De los dramaturgos que han recibido el premio Nobel de Literatura (pocos pero célebres), Wole Soyinka quizá sea el menos conocido en lengua castellana. Su teatro está mal editado y después del premio (1986) perdió interés mediático y comercial. Además, ya se sabe que en la industria editorial el teatro es el último género, si es que todavía creen que es un género escritural.
En realidad Soyinka se conoce en nuestra lengua como novelista y teórico, y por sus no poco comunes apariciones en conferencias y festivales. No proliferan sus textos dramáticos en nuestras salas, ni tampoco sus lecciones en centros de enseñanza como investigador de la dramaturgia social. Leer a Soyinka o ver alguna de sus obras es una extravagancia o suerte de posmoderna peripecia.
Wole Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934), partió a Inglaterra (Universidad de Leeds) para concluir sus estudios y ahí consiguió escribir, se interesó por el teatro y envío una obra a la Royal Court Theater en Londres que lo invitó a trabajar como lector. Ahí comenzó a escribir obras de teatro profesionalmente, aunque también fue actor y eventualmente director de escena. Años después volvería a Nigeria para fundar su propia compañía de teatro, con la que estudió y representó en la escena el clima de represión política ante la imposible convivencia multicultural que se vivía en Nigeria.
En México, a principios del 2001, presentó en el Palacio de Bellas Artes el Gran Teatro de Ginebra (GTG) la ópera El maleficio de los jacintos, con textos de Wole Soyinka, música de la compositora cubana Tania León y la escenografía de una de las figuras mundiales de este arte, Robert Wilson. El montaje, del que recuerdo el drama extraordinario contra la violencia y el totalitarismo, se estrenó en Ginebra para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Contaba de una forma algo onírica y por momentos desquiciada la historia de Miguel Domingo, emigrante detenido al intentar abandonar su país cuyo mar está infestado de una plaga de jacintos que impide su huida.
Miguel Domingo atrapado en la doble trampa de los jacintos y el autoritarismo se debate entre su realidad inmediata y los recuerdos. Con la ayuda de Taitin, su madre, ‘médium entre los mundos humanos y sobrenaturales’, pide ayuda a la diosa del mar Yemanya, ‘la sacerdotisa de los ojos claros’.
Wole Soyinka, se presentó recientemente en España, en el festival Hay de Segovia, donde hizo algunas declaraciones interesantes que recoge El País y que a continuación reproduzco:
"Todo lo negativo existe, pero también ocurren cosas positivas que no se llegan a conocer. África necesita una canal como Al Yazira que transmita al mundo una visión más equilibrada de lo que ocurre en el continente. Erradicar una enfermedad en un país no es noticia porque a los periódicos occidentales sólo les importa el sensacionalismo".
"El 11-S no fue el primer ataque contra la humanidad", dijo. "Unos 10 años antes un avión fue derribado cuando sobrevolaba la República de Níger. Pero es que en África la aniquilación de la voluntad de las personas viene de lejos, de la esclavitud, y hay todo un reguero de desastres: lo que hizo Pol Pot en Camboya, las masacres de Ruanda, la guerra que continúa en el Congo, lo que pasa en Darfur, las batallas de Sudán...".
“Pero la historia de África fue perturbada por los cazadores de esclavos, tanto árabes como europeos, que destruyeron cuanto había. Luego vinieron los imperios extranjeros a explotar nuestras riquezas y, cuando se fueron, se sucedieron los conflictos que provocaron para seguir conservando su dominio".
"Tienen que saber que en África es un continente plural, también nieva allí y hay cumbres como el Kilimanjaro. La situación de las mujeres, por ejemplo, es distinta en el norte que en el sur. La cultura de las viudas de Kenia es diferente que en otros países. En Liberia han elegido a una presidenta y hay zonas donde las mujeres tienen que seguir cubriéndose con un velo".
"Por cada cayuco que llega a Europa con 100 africanos que arriesgan su vida por buscar una vida mejor debería salir otra embarcación en sentido contrario que llevara europeos emprendedores a África. No tienen que mandarnos a sus criminales, sino a aventureros que busquen nuevas oportunidades. Les aseguro que si se instalan en Lagos, ya no querrán salir de allí".
Encarcelado y exiliado, continuamente perseguido, este hombre engendra una esperanza para el África negra. Dejemos el exotismo y la ignorancia sobre este continente si de verdad nos interesa conocer el entorno mundial más allá de los tópicos, quizá al leer y estudiar a Soyinka, ver su teatro, aunque sea primordialmente de corte político, nos amplíe las miras. Se hace necesario tener más textos traducidos del nigeriano; mejor editados y leídos por directores y productores inteligentes.
2 comentarios:
como puedo conseguir obras de este autor? he buscado algunos de su guones pero no sé dónde puedo? le escribo desde Paraguay, Asunción capital.
Por este medio - no tengo tu correo electronico - quiero hacerte llegar mi confiaza y ánimo después de las calumnis en tu contra por parte de los pseudo periodistas de hIdalgo
Vamos!
Arturo Valenzuela
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