29.10.07

Madrid me calla la boca

Mis prejuicios y yo creemos que Madrid es una ciudad horrenda. Siempre he estado de paso, así que mis reflexiones son, cuando menos, descabelladas; esa clase de ideas-presentimientos que la conciencia construye y son imposibles de desaparecer.
Sin embargo, hay una razón para ser optimista. Su teatro. Desde hace años el teatro madrileño ha comenzado una larga batalla por recuperar espacios y públicos y al mismo tiempo competir con la otra capital del teatro en la península, Barcelona. Cada uno en su lengua, con su respectivo despliegue de artistas, la apuesta madrileña, entre otras cosas, ha sido por los festivales de talla internacional y las figuras. Este año el Festival de Otoño nos ofrece la siguiente alineación: Peter Brook, Luca Ronconi, Mathias Langhoff y Heiner Goebbels.

Peter genio Brook: Fragments, cinco textos breves de Beckett y The grand inquisitor, a partir de Los hermanos Karamazov, con Bruce Myers en el papel del cardenal que acusa a un Cristo reaparecido y silente. Un digno representante de la mitología teatral en la actualidad.
Luca artista Ronconi: presenta Il ventaglio, una de las piezas menos conocidas de Goldoni. Una detenida foto en sepia que cobra vida, y un abanico que, como la mariposa de la teoría del caos, acaba generando huracanes con su minúsculo aleteo. Uno de los más brillantes artistas del concepto visual y escénico que hay en Europa.
Mathias metódico Langhoff: Quartett, de Heiner Müller con el Berliner Ensemble en un estreno mundial. Una de las obras más reconocidas de Müller y seguramente la más compleja de representar sin caer en todos los lugares comunes que de unos años para acá se han venido sumando esta pieza en nombre de alguna vanguardia o teoría experimental.
Heiner músico-dramático Goebbels: Schwarz auf weiss (Negro sobre blanco). Müller de nuevo, aunque más como pretexto-personaje. Este genio es el heredero una tradición alemana más bien local que ahora se abre al mundo: la sonoridad dramatizada. Todo en este montaje tiene que ver con el sonido y quizá con la música. Es un espectáculo concebido para que la partitura dramática se desenvuelva a través de un complejo sistema sonoro, para lo cual, por ejemplo, necesitó de 18 músicos.

En suma, lo mejor de una generación de artistas escénicos, un teatro que abre sus puertas a otras expresiones del arte (visual y sonoro, especialmente) y experimenta con ellas, dos figuras imprescindibles en la teatralidad mundial y la expectación por tener a tanto genio cerca. Con esta suculenta oferta, y mirar de cerca los triunfos del Atlético de Madrid hacen pensar que quizá no sea una ciudad tan adversa como lo piensa este escribano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

las fotos estan en desorden?
no?
saludos

Anónimo dijo...

Ya era hora de que algienj te callara lña puta boca...

Anónimo dijo...

Eso qué es, ¿dialecto leonés? Hay que pedir su oficialidad...

Unknown dijo...

un beso para ti y otro para tus prejuicios...
jejeje

feliz día de muertos