sistema de perpetuación de su especie.
No existen más las sociedades depresivas. El estado de ánimo –decadente sí, pero humano– ha sido sustituido por la sala de espera, por el original y copia, por el inútil presentarse sin requisitos, aunque nadie sepa cuáles son. Ha sido derrocado el espíritu humano, por el espíritu de gestión. Quien no haya nacido con ánimo paciente está condenado al suicidio. El hombre-burócrata ha triunfado. Las sociedades depresivas han dado lugar a las sociedades burocratizadas, y ese es el fin de la civilización como la conocemos.

Vida y muerte de esfuerzos culturales

Anuncio con pesar la muerte de un ejercicio extraordinario, único, que renovó la escena contracultural y musical mexicana durante más de catorce años. Se trata de Subterráneos, bajo la tutela del maestro Hugo Cabrera.
No entiendo la decisión del diario Síntesis, pero tratándose de ellos, tampoco espero una respuesta muy coherente.
Subterráneos no sólo animó el debate entre colegas y un periodismo cultural poco ortodoxo, sino que dotó, como al de la voz, de un espacio privilegiado para publicar e interactuar con los lectores sin ser más que un aficionado a la escritura. Se va un suplemento cultural que no tenía paralelo en la cultura mexicana, y menos en la vida provinciana de esta nación confusa. Aquí el último número.

Por otro lado, el mejor medio de propagación de la cultura es la palabra. La letra escrita, impresa, narrada, o puesta al servicio del ciberespacio. Aquí un link para leer un pequeño monólogo dedicado a dos artistas, en un creciente esfuerzo (Revista espiral) por preservar la palabra escrita. Gracias al interés de Elena Méndez, buscadora de extrañezas y coincidencias en el panorama literario mexicano.

11.10.07

Dramaturgia y Premio Nobel de Literatura: un pronóstico seguro

Los dramaturgos que han recibido el Premio Nobel a lo largo de la historia son:
Bjrnstjerne Bjrnson (Noruega, 1903); J. Echegaray y Eizaguirre (España, 1904); Paul von Heyse (Alemania, 1910); Maurice Maetrlinck (Bélgica, 1911); Gerhart Haupfmann (Alemania, 1912); Rabindranath Tagore (India, 1913); J. Benavente y Martínez (España, 1922); George Bernard Shaw (Gran Bretaña, 1925); Luigi Pirandello (Italia, 1934); Eugene O'Neill (Estados Unidos, 1936); Francois Mauriac (Francia, 1952); Halldór Laxness (Islandia 1955); Albert Camus (Francia, 1957); Jean-Paul Sartre (Francia, 1964); Samuel Beckett (Irlanda, 1969); Harry Edmund Martinson (Suecia, 1974); Wole Soyinka (1986); Dario Fo (Italia, 1997); Gao Xinjiang (Francia-China, 2000); Efriede Jenilek (Austria, 2004) y Harold Pinter (2005, Reino Unido).
Hay quienes han escrito teatro escasamente – como Octavio Paz y Gunter Grass, por ejemplo – pero no se les puede considerar dramaturgos pues la importancia de su obra no reside en este género.
A unas horas de conocer al nuevo rey de la literatura mundial hago llegar hasta el ciberespacio mi desencanto y escepticismo por este premio, además de un seguro pronóstico.
Lo detesto no sólo por las enormes injusticias, en nuestra lengua basta citar a Unamuno, Huidobro, Reyes, Borges, Cortázar, Rulfo, Cernuda y Onetti que apenas estuvieron cerca, al contrario de Gabriela Mistral o Miguel Ángel Asturias que no han resultado tan decisivos en la literatura hispanoamericana.
Es curioso, además, que nuestra lengua ostente dos dramaturgos en su lista de gratificados, ambos españoles. El primero, J. Echegaray y Eizaguirre (1904), prácticamente desconocido y poco o nada influyente en el devenir de la dramaturgia española – o sí, quizá por eso tan triste panorama – y mucho menos en la continental, como lengua. Un melodramático escritor de obras menores.
Con Benavente (1922) es distinto, porque más que un gran dramaturgo universal, fue un escritor teatral de su aldea y tal vez el último representante de una tradición comediográfica vital en la historia de la literatura universal: la española.
Despertó cierto interés en la literatura dramática como vitalidad cotidiana e influyó a sus coterráneos escritores para asomarse a un teatro renovado, menos sentimental, más psicológico, menos cortesano, más callejero.
Como director de escena, llevó la literatura al teatro o viceversa, y fue uno de los primeros homosexuales en aceptarlo casi públicamente (o sin el casi), para lo cual utilizó veladamente muchas de sus piezas, personajes, situaciones. Sin embargo, el anquilosamiento de la dramaturgia española en el segundo tercio de siglo (producto de la guerra civil) y los esfuerzos por conseguir un teatro de identidad nacional en América Latina imposibilitaron que la obra de Benavente fuera localmente universal, por lo menos en su lengua, y ni hablar de otras.
No obstante todavía El nido ajeno y La noche del sábado, son lecturas infaltables en cualquier lector hispanoamericano. Con La noche del sábado, por ejemplo, Benavente experimenta con la interacción de modelos narrativos y dramáticos, haciendo uso de la hoy llamada narraturgia.
En el fondo, lo que más me gusta de Jacinto Benavente y Martínez es que cultivó el teatro casi totalmente, ¡hasta incursionó en el circo! También ejerció la crítica, en el periódico El Imparcial. Quizá el único crítico de teatro en el Nobel de Literatura.
Para rematar con el premio, mi pronóstico es que este año no lo ganará un dramaturgo. Quizá dentro de muchos años no lo vuelva a ganar un dramaturgo. En esta clase de cosas pesa mucho más la estrategia política, la cercanía con el régimen del lugar de origen o acogida, la lengua en la que se escribe y los prejuicios de un jurado que aparentemente sólo lee lengua inglesa. De los últimos seis galardonados (2001-2006), la mitad escribe en inglés (Naipaul, Cotezee y Pinter). Y en los últimos dieciséis años (1991-2006), siete han escrito en la lengua de Shakespeare (Gordimer, Walcott, Morrison, Heaney, Naipaul, Cotezee y Pinter).
Por lo tanto, no creo que gane, otra vez, alguien de mi lengua. Aunque sí un autor muy bien traducido al idioma del imperio (no es el caso de Fuentes ni Vargas Llosa, principales contendientes en castellano) o alguno de los autores que mucho suenan en inglés: Roth (E.U.), Murray (Australia) y Lessing (Reino Unido).
Aunque quizá (tal vez más por entiusiasmo) sea la hora de que la lengua de Cervantes se haga presente después de tantos años (Octavio Paz, 1990 y Camilo José Cela en 1989) sin galardón; por otro lado creo que ganará alguien que pueda mediar entre la opinión pública del mundo árabe y Occidente. Hay que recordar que el premio se está “orientalizado”, pues durante muchos años sólo se leían a los autores de Occidente.
Así que mi pronóstico está ahí, he jugado tímidamente mis cartas. No sé quién conquistará el mediatizado premio de las letras, pero de algo estoy seguro, sé quién definitivamente no lo ganará: tú.

10.10.07

La buena y mala suerte de López Brie

Ganó al mismo tiempo con la misma obra dos premios nacionales de dramaturgia. Le han retirado uno, espero que conserve el otro.
Vaya un abrazo para el buen Martín López Brie, que ha trabajado lo suficiente como para hacer de una de sus obras unánime premio nacional de dramaturgia.


Ánimo y congratulaciones.



