En las artes en general, en el teatro y la literatura en particular, la crítica pasó de ser un trabajo intelectual donde se comprometía el interés a partir de una serie de argumentos, a ser un manojo de opiniones personales que derivan de la máxima: "me gusta o no me gusta".
Y de ahí a las acusaciones personales, los insultos, las descalificaciones y el despliegue de opinología con que los "críticos" o "reseñistas" atiborran el cibermundo y algunos periódicos y revistas. Eso no es crítica, ni siquiera cuando se escribe con cierta ironía, es pseduocrítica. La crítica verdadera está en otro lado, cuesta más trabajo encontrarla. Además identificarla no es una asignatura sencilla.
Heriberto Yépez, uno de los intelectuales mexicanos más lúcidos, en su columna breve de Milenio disecciona el problema de la crítica y la pseudocrítica.
Y de ahí a las acusaciones personales, los insultos, las descalificaciones y el despliegue de opinología con que los "críticos" o "reseñistas" atiborran el cibermundo y algunos periódicos y revistas. Eso no es crítica, ni siquiera cuando se escribe con cierta ironía, es pseduocrítica. La crítica verdadera está en otro lado, cuesta más trabajo encontrarla. Además identificarla no es una asignatura sencilla.
Heriberto Yépez, uno de los intelectuales mexicanos más lúcidos, en su columna breve de Milenio disecciona el problema de la crítica y la pseudocrítica.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, y me siento mal por haberme embarrado de todas las reseñitas que he hecho, Enrique.
Prometo que será la última la que recientemente he hecho. Sabes que te admiro por la crítica que siempre tratas con la argumentación que se le debe dar.
Saludos y gracias por cambiar la línea de personas como yo. Enrique, gracias.
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