6.9.23

Entre Luis de Tavira y el pescado zarandeado

 

Crónica de un desencuentro

 

Si la cultura es ante todo arraigo civilizatorio, basta con mirar al estado de Nayarit y particularmente a su capital Tepic, como un lugar en el cual el desarrollo de infraestructura artística paulatinamente genera orgullo local y bienestar público. Probablemente Tepic sea la capital estatal mexicana con mayor número de espacios escénicos por habitante –habría que revisar si la cantidad es consustancial al número de grupos profesionales y la calidad de los mismos– y ante la rehabilitación de la ex fábrica textil Buenavista en un centro regional de las artes, uno no puede sino pensar que la oferta escénica deberá ser generosa en el futuro.

            Mientras esos días mejores llegan, el teatro nayarita oscila –como buena parte del país– entre la tímida (acaso incierta) relación de los teatristas con los públicos específicos, la generación de montajes fincados en búsquedas personales que dialogan poco o nada con el contexto y la invasión del modelo de entretenimiento: el código televisado o televisivo implantado en la escena, los paradigmas del cine y de la televisión (del melodrama a la comedia ligera) como poética fundacional. 

En el marco de la Muestra Estatal de Teatro de Nayarit, el diagnóstico parcial y personal es que el teatro de este estado tiene mucho por decir a sus ciudadanos y pronto los teatristas locales sabrán cómo. Para trazar una ruta crítica de viaje, llegar a ese cómo con alguna certeza, se invitó al director de la Compañía Nacional de Teatro a dictar una conferencia. Luis de Tavira, el último gran maestro de la escena mexicana, portador del mensaje evangelizador de la CNT, pronunciaría su saber posterior a la lectura de los resultados de la dichosa muestra (de la cual fui jurado) y después cenaríamos todos en completa armonía, como la comunidad artística que somos o deberíamos ser, a pesar de una trepidante lluvia y de la cercanía de una cantina llamada Álica, que como un imán nos obligaba a visitarla.

El pescado zarandeado está en el imaginario (y en las glándulas salivales) de todo visitante. Fui creando expectativas desde la sala de espera de Aeromar para viajar a Tepic.

Entonces el maestro José Inés Enríquez Ledesma, director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit nos invita a comer en el restaurante Marlín de Tepic y se cumplen mis fantasías gastronómicas.

La escena es la siguiente: En el centro del conocido lugar (fotografías de famosos adornan las paredes) Luis de Tavira pide un coctel de camarón y este quien escribe unos “tacos gobernador”, como aperitivo a la bandeja de pescado zarandeado que hiede mesas contiguas. No hay alcohol de por medio y los anfitriones, que son magníficos, explican las bondades de tal o cual platillo. Hablamos de Amado Nervo y de Alí Chumacero con la maestra Rosalba Esparza, quien acompaña la jornada. Fluye la cordialidad y cuando el enorme pescado llega, impúdicos removemos su carne blanquecina aderezada con vegetales, le ungimos salsas y el gesto es de absoluto deleite. 

Por primera vez tengo frente a mí al maestro Luis de Tavira con posibilidad de charla, sin los encuentros mínimos y de cortesía afuera de un teatro o en los brindis de fin de año en el Palacio de Bellas Artes. He escrito y pensado sobre esta persona como personaje público, así que verlo ahí, enjuto y hurgando con su tenedor las vicisitudes carnosas del pescado zarandeado que nos divide me provoca cierto desconcierto, como en la frágil atmosfera de un sueño.

Entre bocado y bocado pregunto sobre el próximo estreno de la CNT, “es un Schiller de David Hevia”. Pienso –y lo diré después de una tostada de aguachile– que cuando apareció el actual modelo de gestión de la Compañía Nacional de Teatro (2008), uno de los críticos del maestro Tavira (y por lo tanto de su emprendimiento público) fue justamente don David Hevia, que en ese momento pugnaba por un modelo de gestión orientado a la coproducción con compañías desde la CNT. Tavira asiente y sonríe cuando comento que los críticos caen poco a poco, “inevitablemente hay que comer”. Y comemos, porque en el Marlín de Tepic a eso se va, mientras suena recia la música de banda detrás.

Quizá ahí debí dejar el tema, no provocar más al maestro ni incomodar al director de la cultura nayarita. Pero estoy dotado de impertinencia derivado de los días en los que el periodismo era la única manera en que me ganaba la vida. Me obligo a seguir, a preguntar. La cordialidad aún abunda en la mesa y avanzo hacia un derrotero aún mayor: ¿Cuándo cambiará la dirección artística de la CNT? De inmediato la tensión se hace presente. Luis de Tavira ya no es la persona de la tercera edad que mete con cierta curiosidad infantil un totopo en un vaso de cristal para atrapar un camarón envuelto en cátsup, sino el maestro irritable del que me han contado mis mayores. El que acude a la descalificación inmediata: “¿Quién eres tú para pedir que cambie la dirección artística? ¿Tú qué has hecho? Cambiará en su momento”, responde después. “Thomas Ostermeier lleva 17 años al frente de una compañía y nadie le dice nada”. Tavira se refiere a la Schaubüne am Lehniner Platz de Berlín, ni más ni menos.

Abandono en el plato un taco de pescado que estaba armando con precisión de cirujano para contrarrestar: ¿Se compara usted con uno de los más importantes directores de escena del mundo? ¿Le parece que hay paralelismo entre la política cultural alemana y México? ¿Sabe de la enorme distancia de presupuesto para cultura entre ambos países?