http://www.eluniversal.com.mx/notas/454107.html

9.10.07

Intelectuales vs Teatro

Para nadie es un secreto la separación entre el medio intelectual y el teatro. No es nuevo. La actividad escénica y los grupos de tradición pensante no han sido – a través de la cultura occidental – precisamente muy unidos. Hay, como en todos los casos, una relación de amor y odio que cambia según el reino – o nación – y la época; y desde luego, las excepciones que confirman la regla.
Por otro lado, gran parte de la intelectualidad proviene de las letras. Casi hasta el siglo XIX, (ese tiempo convulso de guerras llamado el de la “emancipación de los pueblos”) también fue la consumación de la soberanía de cierta clase pensante del gremio puramente literario, herencia sin duda del auge del pensamiento ilustrado que diversificó la idea del “pensador”.
El científico, en principio, ganó notoriedad, igualmente otras áreas, como las sociales y económicas. El poder intelectual, que había descansado en la burguesía literaria, de abogados y a veces filósofos, dejó entrar definitivamente a sus colegas químicos, biólogos, médicos, psicólogos y algunos artistas al concierto de pensar el mundo y las sociedades, aunque muchos de ellos ni siquiera se denominarán con estos epítetos tan estilizados.
Pero no actores, ni decoradores o directores de escena –cuyo concepto era aún embrionario– entraron al convivio intelectual en los claustros universitarios, o como parte de la opinión pública calificada en periódicos o revistas, puesto que sólo algunos dramaturgos (escritores al fin de cuentas) podían opinar sobre los temas públicos, es decir, tener una vida intelectual.
Paulatinamente, el dramaturgo pasó de ser un escritor a un animal de teatro. Quizá con excepción de la Rusia zarista y sus epígonos soviéticos el autor de teatro dejó su lugar en la corte de las musas y bajó a los arrabales de la vida. El tránsito fue doloroso y más de las veces confuso, pero necesario, el teatro tiene una responsabilidad con el público; cabalga al mismo tiempo entre el entretenimiento y la sensibilidad estética, entre la venta de boletos e ideas.
En lengua castellana, una buena parte del teatro escrito durante el comienzo de la segunda mitad del siglo XX lo atestigua. Exceso de personajes, didascalias inverosímiles, tramas largas y barrocas. En general un desprecio por el espacio teatral y una predilección por la cultura literaria, es decir, por el libro, por tanto, la preeminencia del lector por encima del espectador. Esta generación fue última que escribió teatro siendo escritores.
Los intelectuales han subestimado tanto al espectador como al manifestante en la plaza pública. El pensamiento se ofrece en la intimidad de la sala de lectura, en las conversaciones de cafés y bares, o en las líneas de periódicos, revistas y actualmente de blogs o publicaciones electrónicas. Para el intelectual latinoamericano, el espectáculo público es una vulgar enajenación propia de las tradiciones religiosas. El intelectual sale a la calle y se ofrece al mundo para comprar el periódico o presentar su último libro (o el del colega, por su puesto).
Hay un síndrome de intelectuales afectos al cine. Saben mucho de la pantalla grande y disertan sobre ella, pero ignoran al teatro sin pudor. Tengo la impresión de que, aprovechando las ventajas de la vida moderna, ven sus películas en la comodidad de sus habitaciones o acuden a las salas de cine en la premier o estrenos (para salir en la foto, desde luego). Sucede también con los intelectuales melómanos. Hablan de música y compran las últimas novedades sonoras, pero no acuden a recitales.
En México, y quizá en otras partes de la lengua castellana, el intelectual escribió teatro, o quiso hacerlo. Ejemplos sobran, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Jorge Cuesta (según Miguel Capistran), Octavio Paz y hasta Carlos Fuentes. Recientemente Juan Villoro. Sin mucho éxito en la escena y con una lejanía absoluta de los fenómenos teatrales. La excepción, en México, siempre será Hugo Hiriart y de otro modo (menos excepcional) Vicente Leñero.
Desafortunadamente, el exilio español no acuñó un teatro tan prodigioso como en otras áreas de la literatura, especialmente en la poesía y el ensayo. Posiblemente en ese momento hacer teatro y consolidar un grupo era más complicado que escribir un buen poema o escudriñar en las ideas humanas. Una legión de españoles dramaturgos en el exilio, con una fuerte presencia, habría cambiado radicalmente el momento actual del teatro en Hispanoamérica.
De los integrantes del boom latinoamericano, algunos probaron las mieles de las tablas (Vargas Llosa y Cortázar, por ejemplo) y su agridulce resultado los alejó. Ninguno destacó especialmente en este género.
Así, la intelectualidad se refugió en sus asuntos, en sus cofradías, peleas, en sus argumentos e ideologías, y el teatro, o ese grupo de personas que realizan profesionalmente arte escénico, creó su colección de pensadores, reducido y formado principalmente por dramaturgos y críticos, aunque con una fuerte presencia de directores, cada vez ganando más terreno. Quizá sin saberlo, inauguraban la intelectualidad propia del quehacer teatral.
En Hispanoamérica, los intelectuales del teatro han cimentado sus propios hábitos y circuitos de promoción y divulgación, aunque pobres y básicamente marginales en comparación con los “otros intelectuales”. Es común ver en festivales literarios una ausencia de dramaturgos o críticos de teatro, por ejemplo.
Quizá como en ningún otro género literario, la academia ha contribuido a sumar nombres propios a la intelectualidad teatral. Investigadores y artistas han entrado y salido de las aulas.
Comenzado el siglo XXI, ante el débil pronunciamiento de los narradores, historiadores y poetas dentro de la dramaturgia, y los escritores para la escena expulsados a su vez del terreno de las ideas o con apariciones esporádicas dentro de la opinión pública, han ido suscribiendo día a día, el divorcio.
Prueba de esta tendencia es la revista Letras Libres, que generalmente habla de libros, de escritores, de pensadores, acaso de políticos. Siempre de cine (le han dedicado un número). Pero de teatro muy poco o casi nada. Y como esta revista, casi todas las “intelectuales” que se escriben en lengua castellana. El teatro tiene sus propias publicaciones, dicen.
Si uno revisa las propagandas literarias locales, marginales, regionales e hispanoamericanas –como Letras Libres, repito– la ausencia del teatro, de la dramaturgia, es pasmosa. Ya antes la tradición de Vuelta que comandaba Octavio Paz anunciaba este desdén.
Los suplementos culturales, con un poco de suerte, tienen un crítico de teatro. Pero muchos ignoran no sólo las puestas en escena sino los libros de teatro, estudios, discusiones y tendencias, por no hablar de los actores, escenográfos e iluminadores. Esta subestimación de la dramaturgia y del teatro en tanto materia viva de una cultura es fundamentalmente hispanoamericana. En otras constelaciones artísticas y geográficas el abismo no es tan evidente. Señalar culpables es ocioso, y quizá inexacto, puesto que es una tendencia que se resiste a morir, habrá que esperar a que los escritores dictaminen la muerte de la dramaturgia en tanto género literario y su definitiva incorporación al campo de las artes escénicas.
Y aunque esta muerte ha sido de sobra profetizada, habrá que esperar también que los dramaturgos acepten su lugar en la jerarquía teatral. Lo interesante será ver cómo evoluciona este encuentro (que lleva años, por otro lado), esta mutación definitiva de escritores teatreros; y finalmente observar si el dramaturgo sabe responder a la tiranía del intelectual más poderoso dentro del teatro actual: el director de escena.
Al respecto, reproduzco una entrevista al director de teatro David Hevia, precisamente en Letras Libres (número de octubre de 2007) que en un sorpresivo ejercicio incluyó no sólo una entrevista – no es muy común en ellos – sino un tema teatral, cuyo artífice es el director de escena (faltaba más) Antonio Castro.


La mirada doble. Entrevista con David Hevia
por Antonio Castro. Letras libres.

Actor y director de escena, David Hevia fue colaborador de Juan José Gurrola, con quien codirigió Catálogo razonado de Juan García Ponce. En 1992, fue invitado por Roberto Ciulli a la compañía alemana Theater an der Ruhr, de la que formó parte por diez años. De vuelta en México, ha dirigido, entre otras, Hermanas de Antón Chéjov, Día de campo de Fernando de Ita y Los ladrones de Friedrich Schiller. Su último estreno, En la meta...de Thomas Bernhard, se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.

