27.9.09
Paz antes de morir
No debería decirlo, pero cuando bebo un poco (un par de copas, no mucho) hago unas imitaciones de Octavio Paz nada despreciables.
19.9.09
Hacer ficción en México está cabrón
Cuando nos gusta el aparato ficcional que se nos ofrece, es decir, lo que vemos o leemos es entretenido y además nos interesa (una ficción o un grupo de ellas) construimos en la conciencia además de una alta dosis de capacidad de asombro una motivación extra: la de pensar el entorno por encima de nuestras previsiones.
Ese es el principal componente de la ficción: alterar el mundo simbólicamente, pero levemente, un sutil ajuste de cuentas con la realidad. Sucede que ese mismo impulso cerebral está presente en la mayor parte de las religiones. Y así nos va.
Acabo de leer (y ver en youtube y periódicos) las imágenes lamentables de otro maniático religioso (ahora en el metro de la Ciudad de México). Sumado al secuestrador del avión en Cancún y a las decenas de testigos de jeovhá, católicos y santeros, además del narcotráfico espiritualizado y de la patria como un sacramento religioso (el país como un dios), pienso en lo difícil que resulta para un artista construir una ficción atractiva para esa gran mayoría de población que está sobre-estimulada constantemente por un entorno prolijo en sucesos que desajustan las previsiones conjeturales cerebrales básicas del tiempo/espacio y que además tienen el pensamiento mágico/religioso metido casi en el genoma, casi como una respuesta a todo lo desconocido.
¿Cómo hacer un teatro, literatura y cine de alcances populares cuando buena parte de la gente en México y América Latina en general, tiene cubierta (rebasada, incluso) su capacidad de asombro y la religión consuela el ansía por dinamitar "lo real" o por lo menos por ponerlo en duda? ¿Cómo llevar a alguien al teatro con verdadero interés (lugar previsible como pocos) que se ha leído por la mañana el Alarma mientras viajaba en trolebús y presenció un asalto (o recordó el propio, que es lo mismo) y afuera un payasito mediocre aventaba bolas de fuego a mitad de la calle? ¿Se puede competir con tanto estímulo disperso?
Valdés Kuri, en ese sentido, tiene toda la razón cuando afirma que el mejor teatro mexicano se hace fuera del teatro y es involuntario, yo agregaría que nuestra cultura (la hispanoamericana, pero sobre todo la mexicana, ese mestizaje bizarro), está tan ligada a elementos religiosos que la ficción se instala en la psique social como un subproducto de otras ritualidades (el civismo patriotero, las muestras de fe, el gusto por la muerte y el morbo, la mistificación instantánea de los sobrenatural y el peligro inminente) . Gustavo Ott, al respecto, me decía antes de ir a México que los dramaturgos mexicanos deberíamos escribir periodismo y no ficción.
Últimamente tiene toda la razón.
17.9.09
Bitácora apanense III (última)
3.9.09
3 de septiembre en el Centro de Lectura Condesa
bibliográfica en las famosas "guías de lectura", especialmente sobre
ciencia y literatura dramática.
Ojalá les plazca. Ojalá puedan ir.
Centro de Lectura Condesa. Guía de lectura.
Enrique Olmos.
Jueves 3 de septiembre.
18:00 horas
Centro de Lectura Condesa
Nuevo León 91, colonia Condesa,
México, D. F. CP 06140
Tels: 5553 5268 y 5553 5269