Y la disputa nos lleva a las cifras. Él dice que los 18 millones de pesos que tiene para producción teatral son poco y “mira el presupuesto de teatro UNAM o del INBA, estamos todos trabajando con muy poco”. Claro, pero en el caso del INBA, es el dinero para todo un país, para toda una comunidad, no se trata de un proyecto artístico personal, le suelto y aprovecho que estoy medianamente lúcido y pregunto: ¿No tiene nada de malo que sus actores sean becarios del FONCA (ergo, que no paguen impuestos, transitan como becarios perennes no como prestadores de servicios, en franca competencia desleal con el resto de los artistas escénicos del país)? No responde la pregunta, en cambio cuestiona si conozco el número de espectadores de las puestas en escena de la compañía y el número de funciones que dan a lo largo del año. No importa, aunque tengan llenos en cada función, es un modelo de gestión centralista y abonado a una élite, respondo, la de los espectadores chilangos.

Enfurece. En su gesto no hay cordialidad y su mirada se fija brevemente en la mía. Afortunadamente mis problemas oculares me salvan, llevo gafas de sol y sé que busca mi mirada, clavarse en ella tal y como me han relatado decenas de alumnos suyos, algunos hablan casi de una capacidad hipnótica en los ojos del maestro. “Hablas desde el desconocimiento. No sabes nada. Ni tú ni los tuyos saben nada”, concluye. En ese momento pienso, ¿a quién se referirá y por qué insiste en usar el plural?

Sube la voz y repite que no tengo ni idea de nada y que hablo de mala fe. Ni buena ni mala, soy ateo. Entonces le pido –aquí reconozco mi osadía– que me acerque la canastilla de tacos gobernador que tiene a su derecha. Ni siquiera me mira, es justamente el director del CECAN quien despliega cortesía. Volvemos al tema de las cifras y el propio maestro José Inés interrumpe la disputa para decir que mejor hablemos del pescado, “que está muy rico”. En medio de aquel altercado verbal (los meseros ya notaron la incomodidad y se les ve nerviosos, incapaces de interrumpir). Se podría cortar el aire con la espina del róbalo y no es mala idea abonarnos a la trivialidad. El silencio invade la mesa y de la fotografía inicial, en los albores de la comida, quedan muy lejos las sonrisas fingidas. Está claro que de mi parte hubo imprudencia y de la suya intolerancia inmediata ante la crítica y descalificación antes que capacidad argumental. Me decepciona que Luis Tavira sea tan mal polemista, yo esperaba que su brillantez me dejara en silencio mascando animales de mar, pero no, ni mucho menos.

Se saborea la comida local con tranquilidad y buen ánimo. Sin embargo, Luis de Tavira no permitirá que el episodio quede impune. Y vuelve a la carga, ya fuera de sus casillas, exaltado y sin que nadie lo interrumpa, sin que este dramaturgo de segunda diga nada; escuchamos los presentes el soliloquio irascible. Otra vez la descalificación, “no sabes nada, no entiendes”. Cuando le pregunto sobre el nulo interés de la CNT en el teatro para audiencias jóvenes (tratando de llevarlo a un ámbito donde florezcan las ideas), revira enfático: Ustedes (se refiere a los que hacemos teatro para niños y jóvenes, supongo) en su mayoría son una pandilla de negociantes. Lo dice justamente el mayor negociante de la historia del teatro mexicano, jurado de cuanta convocatoria ha visto la luz, director –más no funcionario, cosa extraña– de la Compañía Nacional de Teatro, asesor él y su grupo de puestas en escena que van desde la supervisión del Programa Nacional de Teatro Escolar en San Cayetano y en el CEDRAM de Pátzcuaro hasta consejero de presidentes en la extinta CONACULTA, del Consejo Consultivo del CUT, de gobiernos estatales, de la reciente ley de cultura que se debatió de forma itinerante, de Casa del Teatro. Es proverbial la omnipresencia de Luis de Tavira y sus huestes en la política cultural mexicana. Tavira, el fundador de grupos, compañías y escuelas que viven del erario desde hace décadas nos llama “negociantes”.

No me indigno, pero debería. Trato de mantener la calma. El que se enoja pierde, me digo. Hago un cuestionamiento y el maestro furioso (el temblor en su mano es muestra de ello) me interrumpe para exclamar que está harto de la crítica infundada (otra vez el plural) que le hacemos. “Ustedes la camarilla de Facebook”. ¿Qué camarilla? ¿A quiénes se refiere? “Los leo y los conozco bien, ustedes no representan a la comunidad teatral de este país, son sólo eso, una camarilla”.

¿De qué camarilla habla? Finjo que no sé, pero mientras el maestro levanta las manos diciendo que no somos más que un grupo minúsculo de inconformes no puedo sino imaginar el semblante angelical de Martín López Brie, Alejandra Serrano, Michelle Solano, Rubén Ortiz y Rodolfo Obregón, entre otros, muchos otros. Sé que él está imaginando los mismos rostros. Al respecto, recupero unas palabras del propio maese Obregón: “Urge una valoración serena sobre su teatro y, sobre todo, sobre su figura y su influencia en la producción, la manera de escribir la historia, la formación actoral y las políticas teatrales”. La charla o lo que haya sido, termina abruptamente cuando nos interrumpe el resto de jurados de la Muestra –More Barret y Paola Herrera, además de la joven promesa de la improvisación teatral en México, José Luis Saldaña– quienes llegan para comer, a mitad de la disputa.

Me siento mal, confieso, de haber exaltado al maestro y después de su conferencia nos ofrecemos disculpas. No puedo dejar de tener interés por ese viejo barbado, que viste ajeno al trópico y fuma un cigarro electrónico, aquel que se va sin despedirse y no acude a la cena de clausura. Es el Fidel Velázquez del teatro nacional y la CNT el brazo escénico de dos regímenes políticamente oscuros, negados a democratizar por completo la escena nacional. También sé que esta crónica es al mismo tiempo testimonio del suceso y homenaje a su figura, a sus desplantes, a su intolerancia, a su nostalgia de otros tiempos en los que era incuestionable y me juzgo como esos escritores latinoamericanos que de tanto escribir sobre dictadores, comenzaron a empatizar con ellos, a humanizar su autoritarismo. Entonces me detengo y salgo a buscar un trago, con indudable nostalgia de Tepic y su pescado zarandeado.     