Me llama la atención tu trayectoria porque eres director y actor. Tiende a haber una inclinación, pero en tu caso hay un equilibrio muy inusual entre las dos profesiones.
Cuando empecé a hacer teatro, yo quería dirigir. Entré al CUT y Ludwik Margules me dijo que era muy joven y que tenía que actuar. Lo hice, pero nunca dejé de dirigir. Para mí las dos cosas siempre han estado juntas. A veces tenemos una idea muy especializada del teatro.
¿Cómo fue que trabajaste con Gurrola, otro actor director?
Él daba un taller de dirección en el CUT todos los sábados. Me inscribí y nos entendimos muy bien. Me llamaba mucho la atención que un ser tan feo, tan desorganizado, tan arrogante tuviera esa enorme sensibilidad para entender las cosas. Te permitía una libertad creativa que no se parecía en nada a los ejercicios de abstracción y lujuria de mis otros maestros. Me abrió un universo que me permitió pensar el teatro de otra manera. De él aprendí la valentía, la irreverencia, a trabajar con tu mundo interior, a no amoldarte, a destruir para volver a crear: el reino del caos como un motor.
¿Cómo conociste a Ciulli?
Pues cuando vino en los noventa, vio una obra mía y le gustó. Me dijo que estaba buscando un actor como yo, vendí todo y me fui. Yo no hablaba alemán. Me dieron una beca del Instituto Goethe. No sabía qué me iba a pasar. Ciulli me dijo que probara seis meses y me quedé diez años. Todavía colaboramos. En unos meses me voy a dirigirles una obra de Max Frisch.
Los alemanes encuentran en el teatro el espacio para discutir sus problemas.
Así es. Es muy emocionante. Los estrenos son comentados en las editoriales de los periódicos. El teatro es un gran acontecimiento social. Eso fue lo que me hizo quedarme.
¿Qué obras hiciste con Ciulli?
Lo primero fue Los bajos fondos de Gorki. La verdad es que aprendí alemán en el escenario. En aquella época no podía ni pedir tres bolillos porque sonaba a obra de teatro. Luego hice algo que se llamó Teatro cómico, basado en una obra de Goldoni. La dramaturgia era muy interesante.
En el teatro mexicano no existe la figura del dramaturgo o dramaturgista.
No, y es muy importante. Es el superyó del director, el que pone lineamientos. El director trabaja con los actores con muchísima libertad, mientras que el dramaturgista se encarga de acomodar los elementos. Está en todos los ensayos, adecua el lenguaje, las situaciones. Hace la versión final.
¿Cómo es el trabajo de Ciulli con los actores?
Tienes la obligación de crear y de proponer todo el tiempo. Nadie se espera a que les digan qué hacer. Llegas al ensayo y propones. El director es el primer espectador, el primer ojo, que va dirigiendo esa mirada, esa energía creativa del actor. Es muy distinto de lo que ocurre en México donde los actores, particularmente los hombres, son muy pasivos, no imaginan, no se pueden tocar, no pueden llorar, no pueden hacer el ridículo, se lo impiden siempre. Los buenos actores aquí parecen una caja de zapatos: siempre se ven igual. Las mujeres, sin embargo, tienen una necesidad enorme de expresarse, supongo que por ser un país machista, se dejan tocar, se dejan enloquecer. Por eso tenemos actrices como Margarita Sanz. Tenemos buenos actores, pero se echan a perder rápido. La televisión agrede mucho.
¿Cuál fue la primera obra que dirigiste en Alemania?
La primera con todo el aparato del Theater an der Ruhr fue El despertar de la primavera de Frank Wedekind. Tuvo mucho éxito por lo que me invitaron a hacer Romeo y Julieta. Después monté una pieza de un autor nuevo.
En varias puestas tuyas figura el tema de la despolitización. Con bastante ironía, pero hay una visión de la juventud como una entidad decadente, pasiva, desechable.
Siempre me ha hartado que alguien se considere apolítico, cosa muy común, por cierto, en el teatro mexicano. Es algo que me inquieta mucho. Y de ahí que los temas de mis puestas tengan que ver con esa insistencia de que el teatro tiene un poder transformador en la sociedad. Cualquier acto que hagas es político: estés de acuerdo o no. Yo he visto gente que sale cambiada del teatro.
Heiner Müller decía que la gran obligación política del teatro es movilizar la imaginación del espectador.
Plantear preguntas. No creo que una obra de teatro vaya a salvar el mundo ni nos vaya a dar la solución pero, en el proceso de llevar algo a escena, yo siento la enorme necesidad de decir algo para provocar. Si no tiene incidencia social, el teatro no tiene sentido.
Háblanos de tu último estreno. ¿Por qué montar a Thomas Bernhard?
Me gusta que no tenga pelos en la lengua, que no ponga comas ni puntos. A través de esa gramática no gramática logra que estés pensando todo el tiempo. Lo tienes que ir descubriendo. No puedes hacer psicología con él.
Me llama la atención esa generación de autores austriacos. Un país que vive en una razonable y aburrida comodidad produce voces como Elfriede Jelinek, Peter Handke y Thomas Bernhard, unos insolentes que viven diciendo lo que nadie quiere oír.
Son muy pertinentes para nosotros porque la sociedad austriaca, aunque no parezca, guarda sus similitudes con la mexicana: es hipócrita, católica y ridícula. Tengo una relación con México igual a la que ellos tienen con Austria: odio-amor. Odiamos la falsedad, la solemnidad, la doble moral. Ese vals que hacen en Viena a fin de año, por ejemplo, es una ridiculez que podría ocurrir en Ciudad Satélite o en Villa Coapa. La insolencia de Bernhard me resulta muy elocuente. No es como la nueva dramaturgia alemana, que por cierto varios mexicanos están imitando, con cincuenta cuartillas de insultos. Puta, pendeja, tortillera de mierda, pinches mexicanos, los odio, maricones. En Alemania, René Pollesch y Falk Richter encontraron un lenguaje, pero se está desgastando solito.
¿Cómo ves la relación director-autor en el teatro mexicano?
Estamos muy separados. Está el departamento de los autores y, en otro lugar muy lejano, el de los directores. Hace falta generosidad de los dos lados. Ahora que hubo un encuentro de dramaturgos en Querétaro estuve ahí por accidente. Me sorprendió ver que no había directores. No entiendo por qué no nos invitan. No creo que un encuentro de dramaturgos deba ser un evento privado, donde no hay directores, no hay actores, no hay escenógrafos. Es ridículo. Los autores tienen todo que aprender de los demás; en especial de los actores. Ellos sólo te voltean a ver y te dicen: esto no lo puedo decir, no me alcanza el aire o no sé qué estoy diciendo.
Es una fractura muy real. La idea de comunidad teatral es muy abstracta. Nos comportamos como individuos, pero nos dedicamos a un arte colectivo.
Y lo mismo sucede con el público. Ahora que está en riesgo el Teatro Helénico, me sorprende que el público no se queje, que no haya nadie que diga “a mí no me van a cerrar la opción de ver otro tipo de teatro”. Pareciera que es un problema exclusivo de la comunidad teatral. Por alguna razón, no se sienten afectados. No sé... Tal vez nos falta convocarlos.

6.10.07

Festival Iberoamericano de Teatro: una necesaria polémica sobre la integración cultural y lingüística

Hoy, si los astros siguen en orden, comenzó el Festival Iberoamericano de Teatro en Manizales, Colombia. “Esta 29ª versión del Festival Internacional de Teatro, es una nueva oportunidad de invitar al mundo a conocer Colombia y en especial a Manizales ciudad teatral de América” reza la publicidad.
Sin duda se trata de un ejercicio de política cultural y difusión del patrimonio artístico iberoamericano que ha sentado precedente desde hace casi tres décadas sin que haya muchos esfuerzos por ampliar la oferta. El Festival de Manizales y Cádiz continúan siendo los referentes principales para mirarnos en el espejo del teatro mundial. Y aunque el festival de Manizales se oferte como “internacional” es bien sabido que representa la piedra angular del teatro iberoamericano, (junto a Cádiz).
Inaugurando El Festival con la obra Otehitzari Biraka, una coproducción de Kukai Logela y Tantakka el País Vasco es invitado de honor de esta emisión, lo cual ha despertado algunos conflictos al interior de la más dura cúpula de teatreros españoles y especialmente entre ciertos funcionarios culturales de éste y aquel lado del mundo, muchos de los cual han considerado la invitación a Euskadi como “país” una provocación (a mitad de un doloroso proceso de reconocimiento de la cultura euskalduna).
Y en otra postura –según se lee en foros de Internet– no han faltado quiénes se pregunten si la cultura vasca o euskalduna debe considerarse iberoamericana. El argumento más importante de algunos “hispanistas” es que los mecanismos de producción en Euskadi son los mismos que en España y que en general comparten un presupuesto de subvenciones y mantenimiento o creación de foros, por lo que la invitación debería ser para España y dentro de ésta para la Comunidad Autónoma del País Vasco. Buena parte del dinero con el que se hacen y viajan las obras euskaldunas “es de España” no exclusivamente de la región del País Vasco, decía un comentario anónimo en los foros de opinión de un periódico.
En fin, que el tema de los nacionalismos, la independencia de Euskadi y su posición en la península ibérica no está lejos de las propuestas culturales y artísticas, del manoteo político cultural y básicamente de la historia reciente de este país, cultura o pueblo.
Sin embargo, hay un tema de fondo que vale la pena tocar y del que creo se han hecho pocas reflexiones: las lenguas iberoameriacas y el teatro: su integración.
La inclusión de Euskadi y con él de su lengua, el euskera, plantea una incógnita para el devenir de este festival y para el esfuerzo de identidad como continente iberoamericano. ¿Abrir paso a todas las lenguas o dejar uno o dos idiomas mayoritarios? Desde luego, el sentido común nos dice que la respuesta es la inclusión dado que el término “Iberoamérica” no sólo considera a España y sus antiguas colonias, sino también a Portugal y Andorra. El problema de fondo es que en Iberoamérica existen casi una centena de lenguas y aunque muchas de éstas siguen en constante lucha para no desaparecer –por lo cual sería ridículo pedirles una propuesta escénica– un número considerable de lenguas vernáculas sí podrían tener participación en cualquiera de los festivales que se dicen Iberoamericanos y acrecentar así la reunión, reflexión y puesta en escena de textos de lo pueblos indígenas, culturas ancestrales o recientes que habitan y pululan Iberoamérica.
No son festivales Hispanoamericanos o Latinoamericanos, son encuentros multiculturales y multilingües desde y para la cultura iberoamericana, o por lo menos eso deberían ser. En ese tenor habría que buscar que en cada edición (de los festivales teatrales iberoamericanos en el mundo) por lo menos exista un montaje cuya lengua no sea mayoritaria, desde las indígenas como el maya, náhuatl, quechua o mapuche pasando por las autonómicas en España como el euskera, gallego, catalá y valenciano además de las formaciones lingüísticas de grupos de emigrantes como el spanglish o el véneta. ¿No es el teatro una forma de conservación de la cultura?
Es lamentable observar los esfuerzos de otras artes y colectivos o comunidades artísticas para preservar lenguas originales –o estudiar las nuevas– y al contrario, la pasmosa lentitud del teatro iberoamericano.
Se traduce poco a las lenguas minoritarias, pero sobre todo se desconoce su literatura dramática y sus procesos escénicos milenarios o contemporáneos. Sabemos por ejemplo que existe una tradición teatral mesoamericana, anterior al estado de evangelización, ¿por qué no podemos verla en escena?
Si la traducción (estudio o reflexión) del castellano a las lenguas minoritarias hay poco, de éstas al castellano o portugués el panorama es todavía más árido, quiénes son los dramaturgos más importantes en lengua maya, por ejemplo.
La comunidad teatral iberoamericana debe contribuir al debate sobre la integración de las lenguas en los territorios iberoamericanos – que próximamente incluirán países de Asia y África – y además implementar acciones para dotar a esta integración de presencia en la escena, que es al mismo tiempo un reconocimiento cultural que el teatro ha postergado inútilmente.Afortunadamente en Manizales hay un foro para dialogar estos nuevos desafíos que el continente iberoamericano debe afrontar, sin diferencias políticas (tan frecuentes). Debe ser la comunidad artística la que ponga el ejemplo y oferte a nuestras sociedades igualdad o por lo menos ideas sobre la multiculturalidad: su pertinencia o inadecuación.

