26.2.07

Dos joyas de James Laughlin: editor

James Laughlin, fundó una de las editoriales más importantes en lengua inglesa, la hoy mítica New Directions; y no pudo encontrar mejor título para el cuaderno de notas que aparece como autobiografía, aunque sea más un recuento (incompleto) de reflexiones y anécdotas desenfadadas, The Way It Wasn't.
Se dice que New Directions nació con el propósito de que Erza Pound siempre tuviera un sitio donde publicar. Pronto se convirtió en un lugar seguro para la buena literatura. Hoy, por ejemplo, es quien edita en inglés a Roberto Bolaño y Javier Marías
La muerte de Laughlin el 12 de noviembre de 1997 interrumpió el trabajo sobre el original (mitad álbum de recortes y mitad abecedario, a la manera de las memorias de Czeslaw Milosz) por lo que su consumación corrió a cargo de Barbara Epler y Daniel Javitch.
A continuación dos joyas que nos dejó el excéntrico editor (especie en peligro de extinción) que fue James Laughlin y que tuvo a bien hallar don Antonio Saborit.


Me dedico a incubar, pero cuando llega el momento de entrar a las librerías y pelear, peleo con todo lo que tengo. La mayor parte de los compradores son mujeres: perras: mujeres maduras bastante idiotas sin formación de ningún tipo, preocupadas por la administración, enemigas en verdad del libro que requiera de inteligencia para su lectura y para su venta. A estas criaturas las tengo que cortejar. Debo arreglármelas de alguna forma para pasar su caparazón y hacerlas que rompan sus normas, para hacerlas que pongan un buen libro, un libro de poemas, en sus estantes. Vender es en realidad un arte mayor, y en él yo sólo soy un novicio, pero se te mete en la sangre. Identificar a un comprador a primera vista, en el instante que te queda libre cuando entras a una librería, elegir en el momento la estrategia que has de tomar, y luego atacar... y no rendirse al primer revés sino insistir, probando hasta el último truco que aprendiste la última vez. Cualquier cosa por no regresarte con tus libros, o mejor todavía, por salir con una orden de compra. Es como el polen que deposita un insecto en donde no se le quiere. Crees en la semilla que llevas contigo. Estás seguro de que con que dejes los libros a la vista en la librería alguien llegará y los comprará. Pero primero debes pasar a este Cancerbero, a esta espantosa mujer madura con arrugas de infelicidad en la cara, este símbolo de la tacañería y de la estupidez. Ella es el enemigo, aunque también ella es el amigo. Dios mío, cómo la quieres una vez que te ha comprado algo. Todo tu desprecio se desvanece y se vuelven amigos. Te quedas ahí sentado después de realizar la venta, en una especie de calma después de la tormenta, y te pones a hablar de negocios de un modo amable y tranquilo, ida toda tu furia y con un sentimiento de cabal satisfacción, como si acabaras de concebir una criatura.

James Laughlin en The Way It Wasn't , entrada de "venta de libros".


Joyce ha sido una presencia muy fuerte en mi mente desde los diecisiete años pero nunca leí el Ulises de principio a fin, siguiendo cada palabra y cada renglón mágicos, sino hasta los sesenta. Durante todos esos años leí sobre él, leí sus obras menores, hablé de él como un conocedor, publiqué Stephen el héroe e imprimí Exiliados, compré el libro pionero de Harry Levin sobre Joyce y la edición que preparó Forrest Read de la correspondencia Pound/Joyce, incluso lo conocí, pero en realidad no le entré al Ulises. Me temo que esto diga mucho sobre la superficialidad de mi carrera literaria. El que pasa por encima. El que pica. El que hace calas. ¿Un fingidor? Pero a lo mejor los cuarenta años de procrastinasión fueron buenos. De haberme sampado todo el Ulises a los diecisiete años me habría perdido muchas de sus maravillas por falta de información. A los sesenta se dejaron ver muchas cosas, aunque no todas (¿quién es capaz de reconocer todo?). Y uno sigue aprendiendo del texto. El texto se vuelve más envolvente, hasta de la experiencia propia.

James Laughlin en The Way It Wasn't , acerca del "Ulises" de James Joyce.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabía, ni conocía a este tipo...
bUene dato del editor este...
Salkudos de German V.