 

Crónica publicada originalmente en octubre de 2014 en Teatromexicano.com.mx

30.8.23

Diferencias entre arte y entretenimiento y entre arte y artesanía

 

El arte y el entretenimiento suelen ir de la mano, pero tienen diferencias. 

 

Arte: libertad.

Entretenimiento: debe entretener, pierde su condición de libertad.

Arte: Se asume como un hecho político.

Entretenimiento: No requiere una postura política.

Arte: Es una forma de resistencia al poder económico y político. No requiere intercambio de capital.

Entretenimiento: Requiere del intercambio de capital.

Arte: Tiene sentido crítico ante el capitalismo.

Entretenimiento: Sociedades alienadas por el capitalismo, producción ideológica de sentido, puede evitar la crítica.

Arte: Posibilidad simbólica y metafórica ante la realidad. Es una reflexión histórica y social.

Entretenimiento: No necesariamente tiene una reflexión histórica y cultural. 

Arte: Suele necesitar un contexto o información previa de parte del espectador para comprenderlo en toda su amplitud.

Entretenimiento: El conocimiento o contexto previo suele ser muy escaso.

Arte. Dimensión utópica.

Entretenimiento. No le interesan las utopías.

 

Artesanía. producción en serie. La primera pieza es original. Las siguientes son réplicas.

Arte. Intención de originalidad. 

Artesanía. Producto utilitario y con necesidad de venta.

Arte. Puede prescindir del intercambio de capital.

Artesanía. Fundado en valores y tradiciones del saber popular.

Arte. Fundado en producción de conocimiento científico (cambio).

25.7.20

A mi tía Guillermina Álvarez Icaza Sánchez

Tuve una tía que cuando estornudaba el mundo se paralizaba. El estruendo era tal que podía interrumpir cualquier acto público. Por eso, cuando me dijo que tenía Covid-19 al igual que dos de sus hermanas, también tías muy cercanas, fue por la que menos me preocupé. Conocía el fragor de esos pulmones, que más de una vez nos hicieron ruborizar por acompañar "a la señora rubia del estornudo".
Y aunque mi tía Petu estaba librando bien la batalla contra el covid, fue su corazón, en aparentemente una de las secuelas de este virus mortal, quien detuvo sus abrazos, sus estornudos, sus viajes "al rancho".
Fue mi tía más cercana y sin duda la mejor amiga de mi mamá. Y no, no estoy llorando, solamente se me metieron los viajes a Acapulco, al Cici, a Reino Aventura, a la feria del pueblo (esa patria añorada: la felicidad infantil), el verla siempre en los acontecimientos importantes de mi vida, que iba a todas mis obras y me felicitaba aunque estuvieran regulares. Se me metió el cariño de tantos años en los ojos.
Escucho el último audio que nos enviamos donde le digo que la sombrilla verde que situaba afuera de su cabaña para pasar las mañanas seguía afuera y que la lluvia la iba a maltratar. Me dice que sí, que va a pedir que la resguarden. Aunque sé que ella esperaba volver pronto, tan pronto que quería dejar todo montado, como si la convalecencia fuera solamente una pausa.
Gracias por tanto, querida tía.
 

27.3.20

Réquiem por Sául Bautista

Estoy muy enojado con Saúl Bautista, acá Saúl Frontera. Realmente molesto con su muerte.
Uno va a trabajar a ciertas ciudades, por ejemplo a mí me tocó estar un par de semanas en #Mexicali el año pasado y así se conocen a personas entrañables que te muestran la ciudad, te llevan a sus cantinas, te comparten esos lugares secretos y fascinantes donde se prodigan las charlas y corren las horas entre anécdotas y proyectos artísticos. Son como amores de verano, intensos y llenos de promesas de futuro. “Tú me visitas, yo regresaré, nos escribimos, no te pierdas”.
No me acuerdo por qué el año pasado había un problema con los cajeros automáticos en todo el país y no había manera de obtener efectivo en Mexicali. Saúl y yo recorrimos la ciudad en su destartalado coche - en el que ahora pienso, se mató la noche del domingo - buscando dinero hasta que nos dejaron hacer un retiro en un Seven. “Hay que sacar para varios días“ dijimos previsores y esa misma noche nos pulimos todo en compañía de personas igualmente entrañables, en un tour que incluyó un karaoke extrañísimo en un edificio de oficinas gubernamentales que por la noche convierte sus pasillos en un bar improvisado (cosas de Mexicali), algunos lugares posmodernos del centro de la ciudad y un primer bar en el que una amiga ponía música mientras él planificaba la retirada “a un lugar menos hipster”.
La noche terminaría con Miguel Angel F. Chon y Vladimir buscando en la guantera de su coche un recibo de luz para encontrar la dirección a donde irse a dormir (esa historia les corresponde a ellos).
Así conocí a Saúl a cierta profundidad, con quien mantuve comunicación. Marxista embelesado con los oropeles del capitalismo, crítico de las instituciones pero curioso de la vida artística a su amparo, prejuicioso y acaso resentido por la falta de oportunidades pero generoso y solidario en especial cuando aparecía la noche. El Ulises Lima del teatro chicanilla, el actor que se propuso hacer una obra solamente con una nariz de clown y la obra además le quedó bien y era un retrato de sus preocupaciones (Esta es la madre del asalariado), quien no podía dedicar el tiempo suficiente a sus proyectos artísticos porque era un profesor puntilloso y su lucidez se limitaba al magisterio, porque una vez terminadas sus horas de enseñanza vivía “sin timón y en el delirio”.
Estoy enojado con él porque su juventud e inteligencia merecían brillar aún más en esa ciudad cuyas cosas están hechas de sol. Nos faltaron más tragos, más cantinas surrealistas del centro, más discusiones de clase social. Y más montajes de Fronterizo teatro, su joven compañía. Y unos libros también que nos robamos en su maletín oscuro de profesor y habíamos quedado, este año, de vernos para repartir. Quédatelos todos pinche Saúl, aunque estoy seguro que el infierno tiene bibliotecas y caguamas y elotes asados como los del centro de tu amada ciudad, para mí siempre será Mexicali de Saúl Bautista.