4.10.07

Barba y el Tercer teatro siguen vivos


El Odin Teatret de Dinamarca, mítico grupo fundado por el italiano Eugenio Barba, será el gran protagonista del Festival Madrid Sur, que celebra su 12ª edición desde hoy hasta el 28 de octubre en numerosos teatros y espacios de siete poblaciones de la periferia madrileña. La compañía trae al festival cinco espectáculos. Itsi Bitsi es un clásico del Odin Teatret, presentado más de 300 veces en 15 años, a menudo en América Latina, y, en su versión castellana, por primera vez en Madrid. "Es una historia real y un espectáculo cuyo estilo de actuación, construcción, dramaturgia y utilización de la música en vivo son típicos del estilo Odin", dice Barba de este montaje basado en la biografía de la actriz Iben Nagel Rasmussen, autora del texto, y de su novio, un joven poeta beat del final de los años 60, ambos drogadictos. Él se suicidó, ella sobrevivió gracias al teatro.
El hermano muerto, El eco del silencio y La alfombra voladora son espectáculos-demostraciones, en los que participa la actriz Julia Varley, donde se enseña cómo se crea teatro en el Odin y las estratagemas que inventan para interpretar un texto. Blanca como el jazmín es un concierto vocal de Rasmussen, la primera actriz del Odin, quien rememora y experimenta nuevamente las mutaciones de la voz.
Barba, de 70 años, ha ejercido su carrera en Dinamarca, donde fundó en 1964 el Odin Teatret, una de las compañías más influyentes del teatro europeo de las últimas décadas, convertida hoy en toda una factoría escénica. También es el inventor, junto a otros, del concepto de antropología teatral y generador, a partir de sus viajes por Latinoamérica, del concepto de Tercer Teatro. Un teatro que no busca entretener ni defender tesis. Sólo hace preguntas para las cuales cada uno debe encontrar sus propias respuestas. Para Barba, el Tercer Teatro a menudo es anónimo, pero en cambio está "activo y presente en muchos lados". Barba acuñó este término para definir la inmensa variedad y cantidad de espectáculos que no son teatro tradicional, ni teatro de vanguardia. "Esa rica flora y fauna de grupos, proyectos, espectáculos en barrios, hospedajes, prisiones, que por miles ocurren en el planeta son la consecuencia de la fragmentación del modelo único de teatro que ha existido en Europa hasta el final de los años sesenta; después, ese modelo explotó, y hoy sólo se escribe de los teatros subvencionados o de grande éxito artístico, y se ignora el tercer estado del teatro, los pobres y los jóvenes en que palpita la vitalidad y el sentido profundo de nuestro oficio".
Al Festival Internacional Madrid Sur, organizado por la Fundación Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (IITM), que dirige José Monleón, acuden este año 28 compañías, que ofrecerán ocho estrenos y 15 en la Comunidad de Madrid. Cada año, el festival gira sobre un concepto. En esta ocasión, la periferia: "Nos reivindicamos periféricos y dispuestos a trabajar con todos los que se interroguen seriamente por los obstáculos, a menudo ideológicos, que cierran el paso a la integración de los humanos en un proceso racional de respeto y convivencia", dice Monleón, quien ha convocado a dos de los más conocidos creadores del teatro periférico: Eugenio Barba y su Odin Teatret y Salvador Távora, con La Cuadra de Sevilla y su montaje Flamenco para Traviata, basado en fragmentos de la ópera verdiana.

Tomado de El País. ROSANA TORRES - Madrid - 04/10/2007

Del apestoso mundo literario y teatral atravesado por un decadente periodismo cultural

Recuento de los últimos – aunque no sorpresivos – atropellos a la razón que se cometen día a día en este submundo de la letra escrita, donde impera el egoísmo y gana la sordidez, el trato mezquino y los golpes por la espalda. Enumero:

Guillermo Sheridan en su blog de Letras Libres hace una exposición clara y honesta, además de que introduce fuentes precisas para demostrar el circo que montó la UNAM – experta en exageraciones, extrañas relaciones públicas e información a medias – con el reciente acervo que Carlos Fuentes donó a su alma mater. El novelista, también conocido en México como “gringo viejo” regaló a la UNAM un “importante acervo” de 300 libros.
Cuenta Sheridan: Fue curioso que nadie recordase que la verdadera donación del verdadero acervo de Fuentes sucedió hace muchos años, en 1995, y no a su alma mater sino a Princeton University. Y para el caso no fue donado, sino vendido en dólares en un negocio vigilado por la firma legal Brandt & Brandt, como se lee en la página de las bibliotecas de esa universidad. En esa página también se lee que “los Carlos Fuentes Papers reúnen los archivos personales y de trabajo de Carlos Fuentes (1928-), escritor, editor y diplomático mexicano: cuadernos de notas, manuscritos de novelas y novelas breves, cuentos cortos, obras teatrales, guiones cinematográficos, escritos, discursos, entrevistas, traducciones, correspondencia, juvenilia, dibujos, documentos, fotografías, casettes de audio y video, papeles de otras personas, cuadernos de recortes y material impreso”. Vicente Quitarte, director de la Biblioteca Nacional reconoció que los libros “no tienen anotaciones ni dedicatorias”. Es muy común y probable que Fuentes hiciera una recopilación de aquellos libros que le obsequian cada día autores noveles, que le envían editoriales o que compra una tarde cualquiera en sus paseos por librerías norteamericanas. A mí me da igual lo que Fuentes haga con su acervo, lo peligroso es la falta de memoria histórica de la UNAM, la ceremonia en la que rector y novelista se ofrecieron loas y la pasividad de nuestros reporteros culturales. No investigan, no recuerdan, no se interesan en rebuscar.
Con la ceremonia de la UNAM y el cheque que recibió Fuentes en Princeton University, ironiza Sheridan. Lo curioso es que días después apareció Rascón Banda – ese escritor-político o viceversa – diciendo que todos los escritores deberían seguir el ejemplo de Fuentes. Tanta crítica a la globalización, semblante de izquierda y al final, con dinero baila el gringo.

Otra vez con información de Sheridan: José María Pérez Gay, un reseñista autodenominado de izquierda publicó en La Jornada (2007/06/03) – ¿Dónde más – una nota sobre la película La vida de los otros, película alemana que ganó el Oscar como mejor película extranjera. Sheridan traduce fragmentos de la entrada Das Leben der Anderen de la wikipedia germana que el señor Pérez Gay tradujo, copió y pegó como propia. Le agregó unos adjetivos pero la información es casi la misma.
Sheridan propone que fuera el propio Pérez Gay quien escribió el artículo de la wikipedia en alemán, sin embargo, haciendo una somera exploración en la versión germana quien introdujo esa entrada no tiene una cuenta que pueda atribuírsele a Pérez Gay, además de que no fue uno, sino varios los autores que enriquecieron el texto.

A comienzos del mes pasado se celebraron 60 años de vida de Enrique Krauze. Las notas comenzaron a salir en prensa, se prodigaron elogios – como suele suceder – y sendos homenajes, editoriales que no pierden la oportunidad mediática y el jefe recibió, como era de esperarse, los juicios laudatorios de los suyos y el reconocimiento justo por su labor como historiador, articulista y promotor editorial. Sin embargo, en un alarde de servilismo El Ángel de Reforma le dedicó un número completo donde sobraron las glorificaciones y faltó crítica. Nunca como hasta ahora había visto a Domínguez Michael, González Rodríguez y Kleinburg tan enajenados con la figura del padre Krauze, un suplemento respetable convertido en bastión de un grupo que ya tiene revista y editorial. No es nuevo decir que Krauze es el heredero de Paz, ¿hacía falta confirmarlo de esta manera?

He ganado unas cuentas becas, he cobrado dinero público por escribir ¿A quién puede molestarle eso? Supongo que a quienes no lo han logrado ¿Qué culpa tengo? En fin, una calumnia salió a la luz en la “bella airosa” donde me inculpan de traficar influencias por darle a un poeta amigo consejos para desarrollar un proyecto de beca. Reproducen íntegro un correo electrónico que usan como herramienta de perjuicio. Lo curioso es que la beca no la ganó (en varias emisiones), ese mail lleva cuatro años de retraso y no se citan fuentes, se especula y se juega con la información el prestigio de quienes aparecemos citados. ¿No es más corrupto el periodista que antepone a la investigación opiniones mezquinas e intereses de terceros?

