Europa no era así. Por lo menos eso pensaba yo, como tantos otros inmigrantes.
Y es verdad que muchas instituciones europeas no se corresponden con la gente que pasea en sus calles, que son de una hospitalidad y apertura envidiables, pero otra careta del europeo sí está presente, y de qué modo, en la administración pública. En tiempos de crisis los inmigrantes (legales o no, qué más da) tenemos la culpa de todo.
No sólo se ha criminalizado la inmigración, ahora además se persigue, o por lo menos es un proyecto de ley, para multar a los que ayudan a los "sin papeles" para sobrevivir en territorio europeo.
Triste y lamentable.
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