10.2.18

Cuando la telenovela invadió al teatro mexicano

Cuando la telenovela invadió al teatro mexicano: La programación de la obra Cuarteto de una pasión en el Centro Cultural del Bosque lleva a cuestionar la utilidad de un teatro público que no está a merced de los creadores originales, del público o de discursos contemporáneos.

8.2.18

Esto va sobre patriarcado y autoritarismo en el teatro mexicano


Todo comenzó en el año 2008 cuando vivía en Oviedo y el teatrista asturiano Boni Ortiz me invitó a colaborar en la revista La ratonera con reseñas de críticas de teatro, en especial libros.
Mi primera colaboración sería sobre Rashid 9/11 de Jaime Chabaud y el objeto de la crítica era esclarecer que ante la teoría conspiracionista que el autor prodiga sobre el derrumbamiento de las Torres Gemelas de Nueva York, quedaba ausente de examen el atentado del 11M en Madrid, que los militantes de la ultraderecha española habían atribuido erróneamente a ETA. La crítica era dura con un texto que personalmente considero menor y cometí el error de remitir el archivo a mi tío Fernando de Ita – uno de los críticos de teatro más reputados de América Latina, en ese tiempo gran amigo de Jaime – y él me regañó por correo electrónico y después también Jaime, básicamente porque no estaban de acuerdo con mis planteamientos.
La instrucción era simple: retira la reseña, que no se publique. Y lo hice, malamente.
Ahí la relación con Jaime comenzó a deteriorarse (antes lo apreciaba y mucho) y aunque lo seguí frecuentando el cariño se fue apagando después de sendos encuentros en los que hacía gala de prepotencia y autoritarismo. Quienes conocen a Jaime saben de lo que hablo, la vulgaridad de su lenguaje y lo despectivo con quienes no opinan como él es proverbial.
Nos encontramos en Buenos Aires en el año 2010 y mi pareja en esa época se ofendió por la cantidad de barbaridades que prodigaba Jaime en la cena. Acepto que yo nunca le puse un alto y seguramente más de una vez le reí los disparates, la mayoría de contenido sexual y degradando a cuanta mujer estuviera cerca.
Sin embargo, en el año 2012 (en septiembre para ser más precisos) comenzó a circular una carta de apoyo a Legom para que recibiera el Premio Juan Ruiz de Alarcón de Dramaturgia del INBA, impulsada entre otros por Boris Schoemann, Fernando de Ita y Alberto Lomnitz. Jaime también había sido postulado y ganó.
Mi postura pública fue muy clara, el jurado elegido por la Coordinación Nacional de Literatura era claramente sesgado y quien instó a Jaime no fue una institución sino su propio socio comercial.
Ahí la relación ya estaba rota, sobre todo porque antes de que se diera a conocer el fallo del jurado que reconoce la trayectoria de un autor dramático mexicano, el propio Jaime estaba enterado del resultado – qué raro – y me llamó por teléfono dos veces para burlarse e insultar. La primera vez me quedé en estado de shock pues él aceptaba incluso que había entrado a la computadora de un empleado suyo – amigo mío – y había leído una conversación privada en la cual nos reíamos un poco de los legomianos y chabaudistas y fabulábamos con nuestros propios premios y demás. A Jaime le parecía que yo estaba contaminando a su querido entenado.  
Aunque los insultos eran dirigidos a mí en esas dos largas llamadas, en realidad Jaime quería utilizarme como mensajero ante mi tío Fernando, Legom, Ale Serrano, Boris y demás personas cercanas para celebrar su victoria desde una lluvia de improperios. La segunda llamada – más ebrio aún, de la cual tengo fragmentos grabados en un viejo iPhone – no sólo me insultaba sino que denigraba a la chica con la que yo estaba comprometido y sería mi esposa, una actriz y directora norteña que curiosamente había sido acosada por Jaime en un elevador (sí, me casé y luego todo salió mal, pero no es el tema).
Ante su falta de valentía, utilizaba a alguien con un perfil menor para agredir, tal y como lo hizo ahora en una publicación de Facebook que falta a la verdad y donde vuelve a los insultos y descalificaciones (azuzado por espíritus mediocres, seguramente), quedando claramente retratado, pues no tiene ninguna razón para impedir que una compañía de teatro externa se presente en nuestro teatro con una obra suya a quien cedió previamente los derechos de autor.
Ni yo soy el representante de mi tío Fernando (con quien Jaime rompió después de dicha carta) ni tengo por qué soportar – una vez más – las injurias de una persona que no es capaz de controlar su neurosis.
Desde esa conversación he visto, escuchado y leído decenas de improperios e injusticias cometidas cuando él es jurado y comentarios desagradables de su parte contra mí y el grupo que represento. Mis amigos me dicen ahora “déjalo pasar, seguro está borracho y dolido por la muerte de su hermano”.
Hace unos años borré una reseña y me olvidé de la crítica teatral por un tiempo, hoy puedo exponer y retratar al Jaime que muchos conocemos tal cual es. Sobre todo porque está en juego el honor de una compañía que trabaja con denuedo todos los días y de dos personas, Goreti Monterrosa la productora ejecutiva de Neurodrama (quién ya fijó una postura legal) y Horacio Hernández el gestor y programador del espacio. Yo ni siquiera vivo en Pachuca y mi relación con el proyecto de México en escena es meramente artístico, las decisiones sobre la programación son responsabilidad de los que están ahí para ello y pueden preguntar a los integrantes y a la directora de Prana Teatro si he tenido algún contacto con ellos. Por el contrario, programar una obra de Jaime me parecía un acto de necesaria conciliación en un medio saturado de rencillas y violencia.
Es muy triste que un dramaturgo brillante – de los mejores de su generación, hay que reconocer que como dramaturgo tiene cimas literarias – termine expuesto a sus arranques más bajos; lo siento pero yo no soy un remedio terapéutico para expiar sus desequilibrios y los mecanismos del FONCA respecto a cualquier proyecto son muy precisos y no están en las redes sociales. Mi conjetura es, si un becario o compañía beneficiada de algún proyecto comete un error de este tipo es penalizado, ¿pero quién castiga a los jurados que cometen esta clase de exabruptos?  
Afortunadamente creo que nuestra generación es mucho más civilizada y menos autoritaria, ojalá que sí. En fin, pululan totalitarios, patriarcas neuróticos en el teatro y la cultura mexicana, pero pocos se atreven a hacerlo público como hoy Jaime. Gracias, muchas gracias por mostrarnos al verdadero Jaime. Tú ganas, rey del berrinche y la autoparodia.
Game over.