Esto me lleva a reproducir el texto aparecido en Contralínea – una publicación que especula y no cita fuentes – en la que se ataca a varios de los creadores escénicos más importantes del teatro mexicano:
“En la convocatoria 2003, Luis de Tavira, director general de la asociación civil Casa del Teatro y director del Centro Dramático de Michoacán (Cedram), resultó seleccionado con el estímulo económico a creadores, recurso que percibió de 2004 a 2006. Sus compañías también recibieron fondos del programa de Coinversiones del Fonca. Alejandro Luna era miembro de la comisión de selección de teatro y asentó por el estímulo. Desde antes, ellos compartían proyectos. En dicha convocatoria también resultó becada Tolita Figueroa, pareja sentimental del mismo comisionado.
A finales de 2005, en una entrevista publicada en el diario Noticias, voz e imagen de Oaxaca, Philippe Amand expresó su preocupación por el espacio escénico y la difusión del mismo. El escenógrafo se encontraba recorriendo diversas poblaciones de Michoacán con el teatro itinerante que él mismo diseñó y que era un proyecto original de Luis de Tavira. En ese entonces, Tavira era director, funcionario, promotor del programa Conaculta en los estados y miembro del SNCA. Dos años después, en 2005, fue nombrado creador emérito con estímulo vitalicio del Fonca. En la última convocatoria del Sistema, ambos coinciden en la misma comisión de selección de teatro y otorgan estímulos a los postulantes de su preferencia.
En esta última convocatoria, Philippe Amand manifestó en su declaración de vínculo mantener relación laboral, íntima, académica y de parentesco en primer grado con Raúl Quintanilla. Pero el comisionado no se abstuvo de votar por el postulante que resultó beneficiado.
Raúl Quintanilla, exdirector del Centro Universitario de Teatro y miembro en dos ocasiones del SNCA, es en la actualidad director del Centro de Formación Actoral de TV Azteca y profesor en La casa de teatro de José Caballero Betanzo, exdirector de la Compañía Nacional de Teatro. Ambos directores fueron beneficiados en la última convocatoria del SNCA.
Otro caso es el de Víctor Zapatero, iluminador que también resultó seleccionado a partir de este año, en la que se encontraba Philippe Amand, compañero de trabajo de la puesta en escena Electra o La caída de las máscaras.
Cutberto López, comisionado de selección, también reconoció en su Declaración de Vínculo tener relación laboral con Antonio Castro que, a pesar de no resultar beneficiado, es director de una de las obras de teatro en la que Cutberto realiza la escenografía.
El director de teatro Eduardo Ruiz Saviñón comenta que, al conocer las irregularidades con las que se selecciona a los becados, no le queda más que continuar insistiendo en la necesidad de reformar el SNCA. “El Sistema funciona como las elecciones en Oaxaca –ironiza–, los artistas ni siquiera participan porque saben que no se les dará nada”. Agrega que entre la misma comunidad artística y de otras disciplinas se sabe que los estímulos son otorgados como pago de favores o “regalos” laborales, familiares o sentimentales. “Nos partieron la cara a los de teatro”, concluye
.

Lamento las declaraciones del maestro Ruíz Saviñón pero sobre todo lamento que nuestro periodismo cultural sea tan oscuro y que reine la envidia. Entiendo que hay injusticias, pero de ahí a la acusación hay un trecho. Todos quieren becas, pero no todos trabajan para tener un trabajo con calidad para ofrecer. Yo estoy a favor de tener más mecanismos de vigilancia para la entrega de becas y subvenciones y de tener mejores comisiones de dictaminación (más democráticas y plurales), pero la gente que se menciona en el artículo (Contralínea, septiembre, 2da quincena, de 2007) tiene una trayectoria destacada, son artistas reputados y la mayoría pueden vivir sin estos estímulos, su trabajo los avala.

Pasa por un mal momento el teatro mexicano: Rodolfo Obregón

El maestro Rodolfo Obregón es experto en crear polémicas. Es uno de los críticos más importantes de México aunque ahora esté resguardado bajo el manto protector del ogro filantrópico (CITRU). Él mismo declaró alguna vez que "no se necesita más público, sino mejor" y aunque en mucho tiene razón, yo no puedo suscribir el argumento pues pienso que las cosas van al revés, con más público el nivel se diversifica, la industria crece y la calidad se dispara para bien, porque para mal ya se ha disparado lo suficiente y está en permanente cima de mediocridad, basta ver la cartelera plagada de un teatro comercial lamentable que funciona por lo menos como espectáculo y cumple dos paradigmas que el teatro estatal no ha podido concretar: la multiplicidad de público y la autogestión.
¿No será mejor llevar a esa despistada gente a nuestras salas? Darles otra opción. ¿No será mejor hacer un teatro menos introspectivo y más ciudadanizado- si se me permite el término? ¿No será mejor entrar en el tema de la educación pública y crear mejores espectadores?
Ahora llama a producir menos, y se excusa en la hipótesis de que entre menos obras, mejores, se olvida quizá, de decirnos cómo saber quién va a hacer ese teatro prodigioso, con cuánto y para qué, y lo mejor: ¿Quién va determinar si es bueno o malo si el público en general - no la comunidad teatral en sí misma - estará ausente?

De la entrevista que sigue comparto mucho con el (mi) maestro Obregón, pero hay algo que no ajusta, que se queda en el aire, el tema de cómo hacer un mejor teatro mexicano, seguro es la escueta entrevista, hay que buscar a Obregón para obtener mejores referencias. A continuación las palabras del maestro para meter el dedo en la llaga.

El teatro en México pasa por un mal momento, sin propuestas y casi totalmente paralizado, afirmó el director del Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU), Rodolfo Obregón. Entrevistado por Notimex, el también director de teatro comentó que la sensación es de parálisis, en el que las principales instancias de producción resisten los cambios políticos, como el que viene en la Universidad Nacional Autónoma de México, al referirse a la próxima sucesión del rector. En este marco también se inscribe "el cambio que hubo hace casi nueves meses en el Instituto Nacional de Bellas Artes y la producción está paralizada, pues algunas obras pasan de un lado a otro", comentó. No obstante, dejó en claro que no se trata solamente de una responsabilidad institucional sino también de los propios creadores, dado que cada vez aparecen pocas propuestas escénicas atractivas, lo que "teatro rutinario". Dijo que "pasan de una obra a otra, sin ninguna consecuencia, sin ninguna continuidad, sin ninguna propuesta realmente, cambiando de elencos, nada más".
Respecto al trabajo de los dramaturgos, Rodolfo Obregón aseguró que a los viejos escritores los encuentra agotados mientras que a los jóvenes los ve sobreexplotados, como a Edgar Chías."Son jóvenes talentos, como Chías, que corren el riesgo como les ha pasado a los anteriores, de explotarlos hasta agotarlos, antes de que cumplan los 35 años", puntualizó. De esta forma, consideró, puede bajar la calidad de las obras, porque no hay una jerarquización equitativa en el teatro nacional, y si hay propuestas deben estar reguladas."Tenemos que producir menos, pero producir mejor, con el objetivo de ver un teatro de calidad y que no sea repetitivo una y otra" vez, señaló.
Por otra parte, respecto a la labor del CITRU, Rodolfo Obregón adelantó que el 21 de octubre próximo presentarán en el Palacio de Bellas Artes el libro "Diálogos en contexto", de Rocío Galicia, con entrevistas a 20 dramaturgos del noreste del país.


La Crónica Hoy. Notimex. Sábado 29 de Septiembre de 2007

30.9.07

"Enviemos cayucos a África con europeos emprendedores"


De los dramaturgos que han recibido el premio Nobel de Literatura (pocos pero célebres), Wole Soyinka quizá sea el menos conocido en lengua castellana. Su teatro está mal editado y después del premio (1986) perdió interés mediático y comercial. Además, ya se sabe que en la industria editorial el teatro es el último género, si es que todavía creen que es un género escritural.
En realidad Soyinka se conoce en nuestra lengua como novelista y teórico, y por sus no poco comunes apariciones en conferencias y festivales. No proliferan sus textos dramáticos en nuestras salas, ni tampoco sus lecciones en centros de enseñanza como investigador de la dramaturgia social. Leer a Soyinka o ver alguna de sus obras es una extravagancia o suerte de posmoderna peripecia.
Wole Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934), partió a Inglaterra (Universidad de Leeds) para concluir sus estudios y ahí consiguió escribir, se interesó por el teatro y envío una obra a la Royal Court Theater en Londres que lo invitó a trabajar como lector. Ahí comenzó a escribir obras de teatro profesionalmente, aunque también fue actor y eventualmente director de escena. Años después volvería a Nigeria para fundar su propia compañía de teatro, con la que estudió y representó en la escena el clima de represión política ante la imposible convivencia multicultural que se vivía en Nigeria.
En México, a principios del 2001, presentó en el Palacio de Bellas Artes el Gran Teatro de Ginebra (GTG) la ópera El maleficio de los jacintos, con textos de Wole Soyinka, música de la compositora cubana Tania León y la escenografía de una de las figuras mundiales de este arte, Robert Wilson. El montaje, del que recuerdo el drama extraordinario contra la violencia y el totalitarismo, se estrenó en Ginebra para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Contaba de una forma algo onírica y por momentos desquiciada la historia de Miguel Domingo, emigrante detenido al intentar abandonar su país cuyo mar está infestado de una plaga de jacintos que impide su huida.
Miguel Domingo atrapado en la doble trampa de los jacintos y el autoritarismo se debate entre su realidad inmediata y los recuerdos. Con la ayuda de Taitin, su madre, ‘médium entre los mundos humanos y sobrenaturales’, pide ayuda a la diosa del mar Yemanya, ‘la sacerdotisa de los ojos claros’.
Wole Soyinka, se presentó recientemente en España, en el festival Hay de Segovia, donde hizo algunas declaraciones interesantes que recoge El País y que a continuación reproduzco:
"Todo lo negativo existe, pero también ocurren cosas positivas que no se llegan a conocer. África necesita una canal como Al Yazira que transmita al mundo una visión más equilibrada de lo que ocurre en el continente. Erradicar una enfermedad en un país no es noticia porque a los periódicos occidentales sólo les importa el sensacionalismo".
"El 11-S no fue el primer ataque contra la humanidad", dijo. "Unos 10 años antes un avión fue derribado cuando sobrevolaba la República de Níger. Pero es que en África la aniquilación de la voluntad de las personas viene de lejos, de la esclavitud, y hay todo un reguero de desastres: lo que hizo Pol Pot en Camboya, las masacres de Ruanda, la guerra que continúa en el Congo, lo que pasa en Darfur, las batallas de Sudán...".
“Pero la historia de África fue perturbada por los cazadores de esclavos, tanto árabes como europeos, que destruyeron cuanto había. Luego vinieron los imperios extranjeros a explotar nuestras riquezas y, cuando se fueron, se sucedieron los conflictos que provocaron para seguir conservando su dominio".
"Tienen que saber que en África es un continente plural, también nieva allí y hay cumbres como el Kilimanjaro. La situación de las mujeres, por ejemplo, es distinta en el norte que en el sur. La cultura de las viudas de Kenia es diferente que en otros países. En Liberia han elegido a una presidenta y hay zonas donde las mujeres tienen que seguir cubriéndose con un velo".
"Por cada cayuco que llega a Europa con 100 africanos que arriesgan su vida por buscar una vida mejor debería salir otra embarcación en sentido contrario que llevara europeos emprendedores a África. No tienen que mandarnos a sus criminales, sino a aventureros que busquen nuevas oportunidades. Les aseguro que si se instalan en Lagos, ya no querrán salir de allí".
Encarcelado y exiliado, continuamente perseguido, este hombre engendra una esperanza para el África negra. Dejemos el exotismo y la ignorancia sobre este continente si de verdad nos interesa conocer el entorno mundial más allá de los tópicos, quizá al leer y estudiar a Soyinka, ver su teatro, aunque sea primordialmente de corte político, nos amplíe las miras. Se hace necesario tener más textos traducidos del nigeriano; mejor editados y leídos por directores y productores inteligentes.