19.12.17

Once momentos destacados de la Muestra Nacional de Teatro 2017

Once momentos destacados de la Muestra Nacional de Teatro 2017: Un recorrido por algunas obras representativas de un encuentro que, además de la exhibición de espectáculos, brinda la posibilidad de establecer lazos sensibles y llevar a cabo pronunciamientos.

23.7.16

Carta a los gobernadores del estado de Hidalgo


Pachuca, Hidalgo a 22 de julio de 2016.
Feria del libro infantil y juvenil del CECULTAH


Carta a los gobernadores del estado de Hidalgo
Francisco Olvera Ruiz y Omar Fayad Meneses

Apreciable gobernador saliente, licenciado Olvera Ruiz, hace tres años, para ser más precisos en noviembre del año 2013, en la entrega del Premio Estatal de Juventud en el Centro de las Artes de Hidalgo, le hice algunas observaciones y peticiones, a título personal, aprovechando el micrófono abierto de la ocasión, para puntualizar lo innecesario de unir cultura y turismo en una secretaría que a la larga ha resultado ser un lastre administrativo, una combinación burocrática inútil, además de ponderar la falta de espacios para las artes y la cultura entre los jóvenes, especialmente los egresados de las licenciaturas que ofrece la universidad del estado.
Fiel a su costumbre en los temas que desconoce, intransigente, su sexenio en material cultural transitó por el abandono y la falta de resultados. A pesar de los múltiples esfuerzos de los trabajadores de la cultura (la mayoría dentro de su gobierno), ciudadanos que día a día levantan la cartelera cultural estatal, programan actividades, dejan a sus familias en días de asueto para acudir a los eventos que el gobierno del estado ofrece, ha sido insuficiente el trabajo, se necesitaba ampliar el horizonte de la vida cultural estatal, profesionalizarla, sumarla el flujo económico del desarrollo social.
No ocurrió. El cecultah, durante su mandato ha sido una institución más bien gris, con problemas presupuestales y poca visibilidad pública. ¿Dónde está la convocatoria del FOECAH? Hace más de dos años que no se publica. ¿Y los festivales que albergaba el estado? Perdidos. Aunque hay que reconocer que hay estímulos y convocatorias, la insuficiencia es la palabra clave en esta gestión. No existió un plan para activar empresas culturales de largo y mediano aliento, pero en cambio su gobierno entregó a la Fundación Calavera Canario – qué coincidencia – a días de iniciar la contienda  electoral  una fuerte suma de dinero para eventos masivos inéditos. ¿Por qué no vimos ese dinero en las arcas del CECULTAH, señor gobernador?
Usted utilizó la cultura como distractor, no como motor de transformación social. En material cultural, será recordado su sexenio como el más gris de la historia reciente de Hidalgo.  
Por otro lado, próximo gobernador Omar Fayad Meneses, espero que lo sucedido en la actual gestión del licenciado Olvera Ruiz sea el detonante para modificar algunas de las omisiones que en materia cultural ha permeado durante estos años. No necesitamos una secretaría de cultura, sino fortalecer al CECULTAH y que los espacios – como este Centro Cultural del Ferrocarril que están a su nombre – permanezcan, se habiten y reciban continuamente a artistas, artesanos, investigadores y sobre todo niños y jóvenes, pues no olvidemos que en México el disfrute del patrimonio cultural y artístico es un derecho. Que exista dinero en los institutos y direcciones de cultura municipales para pagar a los creadores que ofrecen su trabajo y que la programación sea continua y descentralizada. Espero, próximo señor gobernador que se deje asesorar por verdaderos expertos y conocedores en la materia y no por los oportunistas del caso. También espero que quien quede al frente del CECULTAH sea un gestor cultural profesional, no improvisado y con una visión plural.

Agradezco personalmente a José Vergara Vergara por estos años al frente del CECULTAH, su compromiso está fuera de duda y espero que en los próximos años el panorama para la cultura y las artes en Hidalgo sea más halagüeño, con la aportación de su experiencia.

Enrique Olmos de Ita.  

26.6.16

Sobre el Premio Juan Ruiz de Alarcón 2015 y la CNL-INBA

Ahora que el debate en la literatura mexicana ha tocado a los funcionarios públicos y su relación con algunos grupos y filias, hago un recuento de lo que sucedió al año pasado con el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, justamente en el inicio de la administración de Mauricio Montiel Figueiras en la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

La CNL-INBA entregó el premio Juan Ruiz de Alarcón 2015 en las Jornadas Alarconianas de Taxco incumpliendo la normativa de la propia convocatoria (Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón, convocado anualmente por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno del Estado de Guerrero, por medio de la Secretaría de Cultura de Guerrero, al dictaminar si haber recibido todos los expedientes enviados. 
Comencé entonces un proceso administrativo ante la Secretaría de la Función Pública y aparentemente sólo fue amonestado el funcionario encargado de dicho programa a las órdenes de Mauricio Montiel, a mí me solicitaron documentación y una declaración por escrito; no pasó nada más excepto un correo electrónico informando el cierre del procedimiento. El director de la CNL no regresó mis llamadas. Mi intención era simplemente aclarar una postura, sin hostilidad ni mucho menos, sino advertir una desatención al respecto (en ese premio varias instituciones están involucradas).
Es evidente que hubo omisión en los tiempos y de ahí la sospecha sobre irregularidades al negarse a revisar el resto de expedientes enviados en tiempo y forma, puesto que el jurado (constituido por dos ex funcionarios del teatro y la cultura y una directora de escena) entregó el premio a un dramaturgo con obra menor (eso es una apreciación personal, totalmente discutible, no lo niego), lo que no es dicutible es la severa falta administrativa al cerrar la posibilidad de revisar más expedientes, con una prisa inusitada por dictaminar, cuando además Guerrero pasaba por terribles inundaciones y varias propuestas llegaron tarde justamente porque el servicio de correos estaba colapsado. 
Es un premio complejo, con algunos casos denunciados de posibles amaños (el más sonado el de Jaime Chabaud), la tarea de Mauricio Montiel en su primer año era dotarlo de transparencia y sólo lo oscureció más. En este 2016 por fin el dictamen del jurado estuvo fincado menos en una trayectoria de vida y relaciones públicas, más en la resonacia de una obra (el ganador fue Edgar Chías). 

Como suele ocurrir, después de esta disputa administrativa, sin tines personales, la CNL del INBA me borró de cualquier acto, no me han considerado en ninguna actividad y estoy proscrito de facto, sin difusión de mi trabajo ni mucho menos.  

Esto se difundió en su momento (6 de mayo de 2015) vía correo electrónico entre algunos dramaturgos y se propuso hacer una queja pública de abajofirmantes:

Sin menoscabar en ningún caso los méritos del dramaturgo ganador, llama la atención que la recepción de propuestas finalizó el último día hábil de la semana pasada (el día 30 de abril) y se dictaminó el fallo del jurado el primer día hábil de esta semana y mes (4 de mayo). Es decir, es imposible que las postulaciones enviadas por correo postal en los últimos días de la convocatoria pudieran ser consideradas.
Inadmisible que una institución pública no esperara a la recepción completa de propuestas y pase de largo la normativa administrativa que el propio gobierno federal señala para la recepción de documentos en convocatorias públicas oficiales. El jurado no pudo examinar las propuestas a cabalidad porque las instituciones convocantes no esperaron la llegada de todas las postulaciones. ¿Por qué tanta prisa?
La impresión es que el premio estaba concedido de antemano pues se incumplió con el plazo administrativo natural de recepción de propuestas que ellos mismos señalan en su convocatoria. ¿Cómo es posible que se dictamine un premio al día hábil siguiente al cierre? No es normal.
La Secretaria de la Función Pública ha confirmado esta tarde que se incumplieron los procesos administrativos consustanciales a toda convocatoria que emite el gobierno federal.
El caso de la compañía Neurodrama AC (de la que soy representante legal) es significativo, pues postuló a una dramaturga mexicana dedicada al público específico, pero no pudo ser evaluada la solicitud debido a la prisa de las instituciones por dictaminar, pues llegó a destino después del fallo.

Nuestro deber como autores de teatro y miembros de la comunidad cultural es advertir los posibles atropellos y omisiones administrativas de las instituciones dedicadas al teatro en general y la dramaturgia en particular.

La convocatoria señala:
Recepción de Propuestas


Séptima.- La recepción de las propuestas de las candidaturas a que se refiere la base tercera estará abierta desde la fecha de publicación de la presente convocatoria y hasta las 16:00 horas del día 30 de abril de 2015.


Octava.- Las propuestas deberán enviarse a la siguiente dirección: Secretaría de Cultura de Guerrero. Avenida Costera Miguel Alemán #4834, Fraccionamiento Costa Azul, C.P. 39850, Acapulco, Guerrero. Dirección de Capacitación y Fomento a la Lectura.


Novena.- En el caso de las propuestas remitidas por correo o por mensajería, no se aceptarán aquellas cuya fecha de matasellos o envío sea posterior a la del cierre de la convocatoria. El proceso del Premio inicia con la publicación de la convocatoria y concluye con la publicación del fallo.