24.9.07

Un minuto de silencio por Marcel Marceau

Interesante entrevista con este viejo genio.




Marceau en México

En 2004, a los 81 años, Marcel Marceau develó una placa en su honor en la explanada del Auditorio Nacional y dijo sentirse muy ligado a la cultura mexicana.
"Su pueblo es poético, místico y profundo, y me siento muy honrado porque amo a México", declaró acerca del país que conociera a los 32 años.
"Recuerdo que la primera vez que vine fue en 1955 e hicimos una gira. Me gusta mucho la cultura mexicana y la sensibilidad que tienen hacia el arte", sostuvo.
Un año antes había comentado: "He venido a México unas 20 veces y siempre me he sentido muy ligado a la cultura de este País; conocí a Luis Buñuel, a Diego Rivera, a Frida Kahlo; soy amigo de Alejandro Jodorowsky, siempre sentí que este público entendía bien el concepto del humor con el silencio".
En 1994, incluso, había ofrecido: "Si el ministro de cultura de México quisiera que yo diera clase a los mimos callejeros, yo podría venir a hacerlo. Si no pueden ir allá, pues que hagan venir a Marceau a dar un curso de 15 días".
De finales de los años 50 hasta 2004, Marcel Marceau realizó numerosas giras por el país y se presentó en ciudades como Guadalajara, Monterrey, Puebla, Cancún, Chetumal, Saltillo, Aguascalientes, Torreón, Tijuana, Querétaro y León.
En el Distrito Federal México se presentó en el Palacio de Bellas Artes, el Auditorio Nacional, el Teatro de la Ciudad, el Teatro Metropólitan y el Teatro Silvia Pinal; incluso en el Parque México, donde en mayo del 2000 sorprendió con una presentación callejera.
Con menos éxito, intentó presentarse a finales de mayo de 2002 en el Jardín Hidalgo de Coyoacán en medio de un fuerte aguacero.
Apenas iniciada, la función tuvo que cancelarse, pues la organización se salió de control: unas 10 mil personas enardecidas comenzaron a arremolinarse, a atropellarse y a gritar.

Julieta Riveroll para Reforma.

17.9.07

Godot al náhuatl


Se presentó el libro In oc tiacchíah in Godot, versión en lengua náhuatl de Patrick Johansson, de Esperando a Godot, del irlandés Samuel Beckett, con motivo de la XIX Feria del Libro de Antropología e Historia, que se realiza en el Museo Nacional de Antropología.

El náhuatl es la lengua amerindia con mayor número de hablantes en México, con más de 1 millón y medio, la mayoría bilingüe con el castellano. Ésta fue la lengua oficial del imperio azteca y se extiende desde la frontera entre Mesoamérica y Aridoamérica hasta todo Centroamérica, basta recordar que los toponímicos de Guatemala y Nicaragua proceden de esta lengua.

"Como soy un seguidor de Beckett, para mi fue una tarea muy difícil, porque fue un viaje de esos mundos, uno en lengua náhuatl y el otro entrar al mundo de la dramaturgia de una obra" , comentó Joahansson, según información de Notimex.

Es curioso, Beckett era irlandés pero escribió en francés y ahora su literatura dramática entra a la puerta de las lenguas autóctonas americanas por la puerta grande. La lengua del centro de México. Hay que esperar quién puede llevarla a escena.

Hace falta seguir traduciendo a los clásicos a nuestras lenguas originales. Ojalá haya más esfuerzos como este para llevar a Beckett a la escena mesoamericana.

Estas noticias hacen bien al espíritu.

15.9.07

Indígenas para qué... en el yanqui Imperio


Por fin, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó, tras 22 años de negociaciones, la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas que protegerá a los más de 370 millones de personas que integran estas comunidades vulnerables en todo el mundo, sus lenguas, usos y costumbres y el territorio al que pertenecen.
El texto, ratificado por 143 votos a favor, cuatro en contra y 11 abstenciones, constituye un hito histórico para el movimiento indígena, que durante años vio cómo sus intentos por lograr que se respetaran sus derechos se deshacían en los pasillos del organismo internacional.
Los cuatro votos negativos fueron de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
La declaración, de 46 artículos, establece los estándares mínimos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas del mundo, que incluyen la propiedad de sus tierras, acceso a los recursos naturales de sus territorios, la preservación de sus conocimientos tradicionales y la autodeterminación.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la adopción de la declaración e instó a que los Estados miembros “se aseguren de que su visión se ponga en práctica”, comentó su portavoz, Michele Montás.
Estados Unidos no firmó el Protocolo de Kyoto, no firma ahora esta declaración, sus tropas entran por doquier, muro fronterizo con América Latina, ¿no habrá quién los haga entrar en razón, en el respeto a la vida, la libertad, democracia y el medio ambiente?
¿Nuestro mayor tratado comercial con dos de los cuatro países más discriminantes del mundo?
¿Se aplicará en México un verdadero respeto a los derechos de estos pueblos?
Con información de http://www.milenio.com/

11.9.07

Shakespeare imposible


Empieza a ser costumbre que los grandes autores de la literatura dramática vayan al paredón de la desconfianza y se acuse su inexistencia o la improbabilidad de que hayan escrito semejantes obras, bajo el argumento de la ausencia documental.

Ya sucedió con Moliére, ahora es Shakespeare. Sólo falta que alguien nos diga que Lope de Vega y Tirso de Molina tampoco escribieron nada, o más bien, que sólo armaron un rompecabezas. Lo cierto es que la propia naturaleza del teatro, su movilidad en el tiempo, su inmediatez y el trabajo propio del autor al servicio de un grupo o compañía, al paso de los años, deja más dudas que certezas respecto a su bibliografía y ahonda en la probabilidad de que entre el autor dramático clásico y los escritores de teatro de la modernidad haya un abismo, o por lo menos, un ajuste de cuentas. Es muy probable que los dos más grandes autores dramáticos en lengua inglesa y francesa no hayan sido otra cosa más que dramarguistas, es decir, personas encargadas de resolver la escritura de un texto a partir de otras muchas voluntades, los actores, el productor, y otros participantes, incluso el público potencial o los integrantes de la corona.

Así el panorama, cerca de 300 personas firmaron ayer una “declaración de duda razonable” con la que esperan promover la investigación sobre la autoría de las obras atribuídas al más celebre escritor inglés. “Me adherí al grupo teórico porque no creo que nadie pueda llevar a cabo la investigación por su propia cuenta”, dijo Derek. La agrupación afirma que no existen documentos históricos que demuestren que a Shakespeare se le pagó por su trabajo. Además, de entre todos los documentos que pueden ser realmente atribuídos al escritor, nacido en Stratford-upon-Avon en 1564, ninguno es de índole literaria. Y para muestra, su testamento, en el que el escritor le dejó a su esposa su “segunda mejor cama y los muebles”, pero que no contiene ninguna de sus famosas expresiones o frases, y donde no hace mención alguna a libros, textos dramáticos o poemas.

La Coalición Sobre la Autoría de Shakespeare, como se ha denominado el grupo de 287 personas, dijo que no es posible que las obras del poeta hubiesen sido escritas por un plebeyo criado en un hogar de analfabetos. Desde el siglo XVIII han circulado teorías conspiratorias sobre personajes destacados que pudieron usar el pseudónimo de Shakespeare. Entre ellos, el dramaturgo Christopher Marlowe, el noble Edward de Vere y Francis Bacon.

La declaración, dada a conocer en el teatro Minerva de Chichester, Inglaterra, también nombra a 20 prominentes artistas que en el pasado dudaron de la autoría de Shakespeare. Entre ellos, Mark Twain, Orson Welles, Sir John Gielgud y Charlie Chaplin.

1.9.07

Miller y los síndrome de down



Una noticia no tan reciente, pero que El País (firmada por Bárbara Celis) trae a cuento no sé por qué en su edición de hoy, me hizo reflexionar sobre la figura contradictoria de Arthur Miller.
La separación entre su vida y obra son muy evidentes y alcanzan niveles de paradoja. Aunque nació en un entorno de clase media en Nueva York, después de la gran depresión económica, la fábrica de textiles del padre quebró, porque lo que la familia pasó grandes periodos de pobreza. Miller trabajó en empleos inmundos hasta que alcanzó graduarse en la Universidad de Michigan, como periodista.
A pesar de un entorno hostil y de las dificultades que sufrió en la juventud, Miller fue un dandy, como muchos otros escritores del Nuevo periodismo, no por nada contrajo matrimonio con Marilyn Monroe, ni más ni menos.
Hoy los llamamos metrosexuales, y aunque la comparación no es del todo precisa, en esa época los dandy's representaban a estos personajes cultos una personalidad herida por la vanidad y contagiada de los esteriotipos del cine. Miller ocupaba un sitio de privilegio en esa constelación de genios que incluye a Tom Wolfe, Henry Miller, Truman Capote y Norman Mailer, entre otros.
Al paso del tiempo Miller se acostumbró a un ritmo de vida más sosegado y burgués, sin embargo no dejó de levantar la voz contra los abusos de la vida moderna.
En franca oposición con su cine, que mostraba una visión complaciente de Estados Unidos y en la que se manifestaba un claro interés estético por la filmografía pro-yanqui, especialmente en el guión que le escribió a su mujer Vidas rebeldes, es su teatro donde debe verse el mejor talante del escritor neoyorkino, pues ahí completa historias y personajes cuyo principal elemento es la crítica social y política, la abierta denuncia a los valores conservadores que comenzaban a asentarse en la sociedad de su país desde el plano estatal.
Su consagración dramatúrgica se produce en 1949, con La muerte de un viajante, clásico de la dramaturgia mundial en la que denuncia el carácter ilusorio del american dream. En esta tragedia o pieza contemporánea, su protagonista, Willy Loman, un viajante de comercio (vendedor) que creía en el sueño americano, oculta a sus allegados sus continuos fracasos laborales y, tras ser despedido, propicia un accidente con su automóvil para que su familia pudiese cobrar su seguro de vida y su hijo llevara una mejor vida que la suya. La obra fue galardonada con el Premio Pulitzer, con tres Premios Tony y con el de la Crítica de Nueva York.
El escritor Arthur Miller protestó contra la guerra de Vietnam, luchó contra los abusos que su gobierno perpetró contra los comunistas, estuvo siempre del lado de los desfavorecidos, sin embargo repudió a su propio hijo por ser un discapacitado mental.
Ahora cito una parte de la noticia de El País: “según publica la revista Vanity Fair en su número de este mes, el autor de obras universales como Muerte de un viajante tuvo un hijo con síndrome de Down en 1966, fruto de su matrimonio con la fotógrafa Inge Morath, a la que conoció durante el rodaje de Vidas rebeldes cuando aún estaba casado con la protagonista de aquel filme, Marilyn Monroe. Morath tuvo primero una hija, Rebecca Miller, hoy una reconocida cineasta, y luego llegó Daniel, quien cuatro días después de nacer, y pese a la oposición de Inge Morath, sería depositado en un orfanato y eliminado por completo de la vida pública y privada del escritor. "Nunca se ha publicado una fotografía suya, pero quienes conocen a Daniel Miller dicen que se parece a su padre". Así arranca un extenso reportaje de investigación que por primera vez saca a la luz los detalles de la oscura relación entre el escritor y su hijo secreto. Rebecca Miller asegura que Daniel es hoy "parte de la familia", pero nunca lo fue mientras su padre estuvo vivo”.
No me sorprende esta actitud en un Miller que si bien representó un paradigma de resistencia y combate para una generación, también fue un ególatra y orgulloso escritor que durante una década – la de los ochentas especialmente – fue acusado de moralista por un teatro al que ya le había perdido la pista. Algunas de sus obras estaban en el pasado y sacó mucho (demasiado, dicen algunos) provecho de su matrimonio con la estrella de cine Monroe.
Las contradicciones de un dramaturgo en Nueva York, no faltará el que titule así una obra biográfica sobre este autor que, a pesar de sí mismo, vive genial en su teatro.

28.8.07

"Yo he venido aquí a hablar de mi libro"

No pude sucumbir a la tentación. Puede que este sea el testimonio televisivo más recordado en España en las últimas horas, pero me da igual, yo también me sumo a la caravana mediática.
Acepto que aprovecho la muerte de Francisco Umbral para dejar este divertido testimonio que quizá no hace sino empañar la figura de un buen escritor.
Es curioso que su popularidad provenga más de esta clase de exabruptos que por sus libros, que se cuentan por decenas, es curioso también el papel de la televisión y lo que alguien que se dedica a este oficio tiene que hacer para no perecer en el olvido de una gran cantidad de españoles, es curioso, en suma, lo que fue Umbral.


25.8.07

Vieja moda futbolera

Era uno de esos niños aficionados a las revistas de futbol. Eso me duró hasta la pubertad, cuando era un verdadero coleccionista de todo tipo de publicaciones futboleras y sabía de memoria datos inútiles sobre el futbol mexicano, como por ejemplo que Nicolás Navarro (arquero del Necaxa y tercero en la copa del mundo del '94) había nacido también un 17 de septiembre, o que Ricardo Peláez (delantero surgido en América que pasó por Necaxa y Guadalajara) y Raúl Martínez Sámbula (zaguero hondureño de Correcaminos) nacieron un 14 de marzo de 1963.


Ahora sólo compro de vez en cuando, uno que otro suplemento deportivo. No olvidaré Balón, Tarjeta roja, Mundo deportivo, Gol!, Los comentaristas, Deporte ilustrado y otras que ahora no recuerdo con precisión, aunque veo apenas sus portadas, el papel viejo, algunos encabezados, el diseño paupérrimo y los poster's de cada edición, que en una cara tenían a un jugador estrella de futbol y en la otra una mujer semidesnuda, a veces ataviada con los colores del club en turno.
También compraba los suplementos de Ovaciones -todos los domingos después de ir a misa- y a veces alguien que vivía en la capital me llevaba la edición deportiva de Reforma o El Universal. También compraba La Afición y unas revistas multideportivas de cuyo nombre no puedo acordarme. Nunca compré el diario Esto porque me recordaba a los viejos que habitaban las peluquerías donde mi padre me llevaba, y porque no tenía fotos a color, además se pegaba a las manos el papel, y los dedos quedaban púrpuras.
En fin, llegué a tener una hemeroteca futbolera respetable de la que sólo quedan unas cuantas cajas humedeciéndose en la llanura.
En esas revistas, casi invariablemente, pero sobre todo en la mítica Tarjeta Roja que según recuerdo hacía don Ignacio Basaguren, había una sección dedicada a conocer "el lado humano" o "familiar" de los futbolistas, y les hacían reportajes en sus casas o en algún parque con sus hijos o esposas, con preguntas sobre sus gustos, amigos, películas y libros favoritos. También había una sección -ésta siempre la escribía una mujer- donde hablaba de la moda deportiva y de los solteros más codiciados por aquellos tiempos, siempre destacaban Zague y Roberto Andrade porque eran los únicos que con dinero y fama no habían zucumbido a la tentanción de procrear con una hermosa rubia adolescente.
Todas esas imágenes corresponden a los noventas. Esa década que se debate entre la posmodernidad y la bizarrés, entre la tecnología y la desigualdad y que tuvo tres mundiales que fueron subiendo de intensidad hasta el mítico '98 de Zidane.
Pocas alegrías recuerdo con tanta nostalgia como la de abrir ese pequeño mundo que era una revista nueva de futbol, la semanal, la cuatrimestral, la mensual y las ediciones especiales, que eran las mejores, aunque se repetían todo el tempo y cada cual decía lo mismo que la otra pero con fotografías distintas.
En fin, la gente de En una baldosa (http://www.enunabaldosa.com/), sin duda la mejor página web sobre futbol histórico, tiene una sección donde hace un breve recuento acerca de algunos jugadores y sus modas, con modelos que provocan sonrisas de pudor y carcajadas de burla, lo curioso es pensar, después de ver a más de uno (especialmente a Diego Fernando Latorre y Maradona): ¿este tipo fue mi ídolo?



9.8.07

No tocar

Se presentó No tocar, obra para infantes sobre abuso sexual, durante la quinta Muestra Nacional de Joven Dramaturgia, en Querétaro.

Dirección de Paulino Toledo, queretano joven y amistoso.

Gracias a los hacedores (dos actrices magníficas); al público sobre todo por los comentarios, aplausos y demás. A los colegas por los buenos deseos, las refelxiones y a los niños que vendrán, para ellas escrita la obra.

http://www.oem.com.mx/diariodequeretaro/notas/n371406.htm

9.7.07

¡Allá nos vemos!



Algunas fechas confirmadas. Si pueden darse una vueta, nos saludamos.


La voz oval. Fondo Editorial Tierra Adentro. 2006.


15 de julio, 17:00 horas, Feria del Libro Infantil y Juvenil de Pachuca. Centro Cultural del Ferrocarril.
Del 17 al 22 de julio. Muestra Nacional de Joven Dramaturgia. Santiago de Querétaro, Querétaro.
19 de julio. 20:00 horas. Estreno de No tocar. Dirección de Paulino Toledo. Museo de la Ciudad. Santiago de Querétaro.
25 de julio. 18:00 horas. Capilla Elìas Nandino, del ex convento del Carmen. Guadalajara, Jalisco.
26 de julio, 18:30 horas. Casona de Juàrez. Benito Juàrez, esquina con Felipe Valle. Acapulco Guerrero.
28 de julio. Horario por confirmar (será en la tarde noche, dicen) Centro Cultural de Apan, Hidalgo. Y fiesta final en el bar Barzu de Ciudad Sahagún.