2.3.16

Ramsés Salanueva, la carcajada de vida

Como muchos saben, hace pocos días murió el poeta hidalguense  Ramses Salanueva (de influenza, sí, de influenza), con quien me unía una dilatada amistad, especialmente en mi adolescencia y sus tiempos como promotor cultural (cuando se inventó las Jornadas Culturales Efrén Rebolledo, en Actopan, que tarde o temprano terminará llamándose Actopan de Salanueva) y también en esas primeras lecturas y contactos entre incipientes autores locales, donde se debatía más la forma que el fondo de nuestras creaciones.
Hasta Actopan llevó a Monsiváis, Gutiérrez Vega, Cuevas y Domínguez Michael entre otros muchos artistas de renombre, para contaminar de experiencias creativas su tierra, a la que amaba y a veces odiaba profundamente.
También a los herederos del propio Efrén Rebolledo, artistas avecindados en Noruega, con quienes departiríamos en un inglés salpicado de resbalones, que curiosamente no se agudizaba con el paso de la bebida, todo lo contrario. Eran tiempos de aprender, a su vera, las vicisitudes de la política cultural y la dureza de esparcir la semilla del arte y la cultura en territorios no siempre propicios. Además de periodista y poeta, Ramsés fue un hombre dedicado a pensar la cultura como un derecho; ilustre de la necesaria descentralización.
Me lo presentó Juan Carlos Hidalgo, “él es Ramsés Salanueva, el poeta de la voz bronca”. Después se nos diría, “es el Lezama Lima del Valle del Mezquital”.
Recordaré su carcajada abierta y furibunda, eco de una vitalidad que acaso no supimos aprovechar, exprimir, llevar al límite, tan metidos en el trabajo y las cosas de la vida cotidiana; mohíno rostro y gran corpulencia que lo hacían parecer un gigante enfadado; al poco tiempo de conocerlo Ramsés era la gentiliza y el afecto, la generosidad y la carcajada. Recordaré al poeta, en esa antesala de su casa en Actopan, una especie de oficina en la que conversamos tardes enteras, en los pasillos del mercado de su pueblo cuando la resaca nos obligaba a buscar un caldo de barbacoa, sus anécdotas con otros escritores y las peleas monumentales con políticos y funcionarios menores. Enormes suéteres tejidos con estambre, la mirada fija por encima de las gafas antes de dar una respuesta brillante o levantar un insulto clamoroso frente a algún espíritu menor. Escurridizo en fiestas y reuniones, estentóreo ante la noche, amante del buen (y también del mal) trago y de la charla punzante, compañero de prostitutas y seres indómitos, vivió y escribió alejado de la fama literaria, del reconocimiento y acaso fue el periodismo (ese refugio, más que vocación) donde alcanzó mayor visibilidad.

Abriendo archivos y correos, copio un fragmento de su poema Resaca (enviado en febrero de 2010),

Tengo dolores amigables y placeres terribles.
Tengo palabras que nunca germinan y flores exhaustas de sexo.
Tengo luces muertas sumidas en la opacidad de la noche.
Tragedias invictas contra el destino de los hombres.
Dioses y mares embravecidos. Una navaja que corta el horizonte,
aunque nunca de manera infinita.
Tengo síntomas relacionados con la peste,
la angina curtida de alcohol,
verdes ojeras, y un pequeño rayo de fe,
para espantar las tinieblas, del amanecer,
donde se saludan los ladrones, y se abrazan los diablos,
ahí, acurrucado en el portal de la vigilia,
en la misma consecuencia que por sí sola,
sostiene el caudal infalible de los malos sueños…

Y su último mensaje, que me conmueve y rompe esta mañana singular, decía: “cuando regrese, me gustaría conocer a tu hija, es bueno saber que algo de ti perdurará; me avisas, cabrón”.
De ti, querido poeta, perdurará una literatura por descubrir, una figura por reivindicar y sobre todo una carcajada altísima, como un relámpago de regocijo, una señal de vida en la memoria de quienes te conocimos y apreciamos. Hasta siempre, amigo.

12.2.16

Itzel Navidad (1978-2016)

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Qué paradoja, el cáncer nos unió y ayer, nos separó definitivamente. Como muchos saben se fue Itzel Navidad (artista al completo de la escena sinaloense y nacional), de quien puedo decir fui su amigo, confidente y cómplice en los últimos años. Ella quería que le escribiera un monólogo sobre la enfermedad, sobre el cáncer de mama y especialmente sobre la fugacidad de la vida, lo frágil del cuerpo, contendor imperfecto.
Se creía que había superado la enfermedad y parecía que todo iba de maravilla, pero justo el día que nos reuniríamos en una cantina de la Ciudad de México para hablar sobre la obra, establecer una ruta crítica, convocatorias y demás, un dolor de cabeza punzante y agresivo le impidió llegar a la cita.
Esa noche terminó en el hospital y lo siguiente fue saber que había metástasis y el desenlace de la historia es de suponerse.
Lamento su muerte, me duele mucho que alguien con tal vitalidad y lucidez, libertad y belleza (en el sentido más amplio y también en el más profano) se haya ido, mientras pululan por aquí conservadores, personas sin ganas de vivir, que no se atreven, llenos de culpas y resquemores, atados a miedos ancestrales.
A Itzel la impulsaba un sentimiento máximo: disfrutar el presente y entregarse sin tibieza a su oficio, como si de un modo inconsciente supiera que tenía menos horas que el resto de su generación, quizá por eso amaba la noche y cultivó toda clase de amigos que hoy, en diversos puntos del país y del mundo le lloramos.
La conocí en Pátzcuaro en un encuentro de teatro escolar; después la vi prodigiosa en Mérida en una obra de Arístides Vargas (dirección de Saúl Meléndez y diseño de espacio de El Mosco) y se convirtió en esos amores imposibles, mujeres que por su talento en las tablas pero también por su sencillez y humildad ante el oficio te hacen suspirar, soñar con escribirles algo, una parte de tu voz en la suya.
Recuerdo que el maestro Alejandro Luna (coincidimos en un café internet, hace doce años no había wifi en todos los hoteles), después de aquella función en el cálido teatro de Raquel Araujo, me dijo: Esa mujer es fuego, más que la obra me interesó la protagonista.
Efectivamente Itzel era fuego, la belleza que quema, pero también la intensidad de la inteligencia y la honestidad a flor de piel. No puedo evitar sentirme triste al abrir los correos y leer sus cartas. Algún día querida Itzel (lo prometo en este balcón público) terminaré esa obra que te prometí y será actuada por otras muchas mujeres libres y enérgicas, las decenas de Itzeles que aún quedan para hacer de este mundo fugaz algo mejor, algo menos estático e hipócrita.
Yo tampoco quiero desperdiciar ni un segundo más, si de algo sirve la muerte es para reafirmar este trozo de vida; y te abrazo también, siempre. 