Allá nos vemos.

21.6.07

Disculpen la nostalgia

FAG


Cuando uno comienza a viajar, aunque sea desde la letra impresa, surca mares y aborda aeronaves o buques en la grafía de autores varios, imagina, supongo que por lo menos una vez, su propio viaje iniciático. El viaje que abra las puertas del mundo, que divida el mapa en dos, que suponga un antes y un después.
Yo tuve la suerte de seguir mi pequeño viaje de iniciación en España.
La iniciación, según algunos catálogos sufíes, nunca termina. Me siento (no soy el único) muy agradecido con la Fundación Antonio Gala por darme nueve meses de tranquilidad, comida en el plato, internet y la oportunidad de conocer a personas estupendas. Cuando solicité la beca, como muchas de las cosas que he pedido últimamente, no había otra razón más que la pura sobrevivencia, el instinto que te obliga a querer comer todos los días, dos y hasta tres veces por día.
¿Qué le retribuyo a la Fundación, a la sociedad andaluza, cordobesa, española? Supongo que muy poco, o nada. Pero escribí teatro, mi oficio desde hace unos años y con eso basta.
En cantidad diré que entrego varias obras, de tamaños y estructuras diversas, algunos proyectos artísticos con otros compañeros de generación, haciendo ver que la fecundación cruzada de la que habla Antonio Gala es posible, algunas notas sobre crítica literaria, y finalmente un gran dolor en la espalda por estar recargado varias horas al día frente al ordenador.
Escribir teatro es un oficio poco grato, yo diría que hasta de mal gusto. Todos quieren ser poetas o novelistas, algunos hasta teóricos, pero ser dramaturgo deviene en automática insignificancia. Salvo excepciones brillantes, la tarea dramática está sepultada bajo años de mediocridad en lengua castellana. La dramaturgia se separa, cada vez más, del canon literario, por su parte el teatro (con los dramaturgos incluidos) se vuelve un espacio agreste, donde sólo caben unos cuantos.
Consciente de que soy un escritor mediocre elegí el género dramático para poder obtener becas como ésta y acceder también a algunos premios. He tenido buena suerte, no lo niego. Ojalá que existan más espacios para la promoción del arte dramático desde la escritura, de lo contrario estamos condenados a ver a la dramaturgia como una pieza más de un probable museo literario de reliquias, además yo me quedaré sin trabajo.
En fin, que el recuento obliga a la nostalgia. Y ustedes disculpen, es común ponerse sentimental. Sólo diré que voy a extrañar enteramente el último año de mi vida. A Aixa no la voy a echar de menos (ya se sabe), pero voy a extrañar especialmente a Cristina Nuñez Pereira, Laura Romera, Sofía Castaño, Belén Cobaleda García Bernalt, y Raúl Valero, a los actores de El gancho teatro, a Javi y Antonio, a don Rafael Dorado además de a la ciudad de Córdoba, particularmente un par de bares céntricos y algunos rituales que se hicieron hábitos de becario.
Al final, ya se ha dicho, sólo queda la gente, y al parecer eso es justamente el drama.
A todos gracias por estos nueve meses.

1.6.07

Juan José Gurrola (1935-2007)





El teatro no es la representación de la vida, sino lo que la vida tiene de representable.



Juan José Gurrola +

Ha muerto uno de los pilares de la dirección escénica mexicana, y por qué no, latinoamericana. Juan José Gurrola Iturriaga, notable director de teatro, extraordinario constructor de espacios y polémico teatrista, extrovertido hasta la saciedad murió hoy en la madrugada (1ª de junio) de la Ciudad de México.

Es curioso que las agencias de noticias y los diarios nacionales en su primeras notas hablen de "la muerte del cineasta", o "la muerte del dramaturgo", haciendo ver un pobre conocimiento de la obra y figura de este poeta de la escena.

Gurrola es y será, primero que nada, un director de actores, después un creador escénico y finalmente todos los adjetivos artísticos que se quieran.
Maestro como pocos, comenzó su mito en Casa de Lago, de la UNAM donde fue parte fundamental de los movimientos de teatro de vanguardia que ahí se gestaron, al lado de Hugo Gutiérrez Vega, Vicente Melo y García Ponce, entre otros.
Recuerdo a Gurrola, en el escenario del Carlos Lazo de Arquitectura, después del estreno de Hamlet, con el que prácticamente se despidió de la escena mexicana, manoteando en los aplausos y rehuyendo a cualquier sentimentalismo del público o autoridades, con su voz extraña, atascada en la garganta, llenando el lugar de improperios.

Gurrola nació en la Ciudad de México, el 19 de noviembre de 1935. Estudió arquitectura en la UNAM y en 1957 hizo su primera incursión en el teatro como actor y al año siguiente asumió la dirección del grupo de teatro en su facultad.En 1961 recibió una beca de la Fundación Rockefeller y viajó a Estados Unidos para estudiar Dirección y Producción Teatral; también estudió Diseño y Tecnología teatral, y pasará una temporada como estudiante huésped en el Living Theatre, en Nueva York. Luego estuvo en Alemania donde estudió Escenografía y Dirección de Escena en el Schlosspark Theatre, y asisió como observador al proceso creativo de Rosamunde Floris, con escenografía de Erwin Piscator.En 1963 le fue concedida una extensión de la beca Rockefeller para seguir estudiando diseño y tecnología teatral. En 1975 recibiría también una beca Guggenheim para estudiar teatro. Así se forjó el artista multidisciplinario, que llegó a ser dramaturgo, traductor, director, actor, coreógrafo, arquitecto, diseñador, músico, cineasta, periodista, fotógrafo, pintor y más allá, un creador irreverente, lleno de genialidad y de chispa. Pionero conceptual, líder dark con piel de teatrero, engendro de Bretón o prófugo del círculo de Andy Warhol, fueron sólo algunos de los sobrenombres que le colgaron a lo largo de las décadas, pero pocos saben que además de ser uno de los pilares de la escena fue pionero del arte sonoro y aguerrido militante del arte pop. Realizó también algunas coreografías para el Ballet Independiente, como "An olympic love affaire at the airport bar", de 1967.

Escribió y dirigió numerosas obras teatrales tanto en México como en el extranjero, entre las primeras destaca "Nietzsche in the kitchen" (1969) y "Los buenos stragos" (1970).Fue autor de diversos guiones de cine, radio y televisión, y obtuvo diversos reconocimientos, entre ellos, una Mención Honorífica en el Festival de Cortometraje en Guadalajara, por Gironella, y otra en el Festival del Mar del Plata, Argentina, por Tajimara. También dirigió un grupo de música experimental con el que se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en 1969 y en el Festival de Jazz del Distrito Federal en 1970.Protagonista de la obra de teatro El martirio de Morelos, en 1983, además interpretó a Diego Rivera en Frida, naturaleza viva, de Paul Leduc. A lo largo de su multifacética trayectoria obtuvo también reconocimientos como pintor.

En síntesis, fue un artista polifacético e irreverente, creador de una compleja obra que abarca expresiones tan diversas como el dibujo, la música, la fotografía, el teatro, el cine y la acción.
Este año, al cumplir medio siglo como creador, el Festival de Teatro Escena 2 le rindió un merecido homenaje, del 11 al 15 de mayo en San Miguel de Allende, Guanajuato, donde se montó "Puestas en escena de Juan José Gurrola (1957-2006)", una muestra fotográfica sobre sus proyectos escénicos desde 1957.

Juan José, maestro, sea la paz.



22.5.07

Revista Replicante



Último número de Replicante. Texto mío sobre la joven promesa de la dramaturgia mexicana: LEGOM.

La mejor página (no pornográfica) de México y quizá del mundo

Cortesía de los ratos de ocio de don Augusto Mendoza, esta joya (no pornográfica) del mundo web mexicano no tiene desperdicio. El tercer mundo tiene estos momentos de alegría involuntaria.

Vean y juzguen. También pueden visitar (primero, quizá), el blog del buen chidoguan, para tener un excelente preliminar.


http://www.sat.gob.mx/sitio_internet/sitio_aplicaciones/civismo_fiscal/infantil.htm


10.5.07

Farándula multidisciplinar

Comenzó la farándula.



No es fácil solventar un proyecto con estas cualidades, de estas dimensiones, para esta clase de espacios. No es fácil poner a tres artistas (y los que se fueron sumando) a pensar en un tema en común. Debord nos ayudó. Sin ser una apología o reinterpretación de su célebre libro, sólo se busca darle una lectura nueva, en nuestro tiempo, desde nuestras limitaciones a esta "sociedad del espectáculo".



No sobra agradecer, a todas las manos que ayudaron a pintar, a los que entraron a una cabina y la llenaron de arte, a los que pensaron soluciones, a las que invitaban gente en la entrada de la muestra, con copa en mano, a los actores y demás creativos. A los que estaban ahí, en suma. Agradecer a la gente que refuerza desinteresadamente, la función de este post.


Entren al laberinto...

4.5.07

Reseña de Cristina Nuñez Pereira


La generosidad de Cristina Núñez Pereira (polígrafa), no tiene límite.
Lean la reseña, el libro, y después juzguen.