29.9.15

Feria del libro infantil y juvenil Pachuca 2015

Mis actividades en la ‪#‎Feria‬ del ‪#‎Libro‬ Infantil y Juvenil del CECULTAH. Centro Cultural del Ferrocarril. ‪#‎Pachuca‬, ‪#‎Hidalgo‬ (C/ Mejía s/n).
Presento el libro Cuentos de seis líneas con dictamen (Textos basados en el I Ching) de Ilallalí Hernández. 29/09 19:00 horas.
Obra de teatro Hikikomori 2.0 de mi autoría con Neurodrama Teatro y presentación editorial de Editorial Elementum. 30/09 17:00-18:30
Presento la antología de literatura hidalguense para jóvenes que prologué y seleccioné: ‪#‎SomoZombis‬. Elementum-Instituto Hidalguense de la Juventud. 02/10 18:00 horas.




8.9.15

Inmolación en Guadalajara

Mi obra Inmolación tiene montaje nuevo. Ahora en Guadalajara, Jalisco dirección de Fausto Ramírez.
Estudio Diana. 
Aquí.

14.8.15

CARTA A LOS ARTISTAS TLAXCALTECAS

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Queridos colegas y amigos del estado de Tlaxcala:

Llevo más o menos tres años asistiendo con cierta regularidad al estado de Tlaxcala, para acompañar, si acaso asesorar proyectos de interés cultural y artística, emprendimientos de la comunidad cultural en general. Ha sido por medio del Instituto Tlaxcalteca de Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.  
            Más allá de las satisfacciones personales, los nuevos amigos y las charlas en diversos rincones de la capital, mi interés ha ido creciendo respecto a las políticas culturales del estado y en general ante la cantidad y calidad de gestores culturales, empresas creativas en ciernes, iniciativas escénicas y de producción artística profesional o formativa.
            En Tlaxcala hay talento, no cabe duda. Y un aprecio por la cultura que no es común en el país. Además, un espacio geográfico que acompaña. Las condiciones están puestas para hacer del estado una potencia cultural a nivel nacional.
            No ahondaré, queridos amigos y colegas, en las circunstancias que han impedido que esto ocurra, son muchas y se necesitarían decenas de cartas para clarificar el panorama. Me centraré solamente en un acontecimiento que me parece fundamental para entender la compleja relación entre creadores-instituciones-público en Tlaxcala. La falta de unión, de coalición entre creadores de diversos orígenes y estilos.
            Hemos discutido al interior de las aulas del ITC diversas formas de alcance y generación de proyectos a favor del arte y la cultura en la entidad, simulacros de convocatorias, planes de explotación, encuestas a pie de calle, se revisaron carpetas y proyectos culturales. Incluso en la parte teórica, se han generado debates de intensidad plausible. ¿Qué falta para que esos proyectos, ideas y emprendimientos lleguen a buen puerto? Evidentemente la complicidad de las autoridades del estado – no existe, por ejemplo, una línea de crédito para proyectos creativos – pero también y sobre todo una confederación de empresarios y emprendedores culturales y creativos. Es tarea es ciudadana, civil. Capacidad para organizarse, dejar de bregar en solitario.
            Esta carta tiene una motivación por todos conocida, la paulatina mudanza de las actividades administrativas, pero también formativas, artísticas y culturales del edificio del ITC en el centro de la ciudad hacia otro espacio, lejano y por descubrir.
            Al respecto, he recibido decenas de quejas en privado, pero no he visto ninguna movilización consistente, acción o intervención social, postura gremial o colectiva de alto alcance. Ante la inminencia del suceso, saber que la ciudad de Tlaxcala perderá un edificio emblemático – hermoso, por otro lado y funcional – dedicado a las artes y la cultura, algunos gestores podrán enfocarse en cubrir ese nicho de mercado, verlo como oportunidad y no menoscabo.
            Sin embargo, me preocupa qué sucederá con muchas de las iniciativas que he tenido el privilegio de conocer, por ejemplo una orquesta infantil y juvenil de percusiones con material reciclado en una comunidad rural, el rescate de tipografía tradicional y originaria, un circuito de teatro profesional o la consolidación de un centro cultural independiente en Ocotlán, por mencionar sólo algunas, ¿podrán seguir asistiendo a los talleres y asesorías del ITC? ¿Las condiciones del transporte, los horarios y la nueva disposición administrativa permitirán a los gestores en ciernes seguir dialogando?  
            Me entristece que la capital de Tlaxcala pierda un sitio emblemático para la propagación del arte y la cultura, que desaproveche el protagonismo urbano y prestigio social, que el arte se considere un bien publico para las comisuras, destinado únicamente a la periferia. Pero me preocupa más la pasividad, frente a los cambios políticos que los perturban – muchas interrogantes en privado, pero pocas manifestaciones colectivas en el espacio público – que se suman a otras cuestiones; el destino del “elefante blanco” que duerme el sueño de los justos al lado del hasta hace unos días edificio del ITC, la remodelación de la Casa del Artista y los criterios para su uso y programación, la imposibilidad de los grupos locales para acceder al Teatro Xicoténcatl  (en especial fines de semana), los insuficientes (mal nacional) programas de estímulos y la necesidad de estar verdaderamente conectados con el público, con los ciudadanos tlaxcaltecas en todos los municipios.
            No los quiero aburrir, sólo pedirles que sean beligerantes y críticos, también con sus procesos creativos y de producción; exigentes cuando no existe claridad desde las instituciones y comprometidos en colectivo. Es una tarea nacional, pero en Tlaxcala reviste cierta urgencia. Ojalá el nuevo ITC y el Centro de las Artes sean oportunidades para crecer. No olvidemos que la cultura es un derecho constitucional, parte de nuestro afán es garantizarlo.

Con aprecio, su amigo y compañero, 
Enrique Olmos de Ita

Publicado en el suplemento Arteria del Sol de Tlaxcala